Capítulo 18

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SAMANTHA

Fui a verme al espejo una vez más antes de ir a la fiesta, y al ver mi reflejo agradecí en mis adentros haber heredado el cuerpo de mi madre, ya que con el vestido de seda se acentuaba de una manera espectacular mi silueta reloj de arena.

No suelo llevar mucho maquillaje por lo que verme con los ojos ahumados y una mirada felina resultó muy atractiva y diferente para mí, traía puesto unos aretes y pulseras de diamante y un anillo de esmeraldas por primera vez, me veía completamente distinta y fue agradable tener esta perspectiva de mí misma, seductora y elegante, un lado que desconocía hasta hoy.

— Espera — dijo Darren y se apresuró a buscar algo entre su joyería.

La alarma se encendió dentro de mí y le advertí.

— No sexo.

— Ya lo sé, señor policía, solo dame un segundo — respondió, lo seguí de cerca tratando de mirar sobre sus hombros.

— ¿Que estás buscando? — pregunté curiosa.

— Te falta anillo.

— ¿Más? Bella me dio está pulsera y aretes de diamantes, y este anillo de esmeralda. Ya me siento bastante preocupada llevándolas, de verdad preferiría no tener más, ¿Y si los pierdo? ¡Sabe Dios cuántos millones de dólares costaron estos! Me da miedo perderlos y tener que pagarles a Bella por ello.

— ¿De qué hablas? — me miró confundido, al mismo tiempo cogiendo en su mano un pequeño estuche — Ese anillo, la pulsera y los aretes que Bella te dio son tuyos, yo los compré para ti.

Puse los ojos en blanco y exhale un gran bocado de aire, tal vez para algunas mujeres sea todo un sueño tener a un millonario como novio y más si cumple con todos los caprichos de uno, pero para mí resultaba incómodo y molesto ver cómo derrocha su fortuna como si no significará nada para él, para mí ha sido de lo más difícil ganar el dinero y me resulta ajeno gastar de esa forma con tanta facilidad como lo hace él.

— ¿Que? Darren, ¡Estos cuestan mucho dinero! ¡Deja de comprarme cosas tan costosa! ¿No puedes ser un novio normal?¿De esos que solo te regalan un peluche que se ganó en una feria o unos chocolates de supermercado?

— ¿Qué?¿Feria?¿Peluche? — preguntó desorientado.

— Olvídalo — dije abanicando una mano.

— Mira — manifestó y abrió el estuche, un hermoso anillo con un enorme diamante se mostró ante mis ojos, el mismo que me dio hace años atrás cuando nos comprometimos.

Se hizo un nudo en mi garganta y miles de emociones cruzaron por mi mente.

— ¿Eso es?— titubeé, fascinada observé el anillo y luego a él, unas finas lágrimas se deslizaron por mis mejillas sin poder contener — El anillo...

En ese momento recordé el día que fui hasta el departamento que en ese entonces compartíamos juntos, después de horas de llanto dejé el anillo en la mesa del comedor y me despedí silenciosamente de él en su ausencia.

— El anillo de compromiso que dejaste en el apartamento. Mi corazón se hizo pedazos cuando lo ví por primera vez en la mesa, y confieso que llore mucho ese día. Fue doloroso, una realidad que no pude soportar.

— Darren...

— Llore como un bebé — dijo y se rio.

— Lo siento — dije, con lágrimas en los ojos, me puso el anillo en el dedo anular y me miró a los ojos — ¿No me preguntarás si quiero casarme contigo?¿Solo me pones el anillo? — bromeé conteniendo mi llanto.

Lo Que Fue De Darren #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora