Capítulo 47

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Samantha

Levanté la mirada en Darren y sin poder aguantar más, dejé salir mis lágrimas, todas las que estuve conteniendo hasta ese momento, él me atrajo hacia sí y me abrazó con fuerza contra su pecho.

— ¿Quieres irte? Nos iremos inmediatamente si esto te resulta abrumador, ¿Sí? — me preguntó con suavidad. Negué con la cabeza, me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y cogí aire.

Luego me separé de él para mirarlo a los ojos.

— Limpiare un poco la casa, esto es un basurero y también quiero prepararle algo de comer mientras se esté bañando — respondí.

Después de mucha insistencia logré que mi padre fuera a tomarse una ducha, y en el estado de ebriedad en el que estaba fue imposible para él tan solo subir las escaleras por lo que tuve que darle dos taza de café para lograr traerlo de vuelta a la realidad.

— Yo me encargaré de limpiar, tú prepara la comida — soltó Darren y a continuación mostró una sonrisa divertida — A no ser que quieras que yo cocine — agregó para provocarme.

Fingí vomitar ni bien pronunció aquello, él me dio un pequeño empujón en el hombro y después nos pusimos manos a la obra.

Darren llenó tres bolsas de basura con botellas de vino y whisky, a estas alturas el hígado de mi padre debe estar como la mierda, también recogimos varias cajas de pizza y comidas chinas, el olor que impregna la nevera por las comidas y verduras que se echaron a perder era simplemente impresionante.

Solo sacar esas basura le llevó a Darren una hora, después se ofreció a ir por la despensa ya que no había nada para el almuerzo, dudo que mi padre haya comido algo decente desde que mi madre se fue. Todo indica que la dieta estricta que mantuvo por tantos años fue a parar en la basura, nada quedó del viejo Oliver Wilsh con aspecto pulcro y obsesionado con una dieta estricta de comidas orgánicas que tanto molestaba a mi madre.

Lo más fácil y rápido era pasta con salsa boloñesa, y con la ayuda de Darren logré cocinar en tiempo récord, justo cuando mi padre regresaba junto a nosotros después de su largo baño.

Su aspecto era lamentable, cuando entré en la casa y lo ví en sillón con los ojos cerrados y las extremidades tendidas como si no tuviera vida pensé lo peor, lo bueno es que solo estaba tan borracho que se había quedado dormido con su propio vómito alrededor.

Mi padre había envejecido tanto desde la última vez que lo ví, las arrugas alrededor de sus ojos estaban más pronunciadas, sus canas eran notables, aunque siempre se preocupó por esos detalles e hizo lo posible para aparentar menos años, él siempre se mantuvo en forma y muy prolijo, lo que más le importaba a mí padre era su aparecía, rara vez lo veía sin su traje de tres piezas o los relojes de oros.

Había veces que mi madre se mostraba fastidiada por la obsesión de mi padre por mantenerse más joven y tan pulcro, él ni siquiera se animaba a preparar barbacoa para no ensuciarse las manos, ahora estaba tan lejos de ese Oliver, jamás pensé que lo vería de estar forma, hasta la barriga lo tenía pronunciada.

Lo ví tan mal que el nudo en mi garganta era insoportable, trate de ignorar todos esos sentimientos de tristeza y angustia, pero mis manos estaban temblando tanto que cuando trate de servirle un vaso de agua, este se deslizó de mi mano y cayó al piso haciéndose añicos.

Maldije a lo bajo, no puedo hacer de cuenta que todo está bien, mi padre estaba en su peor momento y eso me dolía demasiado.

— No te preocupes, lo voy a limpiar — dijo rápidamente Darren— ¿Te cortaste?— preguntó preocupado, examinando al mismo tiempo mis manos para asegurarse de que no me haya lastimado.

Lo Que Fue De Darren #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora