1. Nueva Vida

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Los gemelos acababan de aterrizar en el aeropuerto de Madrid. Habían viajado 10 horas desde Londres y estaban listos para llegar a la casa donde les esperaban sus abuelos.

Nada más salir de la puerta de embarque, se subieron a uno de los taxis y con él llegaron a la zona de La Moraleja donde les esperaban sus abuelos frente a la que sería su casa a partir de ese momento.
Martín cogió con fuerza la mano de su hermana Chiara.

Los dos habían perdido a sus padres en un accidente de coche una semana antes y habían sido enviados a vivir con sus abuelos, principalmente porque debido a la enfermedad de Chiara, nunca habrían podido vivir solos en Londres.

-Todo va a ir bien, Kiks. Tranquila- le había susurrado al oído el mayor de los gemelos Oliver, antes de darle a la pequeña un beso en la mejilla.

Bien. Confío en ti Tin- había respondido la menor antes de bajarse del taxi y caminar hacia los dos señores mayores que los miraban con la sonrisa más hermosa en sus rostros.

Miguel y Ana Oliver, eran los padres de Sebastián, el padre de los gemelos. Estaban muy apegados a los dos y por eso habían preferido vivir con ellos que con los otros dos en Londres. Chiara necesitaba tranquilidad y estaba más que segura de que la encontraría en Madrid que en el caos de Londres.
Chiara abrazó inmediatamente a su abuela que le dio un beso en la frente, como siempre hacía su padre desde que era una niña, y tras invitarla a pasar caminó con ella hasta la entrada de la villa donde vivían.

Miguel era viticultor. Había hecho fortuna vendiendo y produciendo vino, aunque Sebastián había elegido otra profesión para seguir. De hecho, el padre de los gemelos había sido un conocido abogado criminalista en Inglaterra, mientras que su madre, Emma, había sido una actriz de primera fila en la Royal Opera de Londres.

Martin y Chiara habían cumplido 20 años el pasado 11 de marzo. Había sido su último cumpleaños juntos como familia, y de haber sabido que perderían a sus padres al mes siguiente, Chiara y Martin probablemente lo habrían disfrutado más.

En cuanto pusieron un pie en el jardín de la villa, Frida corrió hacia ellos.

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rida era la perra que sus abuelos habían regalado a Chiara cuando cumplió diez años. Le había puesto el nombre de su pintora favorita, Frida Kahlo, y desde entonces se había convertido en su mejor amiga. Nunca hacía nada sin ella. Era su protectora número uno, seguida de su gemelo.
La perra se detuvo delante de Chiara y levantó la cabeza para que la acariciara. Ella lo hizo de inmediato y luego le dio un gran beso en la peluda cabeza.

Debido a su peso y estatura, la habían separado de los dos durante el viaje. Frida había sido transportada por una compañía naviera y había llegado el día anterior a casa de sus abuelos, pero finalmente las dos se reunieron tras muchas horas de separación.

-Preparamos vuestros platos favoritos. Y Miguel, puso en la mesa un vino especial hecho especialmente para vuestra llegada- admitió la señora de pelo negro y ojos marrones como los de Martin.

La Chica De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora