CAPÍTULO 5: FORENSE

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Los años pasaron y el instituto al fin terminó. A pesar de su buena relación, Aiden y el grupo no se volvieron a ver más ni volvieron a saber nada de los demás, y Aiden tuvo que hacer amigos nuevos en la universidad. No le fué difícil escoger qué carrera estudiar. Dudaba entre 2, ambas relacionadas con su objetivo vital: criminología y medicina. Finalmente, se decantó por medicina, pero como sus notas no eran muy buenas, tuvo que ir a estudiar lejos de casa. En medicina podría estudiar hasta dónde aguanta el cuerpo humano el dolor, y eso le serviría para perfeccionar sus métodos de tortura, los que había usado tiempo atrás con el perro. Allí conoció a Marta, una chica muy alegre y simpática que por algún motivo se llevaba muy bien con nuestro protagonista. Marta era alta y rubia con el pelo largo y liso. Vestía siempre con unos tejanos y unas camisetas muy coloridas que le hacían llamar mucho la atención, cosa que a ella nunca le importó. Marta y Aiden quedaban a menudo en casa de alguno de ellos para estudiar, y pasaban muchos ratos solos. A pesar de que Marta era la única amiga de Aiden, ella tenía muchos más amigos, tanto de la carrera como de fuera, pero nunca permitió que eso afectara su relación con Aiden. La pareja de Marta, Nadia, siempre advirtió de que veía algo raro en Aiden, pero Marta nunca le hacía caso. Fué la primera persona que supo ver que algo estaba mal en nuestro protagonista, que tenía un oscuro secreto. Pero nadie la creyó, así que su secreto estaba a salvo.

Aiden tardó 8 años en acabar la carrera, ya que a él le costaban mucho los estudios, y decidió especializarse en medicina forense. Durante la carrera vió un cadáver por primera vez, y sorprendentemente le impactó, pero los que vinieron después le empezaron a transmitir mucha paz. le encantaba estar con los muertos. Por eso se decantó por la medicina forense, para estar rodeado de ellos continuamente. Además, le iba a ayudar con su obra. Marta, en cambió, eligió pediatría.

En la especialidad de medicina forense conoció a Pedro, un chico un tanto peculiar pero muy buena persona. Como con todos los amigos que había tenido, se pasaban el rato sentados en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro. A ambos les costaba bastante estudiar, y solían ayudarse mutuamente, quedaban en casa de Pedro y se pasaban horas y horas estudiando. A los dos les encantaba la especialidad que estudiaban y eso les motivaba para estudiar, pero la motivación de Aiden era mucho más grande: a pesar de los años que habían pasado, él seguía pensando en su obra, una obra por ahora inacabada pero que él estaba dispuesto a acabar, tarde o temprano.

El curso pasó rápido, y antes de que pudieran darse cuenta ya se habían graduado y eran médicos forenses titulados. Y nuestro protagonista estaba cada vez más cerca de completar su obra. Ya tenía los conocimientos, ahora le faltaba la víctima. Primero pensó en hacerlo con un completo desconocido, pero debía ser listo: es mejor conocer el entorno de la víctima para poder seguir de cerca la posterior investigación policial. Así que debía ser alguien conocido, pero como sabemos Aiden no tenía muchos conocidos, de modo que la lista iba a ser muy corta. Empezó a recordar toda la gente con la que había tenido alguna relación, y el primero que se le vino a la mente fué Jonas. Sin embargo, Jonas murió hacía ya muchos años, en parte por culpa suya. En la primaria no tenía muchos amigos, sin embargo había un chico, Lucas, al que también le gustaba torturar, aunque no tanto como a Jonas. Sería una buena víctima... excepto porque no conocía de nada a su familia y no podría seguir la investigación de cerca. Debía ser alguien cercano, alguien lo suficientemente cercano como para que Aiden fuera considerado una víctima más de su desaparición, alguien como Helena. Con ella había compartido muchos momentos, y su obra tendría mucho más sentido, ya que había empezado con su perro y continuaría con ella.

Después del instituto, Helena empezó a estudiar veterinaria, una carrera con la que siempre había soñado. Se graduó unos años antes que Aiden, y empezó a trabajar en una clínica del pueblo. En la carrera hizo muchas nuevas amistades que mantendría los años posteriores, una de ellas, Mónica, empezó a trabajar con ella en la clínica. Helena estaba en un buen momento de su vida, era muy feliz, y un día recibió un mensaje de facebook de su antiguo amigo de la infancia: Aiden. En este le decía que quería retomar el contacto y le proponía quedar algún día para ponerse un poco al día. Helena aceptó encantada, se moría de ganas de reencontrarse con su amigo, quien le había ayudado tanto cuando Rufus desapareció y con el que había compartido tantos buenos momentos. Se reencontraron al día siguiente, ya que los dos tenían muchas ganas de verse, y quedaron en casa de Helena. El sitio, como es lógico, lo eligió Aiden, quien, a parte del reencuentro con Helena, también deseaba reencontrarse con su familia y retomar un poco la relación con todos ellos.

Aiden llamó a la puerta y la madre de Helena salió a recibirlo con un fuerte abrazo. La velada fué muy agradable, cenaron todos juntos y Aiden les contó un poco qué había sido de su vida todos esos años. Todos se sorprendieron gratamente de que acabara estudiando medicina, ya que él siempre había sacado notas muy bajas, y estaban muy contentos de que, a pesar de eso, hubiera podido entrar en la carrera que él quería. No sabían, por supuesto, el motivo por el que estudió esa carrera. Helena también puso al día a Aiden y le contó que ahora era veterinaria y que era muy feliz. Además, desde hacía un par de años, tenía pareja, Sara, una compañera de veterinaria que, por desgracia, ese día no había podido asistir a la cena, a pesar de tener muchas ganas de conocer a Aiden por todo lo que Helena le había contado de él. Al fin y al cabo, él fué el que decidió regalarle a Estrella, la beagle, de modo que toda la familia le tenía un cariño muy especial.

Y allí estaba Aiden, con Helena y su familia, compartiendo una cena muy agradable, pero nadie se imaginaba lo que le estaba pasando por la cabeza, nadie sabía lo que le iba a hacer a Helena, lo que le hizo a Rufus y lo que estuvo a punto de hacerle a Estrella. Nadie conocía al verdadero Aiden y nadie se esperaba lo que iba a suceder. Solo Nadia se acercó a la verdad, pero nunca nadie la creyó.

13 días de infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora