Si le preguntaban cómo había terminado sentado entre Haneul y Heechul con las intenciones de evaluar un improvisado concurso de cocina en vivo, Jimin estaba seguro que no hubiera podido articular algún argumento contundente.
Sin embargo, ya era tarde para echarse a atrás, menos cuando Felix parecía carbonizar con la mirada a un confiado Min Yoon Gi que evaluaba su elección de platillo para la competencia.
—El tema son las anchoas. Un recuerdo que respira mi tierra natal en su sangre. Mi familia proviene de Busan, y he sabido que la suya por parte de padre también, señor Park, así que no veo una oportunidad mejor para tener en cuenta los lazos familiares y de paso degustar de una buena comida. Pueden preparar lo que gusten mientras sean las anchoas la base. Tendrán tres horas a partir de aquí ¡Estoy tan emocionada!
Haneul presionó el cronometro en su teléfono móvil perteneciente a las últimas ediciones de Samsung y Jimin esbozó una sonrisa que bien podía ser confundida con una mueca desfigurada.
La mirada azul de Yoongi parecía regodearse del otro lado mientras evaluaba sus opciones para ofrecer el mejor platillo con anchoas que podía ofrecerles. Nunca se lo diría pero en realidad agradecía la calidad de los alimentos frente a sus ojos o el hecho de que la cubertería fuera de primera.
Remangada la impoluta camisa hasta los codos, el delantal que se había visto obligado a usar en contraposición con el austero uniforme en tonos grises que exhibía Felix lejos de hacerle sentir en desventaja, solo realzaba ese rictus masculino que le pertenecía al chef Min. Jimin se maldijo.
Los años solo habían enriquecido la cantidad de sensualidad que siempre habían emanado de él. Si tuviera un termómetro apostaba que en esos momentos, Min endemoniadamente sexy Yoongi lo estaba haciendo explotar. Pero el medidor del ego y la paciencia que habitaba en el omega era mayor y con una mirada asesina se dirigió a Felix.
“Si fallas, estás muerto.”
Era lo que se traducía en los orbes de un imposible azul purpureo de Park Jimin. A su lado Jungkook resopló.
—Tres horas no es nada aun cuando el pescado esté limpio. Tengo un mal presentimiento.
—¿Recuerdas por un instante que soy un Park? Nosotros no nos damos por vencidos. Sea cuál sea el resultado, Felix aguantará. No lo contraté únicamente por ser el hermano menor de Taeminnie.
Masculló el rubio y el de los piercings deseó tener algo más que una copa de vino a la mano. La guerra de miradas entre su jefe y Min le daba dolor de cabeza. Después de deshacerse del desastre en la cocina que ahora había sido abierta al salón principal, las cámaras de los celulares de la clientela eran testigos de los preparativos para lo que serían dos platillos con base en las anchoas.
Tenía que haber administrado unas pantallas para observar cómo ambos chef se daban la mano y dedicaban palabras que solo quedarían entre ellos.
“Te acabaré presumido Min.”
“Buena suerte, cachorro.”
De un lado a otro, ambos sonrieron. El rubio más joven contra el alfa de cabellos tintados en el mismo color púrpura de los ojos de Jimin. La suerte estaba subvalorada. Su cocina sería la que se impondría mientras el recuerdo de la madre del pálido sosteniendo el chuchillo para que un Yoongi de siete años aprendiera a rebanar cebollas volvía a su mente.
Cuando Min comprobó que el alfa rubio seleccionaba mayonesa y cortes de baguette, la idea de una ensalada César con anchoas atravesó su mente. Sin dudas su oponente prefería la comida europea tanto como él mismo había sido un acérrimo fan de la gastronomía gala.
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•EAST FLAVOR•ym🍴
FanfictionCosta Este, Filadelfia. Para un heredero de la cadena de restaurantes de comida asiática la palabra "no" estaba fuera de su vocabulario. Para el hijo de la mejor cocinera de la mansión Park nunca habría suficiente. Unidos por un pasado donde la buen...