—No deberías de darle tanta importancia. A fin de cuentas se sobran restaurantes en la Costa Este donde podías haber aplicado. Yo pienso más en Nueva York o Nueva Jersey. Pero eres tan testarudo cuando quieres Yoonie...
Kim Taehyung negaba con la cabeza mientras contemplaba cómo su primo Yoongi cambiaba el pañal de la pequeña Ji Soo. De su lado Ji Sung, le tiraba del cabello mientras las burbujas del cuarto de baño colocaban un halo tierno y apacible a partes iguales.
—Jimin va a contactarme... remarca mis palabras. Ese omega berrinchudo no es rival para mí...
El único rubio de los dos le hizo cosquillas a sus pequeñas gemelas mientras Yoongi terminaba de vestir a Ji Soo y partía hacia la habitación del omega. Taehyung había dado a luz tres meses atrás después de una riesgosa cesárea.
Entre la vida y la muerte, abandonado por un alfa que no tuvo ni siquiera la decencia de marcarlo, la vida le hubiera sabido peor si no fuera por Yoongi. Su primo por parte de madre, aquel muchacho desaliñado y arisco que había llegado a Francia a vivir con ellos cuando recién terminaba la preparatoria.
Taehyung solo conocía a Jimin por fotos, pero en serio envidiaba a ese omega de ademanes aristocráticos y ego del tamaño de un rascacielos. Min sería un buen padre, quizás mejor de lo que ya era bajo el título del tío perfecto.
—¿Verdad que tu tío es un baboso enamorado?¿Verdad que sí mi rollito de primavera?
El gorjeo infantil de la gemela de Ji Soo llenó la habitación antes que la cabeza de Yoongi fuera visible a través del umbral.
—Tata, yo puedo terminar con el baño de Ji Sung. De todas formas, el que sigue desempleado y puede funcionar como niñero soy yo.
—Yoongi, cuántas veces tendré que decirte que estoy bien. Desde que decidí acompañarte a esta especie de plan contra los Park lo he estado. Solo déjame respirar un rato. Mis niñas no son una carga.
El de cabellos púrpuras resopló pero terminó salvando la distancia que los separaba para revolver los rizos de su pequeño Taehyungnie.
—Lo sé, y estoy orgulloso de ti como el hermano que debía tener, pero tienes que descansar. Las chicas te necesitan más en las noches y pasarte el día de pie enseñando casas mata. Déjame cuidar un poco de ustedes mientras rumio mi frustración.
—¿En serio fue así de malo?
Yoongi resopló recordando su encuentro con Jimin horas atrás. Una arruga se hizo perceptible en su recto perfil. Una arruga que Taehyung se encargó de humedecer con las manitas traviesas de Ji Sung.
—No permitas que estas nenas crezcan y arrastren la cobija por algún alfa u omega indolente. Jimin sigue siendo un jodido dolor de cabeza, uno que está como un tren. Te juro que tuve que contar hasta mil y volver a empezar cuando ese cretino estuvo en mis brazos... por unos segundos tuve veinte años otra vez...
—Hablas como si tuvieras cuarenta, Yoon... Tu reacción solo prueba que las cenizas de ese amor están listas para volver a prenderse ¿Es tan necesario dejarlo en la quiebra para ti? ¿No te basta solo con su corazón?
Su corazón... ¿realmente Jimin tenía uno?
Yoongi atrapó a la energética Ji Sung en otra de las toallas donde Taehyung intentaba secarla. La nena se encargó de apretarle las mejillas mientras él le colocaba el pañal con precisión. El olor a leche de la cachorrita se adhería a su ropa como una segunda piel. Taehyung ladeó la cabeza esperando una respuesta que jamás llegó.
—Pase lo que pase... solo vine por ese hecho, el corazón pisoteado de Park Jimin y el orgullo de su familia se unirán a la segunda estrella Michelin de mi carrera.
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•EAST FLAVOR•ym🍴
FanficCosta Este, Filadelfia. Para un heredero de la cadena de restaurantes de comida asiática la palabra "no" estaba fuera de su vocabulario. Para el hijo de la mejor cocinera de la mansión Park nunca habría suficiente. Unidos por un pasado donde la buen...