2. La peor película del mundo.

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18 de julio.

Darling se sentía patética por querer tanto la atención de Hermione.

Quizás no tenía tan superado su pequeño enamoramiento.

Ese día, cuando Hermione salió de la casa a las tres de la tarde, Darling no tardó mucho en seguirla. Trató de convencerse de que la playa era pública y no de Hermione, así que no había forma de que pensara que la estaba acosando o algo por el estilo.

Se sentía tan perdedora como los chicos sedientos de atención que siempre iban detrás de Megan.

Bueno, al menos ella no estaba tirando líneas patéticas para coquetear. Y menos mal, Darling sería capaz de enterrarse en la arena hasta la cabeza si llegaba a intentarlo.

Cuando Darling ya estaba a medio camino del mar, consideró volver y no salir a la playa ese día.

—¡Darling!

Su padre estaba ahí, sentado en la arena, vestido con una camisa de botones con estampado de flores rojas y una bermuda verde. Una combinación… curiosa.

—¿Vienes a hacer un castillo? —preguntó él, levantando dos cubetas de plástico.

Darling dudó, pero terminó asintiendo y se acercó a paso rápido. Él la recibió con una sonrisa y le extendió la cubeta, Darling la recibió.

—¿Te pusiste protector solar? —preguntó su padre, ahora tomando una pequeña pala de plástico que estaba sobre la arena.

—Sí —mintió Darling con rapidez, recibiendo también la pala cuando él se la extendió.

Había salido tan rápido detrás de Hermione que se le había olvidado. Qué ridícula. Megan se reiría tanto de ella si estuviera ahí.

—El que haga el mejor castillo gana —dijo su padre y entonces se puso de pie para apartarse y poner distancia.

—¿Qué gana? —preguntó Darling, comenzando a meter arena en su cubeta.

—¿No te es suficiente la satisfacción de ganar? No todo son cosas materiales, Darling.

Ella simplemente se rio y negó con la cabeza. Ni siquiera sabía por qué seguía preguntando, si cada vez que competían, no ganaba nada más que «satisfacción».

Cada uno comenzó con su castillo de arena. Entre moldear arena, buscar agua para cambiar su textura y frustrarse cuando algo se le desmoronaba, Darling se olvidó por completo de que había salido a la playa detrás de Hermione.

—Eso está bastante bien.

Darling levantó la mirada, encontrándose con el señor Granger. Estaba ahí parado, mirando el desastre de arena que Darling tenía.

—Es un desastre —respondió Darling, volviendo al trabajo—. Lo único que tengo es un castillo en ruinas.

Entonces giró la cabeza para mirar a su padre, al que le iba más que bien. Sin duda, él sería el ganador.

—Hmm —El señor Granger la miró unos segundos y Darling levantó la cabeza para mirarlo mejor—. Hermione era increíble con los castillos de arena, quizás te pueda echar una mano.

Darling dejó salir una risita nerviosa, sin poder evitarlo.

—No, no, no es neces…

—¡Hermione!

Darling bajó la cabeza de inmediato y se puso a fingir que realmente estaba haciendo algo. Por el rabillo del ojo pudo ver a Hermione aproximarse rápidamente, pero fingió que no la había visto.

Lo único que quería este verano || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora