Capítulo 1: El encuentro

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En la oscuridad de una noche lluviosa en Nueva Orleáns, Alastor se encontraba en su estudio de radio, iluminado solo por el destello de las luces de neón y el suave resplandor de los equipos de transmisión. Desde el exterior, su casa victoriana de madera parecía un relicario de épocas pasadas, pero dentro, el castaño se movía con gracia y desenvoltura, como un maestro de ceremonias en su propio teatro macabro.

Era una noche de jueves y, como siempre, estaba transmitiendo su programa de radio, "Melodías de Medianoche", una selección ecléctica de música jazz y blues que parecía capturar el alma del sur profundo. Su voz, suave y persuasiva, llenaba el aire mientras los habitantes del pueblo se relajaban al son de sus palabras.

Mientras tanto, en un apartamento modesto del centro de la ciudad, el detective Vox miraba fijamente su monitor, monitoreando las últimas transmisiones de la estación de radio local. Vox, un hombre de treinta y tantos años con cabello negro y ojos azules intensos, estaba concentrado en su investigación sobre las misteriosas desapariciones que habían plagado la comunidad en las últimas semanas.

Después de rastrear patrones y pistas, había llegado a la conclusión de que la estación de radio de Alastor, ubicada en un vecindario conocido por las desapariciones, podría ser clave para descubrir al responsable. Con paso resuelto, el peli negro se preparó para enfrentar al misterioso locutor y sospechoso.

La noche en que llegó a la puerta de la casa de Alastor, el cielo se había oscurecido completamente. Alastor, siempre sonriente y elegante, abrió la puerta con una expresión de curiosidad sincera.

- ¿Detective Vox, verdad? - Preguntó el de ojos cafés con un tono alegre y acogedor.

El contrario asintió, evaluando al hombre frente a él. Aunque había esperado encontrar un asesino siniestro, el locutor parecía completamente tranquilo y cordial.

- Así es. Me gustaría hablar con usted sobre su estación de radio y las desapariciones que han estado ocurriendo en la zona.

Alastor hizo un gesto invitando a Vox a entrar.

- Por supuesto, detective. Pase, por favor. ¿Le gustaría un poco de té?

Vox, un hombre más inclinado a los hechos que a la cortesía, aceptó de mala gana y siguió al mayor hasta la acogedora cocina de la casa. Mientras Alastor preparaba el té, el de ojos azules observaba cuidadosamente su entorno, buscando cualquier indicio que pudiera confirmar sus sospechas.

- ¿Cómo puede estar tan tranquilo sabiendo lo que está pasando en este vecindario? - Preguntó, manteniendo la mirada fija en el dueño de la casa.

El de ojos cafés sonrió mientras vertía el té en las tazas.

- La música tiene el poder de calmar hasta a las almas más inquietas, detective. ¿No es así? - Vox frunció el ceño ante esa respuesta.

- Quizás. Pero no puedo ignorar las coincidencias. Su estación de radio está en el centro de todas estas desapariciones.

Alastor le ofreció la taza de té al contrario, quien la aceptó con precaución analizando cada movimiento y gesto del castaño.

- Entiendo su preocupación, detective. Pero créame, soy solo un locutor de radio que disfruta de la buena música y la buena compañía.

La conversación continuó, el peli negro trató de ser directo y objetivo, pero la calidez y el carisma de Alastor eran perturbadoramente encantadores. Aunque Vox se resistía a cualquier intento de distracción, no pudo evitar sentir una extraña fascinación por la presencia del locutor de radio. A medida que la noche avanzaba, surgió una extraña complicidad entre ambos hombres, como si estuvieran bailando al borde de un abismo.

Mientras tanto, Alastor estaba encantado con la presencia del detective. Era inusual para él sentir una conexión tan intrigante con alguien que no fuera una de sus presas. Pero a medida que avanzaba la noche, una idea perturbadora comenzó a tomar forma en su mente.

¿Qué pasaría si el de ojos azules descubriera su verdadera identidad? La idea de que Vox pudiera descubrir sus oscuros secretos provocó un nudo en su estómago. Sin embargo, por ahora, tenía que mantener su fachada, mientras la sombra de sus propias acciones acechaba cada rincón de su mente.

Y así, en una casa iluminada por la luz parpadeante de los equipos de radio, dos hombres con destinos entrelazados, cada uno ocultando su propio secreto, comenzaron un juego de gato y ratón que cambiaría sus vidas para siempre.





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Holaaaa:D

¡Gracias por leer! Espero que les haya gustado.

Nos vemos en el siguiente capítulo.

L@s quiero<3

Mi secreto, tu secreto (RadioStatic/StaticRadio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora