36. Efímera.

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— Nuevamente estás estable — El alma volvió al cuerpo de sus padres después de escuchar aquello, ya hacía un mes y poco más que todos sentían que caminaban sobre cáscaras de huevo, ahora con el diagnóstico del doctor sentía que podían respirar de nuevo.

Claramente la idea de volver a ver sus compañeros le llamaba mucho la atención a Hikari, ya hacía un mes estaba fuera de la UA y sus padres sabían que ella a veces solo necesitaba volver a lo que la hacía feliz, así que tampoco gicierone superar mucho a la chica para volver.

Aún así, habían muchas más cosas dentro de la cabeza de Hikari, un desastre completo por donde la miraras pues, aún Kouta se colaba entre sus ideas poniendo la cara de la chica roja al recordar inconscientemente el día que le trajo un postre de helado, se sentía ridícula así que sacudia su cabeza, intentando inútilmente alejarlo de sus pensamientos.

Esa mañana finalmente había vuelto.

— Es Hikari-chan — Dijo alguna de sus compañeras mientras todas revoloteaban a sus costados buscando información, saludando o simplemente dándole la bienvenida, ella amablemente acepto sus saludos mientras que escuchaba el próximo inicio de la clase.

El receso fue en realidad tranquilo, nadie hizo preguntas por su falta y ella tampoco tenía ganas de explicarle así que solamente se sentó en alguna banca fuera del edificio y saco su almuerzo.

Se disponía a comer tranquila cuando el sonido sordo de un golpe a su costado la hizo reaccionar volteando a ver, Kouta había sido lanzado desde una ventana por una chica hacia un arbusto, al menos era la ventana de un primer piso, sin embargo eso no le quitaba el buen golpe que se había dado.

Rápidamente su rostro se torno rojo cuando Kouga fijo su vista en ella.

— ¡Lo siento! — Dijo el levantándose y sacudiendo su ropa — ¿He interrumpido tu almuerzo?

— N..no — Murmuró ella volteando a ver a otro lado, sin escuchar como Kouta se sentaba con rapidez a su costado.

— Tienes la cara roja aún ¿Es seguro que estés aquí tan pronto? Si gustas puedo llamar a tu mamá — Dijo el chico viendo el Vento de la chica de reojo.

Lograba ver algo de arroz, huevo y espinacas.

También unas píldoras.

— Tu...resfriado ¿No sé ha ido?

— Estoy bien, ahora mismo no tengo problemas — Dijo ella sonriéndole con dulzura, Kouta desvío la mirada apenado por verse muy entrometido — Si pudiera preguntar...¿Por qué acabas de saltar por una ventana? — Susurro algo apenada.

— No salte, me arrojaron — Dijo el voltensodla a ver con total seriedad, Hikari cubrió sus labios ocultando una sonora carcajada.

Kouta tosió tratando de disuadir la vergüenza del momento.

— ¿Que sucedió para que te arrojarán senpai? — Dijo ella algo burlesca.

— Nada, solo rechace una confesión — Susurro avergonzado, Hikari abrió los ojos grandes y desvío la mirada tocando su pecho — Ella es así, honestamente, no es que me desagrade o algo asi, es solo que no estoy interesado...al parecer lo tomo mal.

— Quizás no tienes tacto para rechazar — Dijo ella dándole un bocado a su comida.

— Hummm — Kouta pareció pensarlo un momento viendo a la chica a su costado — Hikari-chan... Si a ti te rechazaran ¿Cómo te gustaría que fuera?

La chica lo volteo entre sonrojada y desilucionada, no sabía por qué pero ahora se sentía culpable de ver ese rostro.

— ¡L..lo siento, no...no era mi intención...lo siento! — Dijo el chico desesperado buscando entre su bolsillo y encontrando un caramelo de uva — ¡Ten! ¡No llores por favor!

Ella tomo el caramelo y lo vio suspirando.

Luego a Kouta quien se veía nervioso y preocupado.

Sonrió para si misma con tristeza y abrió el caramelo comiéndolo.

Era algo infantil, una forma de callar a un niño...si, sabía muy bien como la veía Kouta, como una simple niña, también sabía que su débil cuerpo no aguantaría un rechazo, aún así, mantener esas emociones allí y cultivarlas solo le provocaban más daño.

Quería decirlas o al menos expresarlas, necesitaba sacar esa presión en su pecho que la ponía de nervios, necesitaba...necesitaba...¿Que necesitaba?

Vio a Kouta ya más tranquilo al verla sonreír y ella sonrió denuevo.

Si, ya sabía.

— Si me llegarán a rechazar...preferiría que me ignoraran...un silencio es una ventana a una posibilidad.

— Eso sería muy cruel — Dijo el viendo la ventana por la que fue arrojado — Estarías esperando por siempre algo que no sucederá, y aún si sucediera....no, no creo que sea bueno, vivirias a la espera con mucho dolor, pensando que cada dia quizas...quizás ese dia te mire.

— Mi por siempre es muy corto de por si — Dijo ella en un susurro apenas distinguible — Prefiero una esperanza hueca...

— Eso funcionaría si solo vivieras unos pocos días — Dijo el desconcertado por lo que había escuchado — Entonces Hikari-chan sería muy valiente al poder vivir con una esperanza así.

— Ya lo he hecho — Dijo ella viendo el cielo — Pero...no creo que sea para siempre.

— Está...¿Está todo bien? — Pregunto el, la niña ante sus ojos tenía una mirada tan tranquila, tanto que le preocupaba, era la mirada de alguien que ya no veía a futuro, ni solución, ni esperanzas — Hikari-chan, si hay algo en lo que pueda ayudar — Claro, estaba en su mente que quizás y solo quizás esa niña frente a el tenia pensamientos suicidas, pero algo le decía que no era del todo cierto o mentira.

— Kouta-senpai ¿Me regalas otro caramelo? — Dijo ella cerrando su vento.

— Oh claro, dame un segundo — Rebuscó entre sus bolsillos y lo puso en la mano de la chica, ella sonrió bobamente y agarro su vento, dando un salto para atrás se pocisiono delante de el juguetonamente.

Nuevamente parecía una niña.

— Esto no es un caramelo — Dijo ella mostrando el muy obvio caramelo — Esto ¡Es medicina!

Era obvio que quería jugar, el sonrió cerrando los ojos y asintiendo.

— Y dígame Hikari-sama ¿De que trata está medicina? — Dijo el fingiendo tener lentes y acomodarlos.

Ella le sonrió y abrió el dulce, la esfera morada de caramelo resplandecía ante los ojos de Kouta posicionados entre los dedos de ella.

— Es una medicina que tiene un efecto lento pero seguro ¿Quieres saber que trata? — Su corazón latía muy fuerte, aún así, se sentía feliz de poder juguetear así tranquilamente, ignorando el hecho de que ya sentía una fría guadaña en su cuello.

— Sería muy útil saberlo — Dijo el levantándose de la banca viendo como ella se metía el caramelo en la boca.

— Quita el miedo — Dijo ella y no sabía por qué, en ese momento, la veía tan efímera.

Por un momento, parecía que iba a desaparecer entre los rayos del sol que se colaban por los árboles y una brisa fresca que acontentaba el ambiente.

💥⏰MY DAD IS A TIME BOMB⏰💥 [Bakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora