~°•Secreto en alcohol•°~ [Clay x T/n]

Cap. 5.- Hope.

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Pov's Clay.

Un duro día, tanto para t/n como para mí al enterarnos de esta manera sobre lo que nuestros cónyugues han estado haciendo, es por eso que estamos aquí, disfrutando de algunas copas de whisky y vino barato. Me siento culpable, por no poder controlarlo todo, ni siquiera sometiendo a Blobertha con ese trabajo duro, limpiando la casa de otro hombre. Me siento tan vacío, sucio y demasiado derrotado. Ni siendo un hombre imponente a mi palabra, me he podido sentir bien; miro de reojo a t/n y... Siento esa maldita necesidad de querer tocarla... ¿Qué es lo que estoy diciendo? ¡No haré caso a mi estúpido corazón! Soy un puto hombre... ¿Por qué estoy pensando en ésto? Dios... Necesito una maldita respuesta a todas mis dudas y tentaciones...

—¿En qué está pensando, querido alcalde?—ella toca mi rodilla con la palma de su mano, haciendo que sienta calor en esa zona. Siento un escalofriante recorrido de sudor frío sobre mi espalda.

—E-en nada...—dije con nervios, pero al instante comienzo a toser un poco para aclarar mi garganta y hablar con más firmeza—. En nada, realmente.

Tomo nuevamente de mi copa, sintiéndome ligeramente incómodo. Sacudo mi corbata y comienzo a levantarme de la barra para dirigirme a la mesera que me había atendido y pagarle los tragos que había pedido.

—Serían $250, Clay—me dice la mesera, con gran indiferencia.

Hago la entrega del dinero, y me dirijo al lugar de t/n para agradecerle por su compañía.

—¿Estás listo, Clay?—me miró con una sonrisa en su rostro, y sus manos debajo de su mentón. Algo me arrastra a querer besarla.

—Claro, he pagado hasta el desayuno que consumiste—dije con una sonrisa, mientras encendía un cigarrillo sobre mis húmedos e intranquilos labios para intentar calmar mis ansias.

Ambos caminamos hasta la salida, pero al dar la media vuelta, había visto como t/n abrazaba a la mesera, mientras se despedían efusivamente. Esperé algunos minutos para poder abrir la puerta, ¿por qué de repente soy tan caballeroso, si no lo hago con mi esposa?

Al final, llegó hasta donde estaba y abrí la puerta para que pudiera salir con tranquilidad.

—Bien, creo que nuestro encuentro será en otra ocasión—dijo ella, abriendo la puerta trasera de su auto para colocar ahí su chamarra azul, y dejar en vista su bello y esbelto cuerpo—, eso sí que fue divertido—dijo, cerrando la puerta.

—Si, bueno... Creo que pudo haber sido mejor...—dije nervioso y sonrojado, ojalá la tierra se expanda y quiera comerme por ponerme tan nervioso—. Si tan solo usted me hubiera besado—dije susurrando, tapando mi boca con la palma de mi mano, miraba a otra dirección que no fuera a ella, esperando que no haya escuchado ni una de las siete palabras que había dicho.

Ella me miró con duda, pero al final sonrió.

—Awww , Clay, si querías un beso me lo hubieras pedido.

Me sorprendí de lo que dijo, honestamente no lo esperaba y sin dudarlo por más tiempo, corrí a su dirección y la tomé de la muñeca de la mano para acercarla a mí y la tomé de las caderas, pero al parecer esa táctica no funcionó, ella colocó un dedo sobre mis labios, haciendo mi cabeza hacia atrás para retroceder.