𝟒𝟎 | 𝐇𝐨𝐦𝐚𝐠𝐞

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23 de agosto, 2007

Abri el cajón debajo de el lavamanos en el baño, buscando un nuevo bote de pasta para lavar mis dientes apenas a las 7:28 a.m. Tuve una noche inquieta, luego de lo sucedido con Gerard ayer, cada vez que me lo topaba era una tormenta de emociones que me hacían querer explotar. Mucho peor sabiendo que literalmente duerme a dos pasos cerca de mí. Es inmensamente difícil.

Por eso mismo, opté por levantarme temprano, así quizá no comparto tiempo con el.

Abri el grifo para lavarme la cara ya que había terminado de lavarme los dientes. Definitivamente todos los problemas de estas semanas me generaron ojeras. Suspiré mirándome al espejo ya que si, es cierto, tengo unas horribles ojeras aunque quizá solo exagero, no es un defecto tan notable.

Empecé a quitar mi pijama, quería ponerme algo más casual así que primero quité mis pantalones para dormir.

Al volver a verme en el espejo noté la bestia que era mi cabello. Dios, tengo que cepillarlo.

Cepille mi cabello que seguía algo húmedo por la ducha que me tomé ayer en la noche y dormí con el pelo mojado. Estaba sumida en deshacer esos molestos nudos, finalmente un momento de paz, no escucho a nadie molestando ni tampoco a mi cabeza tratando de sabotearme.

Pero como ya es costumbre, esa paz jamás me dura para siempre.

Estaba tan concentrada en cepillar mi alborotado cabello que no me percaté que alguien se acercaba al baño. Y claro, como no.

Era Gerard recién levantado

Lo observé sorprendida, he de decir que se veía cómico, su pelo era un desastre al igual que su ropa estaba totalmente arrugada ya que el se mueve demasiado y MUCHO al dormir.

- Ah, lo siento.. No sabía que estabas aquí -dijo algo nervioso-

- E-está bien... -hablé restándole importancia-

Gerard iba a decir algo más, pero su mirada viajó abajo y empezó a mirarme aún más nervioso.

Mierda, estoy en bragas.

Al darme cuenta de ello, solté un jadeo por la sorpresa y cerré la puerta de un fuerte portazo.

Que puta vergüenza!

Escuché como Gerard se alejaba lentamente de él baño y eso me dio tranquilidad para seguir vistiéndome y cepillarme el cabello.

Unos minutos luego, ya estaba lista y salí. Me encontré con los demás plácidamente dormidos lo cual no era sorpresa. Únicamente, estaba vacía la cama de Gerard..

Parece que el también tuvo la misma idea de despertarse más temprano.

Camine hacia donde está la cocina de él bus y vi a Gerard sentado en el sillón, con el sonido de la cafetera soltando su líquido. Gerard estaba observando su teléfono mientras tenía su pulgar entre sus labios.

Está mordiéndose las uñas de nuevo?

Lo observé de reojo mientras miraba el contenido de la refrigeradora. Al ver completamente a la refrigeradora, me di cuenta que ya casi no teníamos comida. Literalmente había una caja de pizza vacía y un litro de Dr. Pepper casi a la mitad.

Suspiré al ver el escaso contenido de la refrigeradora.

Maldita sea, de nuevo tendré que ir al supermercado o nadie comerá.

When you go | Gerard Way y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora