El ángel del equilibrio había vuelto al palacio muy cansado, triste y enojado, su mano se posaba en su vientre plano, su cabello blanco se hizo un poco gris por una fuerte melancolía que lo impacto de nuevo, tenía que volver con su bebe. Rara vez se movía y no lloraba en lo absoluto, pero así lo quería.
Al llegar a las puertas del palacio, su camino fue bloqueado por un guardia.
-Su identificación, por favor. -pidió estirando su mano.
-Yo vivo aquí, soy el arcángel del equilibrio. -dijo calmadamente.
-Identificación o placa real. -pidió de nuevo el guardia.
-La he dejado en mi habitación porque nunca me la piden, déjeme pasar. -ya se empezaba a irritar.
-Nuevamente, una identificación o no pasa.
-¿Eres nuevo no? Bien, ve por tus compañeros y pregúntales, te dirán quién soy. -sus astas empezaron a crecer.
-Una identificación, por favor. -con su mano extendida.
-¡Me hartaste! ¡YA TE DIJE QUE VIVO AQUI! -saco 6 tentáculos de su espalda, con esos tentáculos empezó a desmembrarlo sin piedad alguna, no le importaban sus gritos de dolor, quería desahogarse de algún modo, sus manos tenían sangre dorada, su mirada iba dirigida a esas manos, una sonrisa de shock y sadismo adornaba su inocente cara.
Menos mal que nadie pasaba por ahi a esas horas de la noche.
-... ¿Altair?
Y me cago en Dios.
Esa voz le dio un escalofrió, la muerte misma estaba detrás de él, lo había llamado, lo había visto. Rápidamente se detuvo viendo a Azrael.
-Az..rael... ¡No espera! Yo... ¿que hice?... -trato de hacerse el desentendido mirando el cuerpo, sabía lo que hizo, pero quería mantener esa actitud inocente.
-Tu...sabes lo que hiciste. -dijo sin rodeos, el no caía en esos cuentos.
-Maldito. Pues sí, fíjate que sí. ¿Y? ¿Qué harás? Lo hecho hecho esta. -el ángel se acercó a su pareja agarrándolo de la ropa y viéndolo fijamente. -nada de esto saldrá de tu boca, Azrael. NADA.
-¿Que te hace pensar que no te acusare? -trato de hacerlo asustar acercándose más.
-Se que me amas, ME ADORAS. Me tienes en un puto pedestal, Azrael. Se que serias incapaz de siquiera recordar esto. -lo soltó empujándolo y yéndose mientras quemaba su saco. -Lo siento, pero te quedaras unos minutos más limpiando el desastre mío, mi amor ~
El ángel entro al palacio con una sonrisa, mientras el de negro lo miraba con seriedad.
Mis papis se pelearon