Capítulo 2 Blanco

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La dulce llegada de mayo envolvía los templos de Kioto. Utahime había cumplido 31 años hacía dos meses , sería su último año como miko y procedería a ejecutar otras tareas en los templos. Sus alumnas y compañeras trataban de convencerla de que era edad para casarse , que aún era joven: ella no tenía planeado hacerlo. De todos modos, la mayor prioridad era preparar el próximo Matsuri para celebrar la grandiosa cosecha de arroz de esta temporada y agasajar a los dioses.

Las miko más jóvenes estaban ocupadas preparando los amuletos, las decoraciones y el próximo desfile. Por fin retornaba la calidez de la primavera a la ciudad. Ese año prometía ser un año bendecido.

Al templo llegó el señor Tatsuo y fue recibido con una reverencia de todos.Utahime se sonrojó, le incomodaba que su padre tratara de vigilarla, debía tener confianza en ella y en su gestión del templo .Pero no había venido con ese objetivo:

- Oto-san , que bueno verte.

- Si , mi pequeña Utahime.

- No soy pequeña papá, tengo 31 años.

- Siempre lo serás para mí.-el señor Tatsuo trató de esbozar una sonrisa pero no pudo.

- Papá, te he dicho que puedo cuidar del templo sin supervisiones. -Utahime a pesar de ser una adulta aún hacía pucheros a su padre con una mirada juguetona.

- La verdad no he venido para eso – replicó el padre con una voz melancólica.

- ¿No?

Utahime creyó oír mal las palabras que salían de aquella boca .El señor había pedido una habitación con absoluto silencio y sin que nadie pudiese escuchar. No era raro para ella pues, siempre el tema de las maldiciones más resistentes era preferible tratarlo en privado , para no asustar a las hechiceras mas jóvenes. Pero su padre no  hablaba de hechicería:

-Otosan ...perdón, creo que me he distraído y no he escuchado bien.

-Lo siento hija, pero sí me haz escuchado con claridad: debes convertirte en la concubina del heredero más joven de los Gojo ,nuestros benefactores.

Utahime se mantuvo en silencio mirando el rostro de su padre, la invadía una furia que le revolcaba el estómago , pero al ver la profunda tristeza en los ojos que la miraban comprendió que aquel hombre sufría desde sus adentros por semejante petición:

-Padre, ¿existe alguna forma de que no tenga que hacerlo?

-No hija.

-¿Podré terminar los preparativos del Matsuri?

-No podrás, he demorado dos días en procesar la noticia y contártelo. Faltan solo cinco días para llegar a Tokio.

-Mmm .Entiendo....entonces ¿debo despedirme de mis compañeras verdad?- Utahime sorprendió a su padre con la actitud que había tomado.

-Si, preparé un transporte para llevarte a la estación del tren y viajar a Tokio. Les dirás que....

-Les diré que...-la joven dibujó una falsa sonrisa en sus labios para sanar un poco el atormentado corazón de su padre- sus deseos se han cumplido y que mi padre encontró un esposo para mí. Que me voy a casar y que tendré muchos hijos.

-Si, diles eso.-a penas el señor podía pronunciar palabra.

El padre no tuvo valor para contarle la verdad a su hija en su totalidad, si no fuese hechicera, si tuviese los poderes regulares de cualquier joven miko, no afrontaría el destino que le tocaba enfrentar .No tuvo valor para contarle cuando oyó la frase de su hija : un brillante final de ensueño inventado para que todos pudiesen creer que una joven tan cálida como ella tendría la vida que se merece.

Linaje del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora