||Regalo||[Capítulo 1]
Palabra clave: HeridoLocalización: U.S.A, New York, Estación de metro abandonado.
════════════════════════════════
New York, una de las ciudades más grandes del todo el mundo, tan grande que el mundo se refiere a esta como la jungla de asfalto, en un lugar así seria sumamente raro el no estar rodeado de ruido por todos lados, incluso en los lugares menos pensados.
Mientras que en la superficie los neoyorquinos vivian su vida habitual, en algún lugar del subterráneo de esta enorme ciudad, siendo más exactos en una estación de metro abandonado, al menos para el ojo humano, ya que era habitada por los héroes de esta ciudad, aunque gran parte de los habitantes de esta metropolis desconociera de su existencia.
El más joven de estos héroes anonimos, Mikey se encontraba preparándose un café para por fin despertar por completo, después tenía pensado comenzar a hacer el desayunó para su familia, no es común ver a Mikey comiendo algún alimento amargo, es sabido él es un chico más de cosas dulces, pero últimamente su hogar ha sido tan caótico que le es imposible conciliar el sueño como antes, las consecuencias, su falta de energía por las mañanas, siendo el consumo de cafeína una ayuda con eso.
Una vez sentado con la taza en la mano, se tomó su momento de oler el magnífico olor de los granos del café caliente, disfrutando del momento de paz que tenía a su alrededor, le encanta esa sensación de tranquilidad que le proporcionaba la ausencia de ruido, en el instante que iba a tomar un sorbo de su café, un fuerte ruido vino de los vagones del metro, al tener la guardia baja lanzó la taza hacia arriba, haciendo que el líquido se desparramada por toda su cabeza.
Soltó un grito de dolor, comenzando a girar en círculos alrededor de la mesa, sin pensarlo mucho abrió el refrigerador tomando lo primero que vio que era una jarra de la limonada que había hecho el día anterior, se la arrojó encima para aliviar el ardor. Al instante se sintió mucho mejor, pero igual se arrepintió, esa era la limonada que había hecho ayer con la famosa receta de Todd que con tanto trabajo logró convencerlo de dársela luego de ayudarlo con los cachorros en su santuario todo un mes, de acuerdo ahorra él era el enojado.
Se marchó al origen del ruido, con intenciones claramente no amigables, al llegar vio que era la habitación de Leonardo la fuente de ese ruido, asomo su cabeza para inspeccionar lo que pasaba ahí adentro, encontrándose a su hermano todavía acostado en su cama con la almohada sobre la cara para no escuchar a su hermano mayor, Rafael. El cual está sobre los pies de la cama hablando sobre algo de un entrenamiento matutino, a este punto este panorama ya era demasiado común, Rafa y Leo peleando, que sorpresa (nótese el sarcasmo).
—¿Y ahora porque pelean?— termino de decir con un suspiro.
—No tengo ni idea, pero ya llevan 10 minutos con 15 segundos 3 milisegundos con su intercambio de palabras agresivas. Por la barba de Einstein es demasiado temprano para esto— se quejó su segundo hermano mayor sin dejar de ver su celular.
Mikey no se había dado cuenta de la presencia de Donatello, pero se alegraba que estuviera aquí, para que pueda ayudarlo por si las cosas se llegan a ponen agresivas con sus otros hermanos.
—¡¿Hasta cuando vas a actuar tan infantilmente, Leo?!— preguntó Rafa dando un golpe a la pared más cercana para captar la atención del Azul, el cual era obvio que lo ignoraba.
—Cuando dejes de molestarme— respondió el contrario tapándose más fuerte el rostro con la almohada.
—¡No es por molestarte, pero es necesario empezar a entrenar más nuestro Ninpō para ser capaz de manejarlo completamente y sin mencionar que hemos fracoso todas las misiones pasadas!
ESTÁS LEYENDO
El DEBER DE UN LÍDER
Fanfiction"Yo soy el rostro del equipo, no soy y nunca seré un líder" Eso fue lo que Leo le dijo a su padre incontables veces, desde que tomó la decisión de nombrarlo el nuevo líder del equipó. Pero por más que hablara con Splinter para hacerlo entrar en razó...