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Alec se había calmado y estaba caminando a lado de Asmodeus entre las calles de Nueva York en madrugada, y en eso el menor solo abrazaba su peluche mientras que estaba un poco sonrojado.

¿Aún te doy miedo pequeño ángel?--.pregunta el mayor a Alec.

U-Un poco--.dijo Alec tímidamente mientras abrazaba mas el peluche.

¿Crees que te haré daño?--.le volvió preguntar.

E-Es que nunca un demonio mayor ha sido amable conmigo--.decia Alec nervioso.

Asmodeus paro y se quedó viendo a Alec fijamente mientras que se ponía enfrente de el, haciendo que este se pusiera nervioso.

¿D-Dije algo malo?--.pregunta Alec con voz temblorosa.

No, solo que no me gusta que me llames demonio mayor...llámame Asmodeus pequeño angel--.le dijo el mayor mientras le acariciaba la mejilla.

Alec se sonrojó por el toque del mayor haciendo que retrocediera unos dos pasos.

¿Acaso te molesta que te acaricie la mejilla?--.preguntó el.

E-Es que me encuentro sensible señor--.decia Alec nervioso.

Oh, ya veo...supongo que aún te encuentras afectado por tu corazón roto--.decia Asmodeus viendo como el menor tenía la mirada abajo.

Asmodeus solo le levantó la mirada al menor y no pudo evitar sus labios que eran de color rosa y además se veían esponjosos, entonces sin más de acercó a el para luego besarlo.

La sensación de esos labios era tan placentera, de hecho hasta tenían un sabor muy dulce y sobre todo eran tan suaves como el algodón, y al parecer Asmodeus se volvería adicto después de esto.

Alec estaba sorprendido al ser besado por el príncipe del infierno, su corazón estaba latiendo demasiado fuerte, un fuerte sonrojó se ponía en sus mejillas, no podía parar de temblar y sobre todo soltaba leves gemidos ya que no podía evitar sentirse bien, pero al mismo tiempo sensible porque la sensación era similar como cuando Magnus lo besaba, pero Asmodeus lo trataba con tanto cuidado que no podía evitar sentirse vulnerable ante el.

Vaya que eres adorable--.decia Asmodeus al separarse y tocar el rostro de Alec.

¿A-Asmodeus?--.le llamó Alec.

¿Que sucede pequeño?--.le dijo el.

¿Porque me besaste?--.preguntó un poco tembloroso.

Porque ahora te declaro mi tesoro...un tesoro puro del cual no quiero compartir con nadie--.decia Asmodeus mientras ponía sus ojos de gato y mientras que volvió a besar a Alec.

Alec de verdad que estaba sorprendido por eso y en verdad que no sabía en qué pensar mientras que era besado por el demonio mayor.

Un rato después el demonio mayor había llegado a dejar al menor cerca del instituto para no llamar la atención de las alarmas.

Que tengas una linda noche pequeño angel--.le dijo Asmodeus acariciando su cabello.

G-Gracias por consolarme--.decia Alec tímidamente mientras abrazaba su peluche.

Vuelve a tu hogar pequeño--.le dijo el mayor mientras se alejaba.

¿T-Te volveré a ver?--.le preguntó Alec nervioso, pero curioso.

¡Jeje! Más pronto de lo que tú crees pequeño--.dijo Asmodeus sonriendo antes de irse.

Alec un poco confuso, pero al mismo tiempo sonrojado fue devuelta al instituto para entrar a la ventana de su habitación, esconder su peluche y volver a la cama, pero mientras tocaba su boca con sus dedos al recordar los labios de Asmodeus y de solo pensarlo no puede evitar sonrojarse...por ello intento dormir aunque eso era difícil.

Al día siguiente Alec había despertado un poco tarde ya que los recuerdos de anoche con Asmodeus, lo dejaron despierto más tiempo, pero también al hacerlo no puede evitar un cosquilleo en el pecho.

En eso Alec comenzó alistarse para su día, aunque no sabría que tareas o más bien castigo tendría ya que después de lo que pasó con Magnus, sus padres serían muy severos con el y de verdad que era cierto.

Alec estaba realizando sus castigos, que eran en base a los monitoreos, el chequeo de los datos y sobre todo de que se encontraba haciendo entrenamiento, pero lo difícil era que muchos del instituto miraban con desaprobación a Alec e incluso llegaron hacer comentarios muy crueles en el sentido en qué siempre se basaban en qué era la vergüenza del instituto y sobre todo de que decían que debería ser expulsado.

Alec de verdad que no tenía idea del porqué tenía ese trató en el instituto, el no había hecho nada malo...solo quiso ser el.

Alec estaba en su habitación después de haber tenido un día muy difícil y de ahí pues estaba recostado en la cama cabizbajo y triste mientras abrazaba a su peluche, pero en eso recordó a Asmodeus, no pudo evitar sonrojarse mientras tocaba sus labios.

En eso pues como era la media noche Alec decidió salir del instituto y tratar de poder coincidir con el mayor.

El menor caminaba entre las calles de la ciudad mientras abrazaba su peluche ya que desde pequeño la oscuridad le intimidaba por ello siempre tenía una luz de noche en su habitación para poder descansar. Y por ello cuando escapaba del instituto siempre iba a las zonas más iluminadas, pero ahora estaba en una zona en donde no había tanta luz y ahora Alec caminaba un poco temeroso.

Un pequeño ángel como tú debería estar descansando en su cama...veo que eres un pequeño travieso--.dijo Asmodeus que aparece de repente.

Y-Yo...--.trataba de decir Alec sonrojado.

¿Si? --. decia el demonio curioso.

Q-Queria volver a verte --. le confesó tímidamente.







Un ángel entre los brazos de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora