RRR: Steam

Capitulo 8: The Flogging

Ram iba manejando en su nuevo auto, un pequeño regalo que había recibido tras su ascenso; lucía su nuevo traje rojo que simbolizaba que era un oficial especial.

Aunque su mirada era impasible y sin emociones, por dentro no sentía paz en lo absoluto; había mandado una carta a todo el pueblo, las armas pronto serían entregadas a todos allí. Sin embargo, había mandado una carta especial solo para Seetha, en la que le describía lo acontecido con Bheem y su verdadera identidad.

Seetha había mandado una respuesta a través de la paloma mensajera, en la que de manera resumida ella lo trataba de consolar, aunque sin mucho éxito; incluso ella podía ver la encrucijada en la que estuvo y, actualmente, se encontraba Ram.

Llegó al sitio en cuestión dónde se llevaría el azotamiento público de Bheem; era una plataforma de madera con un poste que se levantaba desde la base hasta alcanzar los 3 metros y medio de altura, era el lugar donde habían realizado ya varios otros flagelamientos y ejecuciones públicas a criminales importantes.

Ram se bajó de el auto y se paró sobre la plataforma. Seguidamente sacaron a Bheem de el camión dónde lo llevaban; estaba esposado y caminaba con algo de pesadez, quizá por la falta de sueño o por el hambre y la sed.

Ambos se miraron brevemente y Ram sintió el deseo de besarlo y quitarle esas esposas, de salir corriendo con el en brazos, ¿Que importaba si moría? Quería salvarlo, pero el sentimiento de deber con su pueblo fue más fuerte y resonó tan alto en su mente que el latido de su corazón y su amor por Bheem se vieron diminutos; tenía una promesa, un juramento y debía cumplirlo.

Bheem fue colocado en una zona donde lo esposaron a dos pequeñas vigas de madera que sobre salían del piso y luego Ram tuvo que dar un discurso sobre los daños que había hecho Bheem y como hiba ser castigado por sus actos hasta que se arrodillara y confesara sus crímenes. En su mente se formó un plan rápido que lo hizo sentir aliviado y con disimulo se acercó a Bheem y le susurró, cuidadoso de que nadie lo escuchara.

Ram: bien este es el plan- dijo pero Bheem solo miraba hacia el frente, su mirada solemne e imperturbable- daré un latigazo al aire, relájate no te dolerá,pero todos pensaran que si conecte el golpe; en el momento el que se escuche el golpe tu gritas y ye arrodillas ¿Entendido?- preguntó finalmente pero Bheem no mostró ninguna expresión y solo siguió mirando hacia el frente- tomaré eso como un si- dijo apartándose de su lado y tomando distancia.

Ram desenrrolló el látigo, lo movió y "golpeó" a Bheem, pero algo salió mal, Bheem no gritó. Ram entró en pánico, Bheem no sé había arrodillado, ni tan siquiera había soltado un grito al menos para disimular; viéndose atrapado, Ram tomó impulso con su brazo y dió un verdadero latigazo a Bheem.

Está vez Bheem de verdad sé quejó del pico de dolor y la quemadura repentina que provocaba el látigo, era doloroso, aunque lo peor era que Ram lo estuviese haciendo.

Ram en su mente: ¿Por qué?- pensó con frustración mientras le propisiaba latigazos a Bheem- ¿Por qué nunca nada me sale bien?, ¿Por qué Dios y la vida se empeñan en ponerme a elegir entre lo que amo y lo que debo hacer?, ¿Por qué...- pensó lágrimas casi saliendo de sus ojos inexpresivos- siempre termino dañando, lastimando... Matando a las personas que amo?- recordó como su madre y hermano habían muerto por irlo a buscar a el para ponerlo a salvo, como había matado a su propio padre; era un asesino, sé había manchado las manos con la sangre de su propia familia. Y por si eso fuera poco, había lastimado a su gente por seguir las órdenes ciegas de los británicos buscando una promoción que, ahora que la tenía, no lo hacía sentir mejor.

Ram había caído en cuentas, era un monstruo y no merecía el amor de nadie y menos de un alma tan buena y amable como Bheem; aún así, no permitiría que quien amaba siguiera sufriendo.