LA IMAGINACION

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Sé que a veces resulta difícil motivarlos a hacer abridores; cuando quieren hacer uno, se ponen nerviosos y dudan sobre si hacerlo o no. Los entiendo, me pasó, e incluso a veces aún me pasa en ciertas situaciones. Suele suceder que los nervios, el miedo y la ansiedad nos abruman al mismo tiempo, y dejamos pasar la situación para que la "presa", por así decirlo, se nos escape de las manos.

Hacer un abridor no es fácil, para nadie. Experimentar esa nueva experiencia que todos tememos hoy en día se debe a muchos factores, ya sea miedo al rechazo o miedo a no terminar como uno espera, pero tranquilos.

En el capítulo anterior, les di algunos consejos sobre los abridores y les mencioné que debían ser "creativos". Quiero decirles que podría escribir incluso un libro entero sobre la creatividad, pero no quiero ser tedioso. Por ende, voy a darles más consejos, experiencias y motivarlos para que ustedes mismos se liberen del miedo.

¿Cómo empecé yo? 

Antes era un pollito, me sentía perdido en este mundo. Claramente, comencé como todos, desde abajo, con miedo y mucha ansiedad al hacer un abridor. Por ende, empecé desde lo básico, aceptando el rechazo. Suena estúpido, pero ser rechazado motiva mucho más a hacer un abridor. ¿Qué hacía? De vez en cuando, en la calle, frenaba a personas para preguntarles cosas que me generaran rechazo, ya sea preguntar direcciones que no existían o, literalmente, decirles a las personas "soy la milanesa, ¿quieres ser mi puré?". Estas preguntas claramente lograban mi objetivo: el rechazo y quitarme el miedo a la interacción. ¿Suena absurdo? Lo es, pero créanme que la experiencia suma bastante a futuro. Muchas personas, al hacerme mis preguntas con dicho objetivo, siempre terminaban diciendo "no" y poniendo caras raras, para luego ignorarme y seguir con su camino. (Esto lo hacía cuando iba de compras o simplemente salía a dar vueltas, para no perder la costumbre del rechazo y poder mejorar). Luego de un tiempo, me di cuenta de que ser rechazado no es tan malo e incluso, en ciertas ocasiones, sonaba divertido y me llevaba a conversaciones entretenidas con personas que conocía en el camino. Gracias a aceptar que el rechazo es normal, me di cuenta de que interactuar y ser rechazado no era tan malo.

Ustedes dirán, ¿y de qué me sirve esto para hacer un abridor? Fácil, para quitarse el miedo, ya que es el principal problema de todos.

Una vez que me di cuenta de que interactuar y ser rechazado no era tan malo, pensaba que la vida era más fácil de lo normal. Digo, las personas se detenían a escucharme decir tonterías y luego me respondían, tan difícil no era iniciar una conversación o simplemente hablar con una persona extraña, ¿no? Por ende, empecé a abrir mi mente.

Veía a una persona de negro: "¿Estamos de luto o solo quieres mostrar lo bien que te queda el negro?" Veía a una persona que casi se tropieza: "Ay, yo por la mañana casi me tropiezo justo ahí." Veía a una persona bien maquillada: "Che, qué bien te queda el maquillaje." Veía a una persona leyendo/estudiando: "¿Qué lees? ¿Qué estudias?"

Que sea espontáneo y se note lo natural; la charla sigue sola y más si a esa persona le gusta. Es decir, ¿a quién no le gusta que lo alaguen o ser escuchado?

Siempre aprovechen todo a su alrededor. Yo, por ejemplo, hace un tiempo estaba en un kiosco, una chica estaba por comprar unas gomitas y le dije: "¿Esas me recomendas? No sé, vine por otra cosa, pero ahora que vi que las agarraste, me dieron ganas de comer gomitas". La chica sonrió, me contó que eran sus favoritas y empezamos a conversar.

Quiero admitir que si no hubiera superado el miedo al rechazo, todo esto no se me haría tan fácil como lo leen. Claramente, me costó bastante aceptar que ser rechazado y que las conversaciones naturales pueden servir bastante en este mundo, sobre todo para mí, que era tímido en su momento.

La creatividad en el arte del abridor suma. No tengan miedo, y si lo tienen, sigan mi consejo anterior sobre cómo superarlo. A veces, ser creativo es difícil, pero créanme que es más fácil de lo que parece.

Si ven a una persona con una campera roja, podrían decirle: "A pocas personas les queda bien una campera roja, pero a vos te queda muy bien". Y ahí viene el saludo, la presentación. ¿Para qué una presentación? Cuando uno se presenta, sabe que la conversación va a durar más. Es decir, en el caso de la campera roja, podrían responderme con un "ah, gracias" e irse, pero si me presento, la conversación y el juego comienzan.

Otro ejemplo de creatividad, siguiendo el mismo ejemplo de la campera roja: "Ey, mi color favorito es el rojo, y al verte con esa campera roja, tenía que venir a saludarte de todas maneras. Te queda bien, ¿cómo te llamas?" y estiran la mano.

Saliendo del ejemplo y yendo a más creatividad, si ven a una persona de un tamaño que les gusta, podrían decirle: "Ey, me encantan las personas de tu tamaño. ¿Cómo te llamas?" Estos ejemplos se pueden adaptar a todo, ya sea física o emocionalmente: "Ey, me gusta la gente con tu estilo de energía. ¿Cómo te llamas?"

En otras palabras, fluyan con lo que ven, usen su vista para expresarse o, mejor aún, usen todos los sentidos que tengan para hacerlo. Usen la creatividad. No tengan miedo al rechazo, no tengan miedo de ser creativos y abran sus mentes en el juego de la seducción.

¡Espero que hayas disfrutado de este capítulo y no olvides darle una estrellita!

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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La seducción: El juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora