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Los días en el colegio sólo mejoraron, descubrí que Matt usaba lentes de contacto y que era alérgico a demasiadas cosas (en serio, demasiadas).

Nos divertíamos como niños normales y a veces nos escapábamos de clases (Matt se oponía siempre).

Aunque no parecía, los tres éramos unos nerds y lo demostrábamos en nuestros intereses, Tom y yo éramos los más geeks, siempre quejándonos de cosas sin sentido y criticando películas populares.

Cada vez éramos mas cercanos y me comencé a enamorar de él, al inicio todo era físico, pero ahora... quería ser más para él.

La casa de Tom quedaba de camino a la mía y ambos nos íbamos juntos siempre.

Un día íbamos hablando de cosas sin sentido y un tema surgió en mi mente.

-Tom, ¿qué pasó entre tú y Matt?-
Tom suspiró y con un rostro cansado respondió.

-No pasó nada del otro mundo, sólo es que Matt es muy... Tonto, él tiene una familia perfeccionista y siempre cumple los caprichos de su tía, apenas me comencé a meter en problemas la vieja le dijo que se alejara de mí y él hizo caso, Matt me tiene molesto- a Tom le costaba expresarse, mantuvo su cabeza apuntando al suelo en todo el transcurso de lo que dijo y parecía decepcionado.

-Qué tonto es Matt, reemplazar a un amigo por personas así, es terrible, además, tú eres un gran amigo y no te mereces eso- sé que hice quedar mal a Matt, pero en parte él se lo merecía y al parecer eso mejoró el ánimo de Tom.

-Jajajaja, sí, supongo que Matt es un tonto- ambos nos reímos, a poco tiempo comenzó a llover y corrimos a mi casa para evitar enfermarnos.

Llegamos y yo sólo deseé que no hubiera nadie en casa.

-Vaya, tu casa es grande- dijo Tom algo sorprendido, me reí un poco mientras me quitaba los zapatos.

-Sí, ya sabes, una familia importante, una casa grande, es como una ley-.

-¿Y tus padres están en casa?- Preguntó Tom mientras me observaba.

-La mayoría de veces ellos vienen algo tarde del trabajo, parece que no hay nadie en casa, los de servicio se van antes de que yo venga de la escuela- caí en cuenta de que estaba solo con el chico que me gustaba, me empecé a poner nervioso y lo miré, él estaba muy mojado por la lluvia al igual que yo.

-Dame tu ropa, la voy a lavar- mi rostro estaba rojo, pero la verdad no quería que él se enfermara, trataría de ser un caballero como siempre.

-Yo ehmm... No me puedo quitar la ropa en medio de la entrada- me sentí peor cuando dijo eso ¿por qué soy tan idiota?

-T-Tienes razón, yo quería decir q-que fuéramos a mi cuarto para cambiarnos- Tartamudeé y él sólo se puso a reír.

-Vaya, cambiarnos en tu cuarto, ¿los dos?- Dijo Tom con un tono de voz seductor, me sentía realmente avergonzado, pero él se siguió riendo y yo le seguí la corriente -¿sabes, no tenía planeado eso, pero no estaría mal, déjame ayudarte a quitarte la corbata- sonaba coqueto, mientras me acercaba a él y pegaba nuestros rostros y nuestros cuerpos, sólo ahí me pude dar cuenta de lo pequeño que era Tom, el rostro sorprendido de Tom no tenía precio, sus mejillas se habían puesto algo rojas y eso lo hacía verse muy lindo, me reí por la ironía de las cosas, él se tranquilizó y también carcajeó.

-¡Jajaja! Qué mal, y yo que pensaba que ibas en serio, como sea, vámonos ¿dónde queda tu cuarto?- Lo que dijo me dejó sorprendido y sólo me limité a responder su pregunta.

-S... Sígueme- rápidamente subí las escaleras tratando de no ver a Tom a la cara, había regresado a mí la timidez, llegamos a mi cuarto, las paredes eran de un café claro y estaban llenas de dibujos míos, sentí mucha vergüenza ya que no me puse a pensar que mis secretos quedarían expuestos a él cuando entrara en mi cuarto.

Tommy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora