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-¡Salió corriendo de la nada! todos quedamos muy sorprendidos, ¿puedes creerlo?- Me quejaba con Matt por teléfono, él me escuchó pacientemente, no parecía indiferente ante la situación, Matt suspiró pesadamente y me habló con una voz decaída.

-La verdad… Creo que tienes razón, hay algo raro con la familia de Tom, él me invitó un par de veces a su casa y sólo estaba su papá, él nunca habla de más familia… La verdad el papá de Tom me sigue causando escalofríos- guardé silencio por un rato y recordé todo lo que Matt me había dicho el día en el que conocí a Tom, levanté mi mirada emocionada y estaba listo para hablar cuando Matt me interrumpió.

-No- diablos, ese idiota ya sabía lo que quería decir, era muy perceptivo para mi mala suerte.

-Ya habías aceptado- me quejé en voz baja.

-Eso fue antes, ni loco lo haré-.

-Antes ni siquiera éramos tan amigos, ahora tienes más razones para hacerlo- Matt guardó silencio por un momento y después con una voz insegura dijo.

-¿Sabes los problemas que me voy a ganar por esta locura?- Claro que lo sabía, me siento mal por él, pero a veces es imposible no ser egoísta.

-Lo sé… pero esto no se trata de mí, se trata de Tom, ¿no dijiste que estabas preocupado por todo lo que le ocurría?- Matt estaba en silencio hasta que dijo con voz cansada a través del teléfono.

-¿Estás tratando de manipularme?-

-Sí- Dije sínicamente, en parte sí era una manipulación.

-Lo pensaré- Suspiré de molestia, sabía que no iba a poder llegar a más.

Matt colgó el teléfono y yo quedé inconsciente un rato después.

llegué al colegio muy temprano, me desperté en la madrugada y no pude seguir durmiendo, no dejaba de pensar en lo complicado que era estar enamorado y querer cuidar a esa persona sobre todas las cosas. Para mi mala suerte el no dormir me estaba cobrando factura, todas las clases me las pasé dormitando y siendo regañado por los maestros, a la hora del descanso seguí a Matt y Tom automáticamente, ambos intercambiaban miradas de preocupación.

-Edd… ¿Qué te ocurre?- La voz de Tom me despertó del sueño extraño que tenía, Matt me ofreció algo del café que llevaba en un termo, él ni siquiera tomaba café, pero su mamá se lo daba todos los días.

-A Tom sí le haces caso- dijo Matt indignado lo que hizo que Tom le diera un codazo, me sonrojé un poco, al parecer Matt me había estado hablando, pero yo no hacía caso, tomé todo el café de un trago y volteé a ver a los chicos.

-Nada, sólo no pude dormir bien, por eso mi cerebro está más lento de lo usual- sentí una mano sobar mi cabeza con cariño y me sonrojé al ver a Tom sonriéndome amablemente.

-Con razón estabas aquí desde temprano- Matt habló sacándome de mi momento feliz, al ver a Tom de nuevo este había quitado su mano de mi cabeza y la tenía puesta en su barbilla mientras pensaba, de la nada se levantó y dijo de manera juguetona.

-Al parecer, si sigues aquí te meterás en problemas, ya que te duermes y no prestas atención, por eso- aquí vamos, eso dilo. -Por eso, mejor vámonos para que te refresques, te voy a quitar el sueño- sonreí ante la sugerencia de Tom y me levanté con su ayuda, la energía me había dado de lleno, Tom me causaba esta sensación de sobrecarga tan rara, pero me hacía feliz.

-Me encan…-  Mi alegría como siempre fue interrumpida por Matt, aquí íbamos otra vez, perdón Matt, siempre te hacemos lo mismo.

-No, no, no, no, no, ustedes han hecho lo que quieren por suficiente tiempo, es mi turno, no se van a ir- en esta ocasión Matt tenía razón, ya habíamos tomado demasiadas libertades, pero de la nada unas últimas palabras salieron de su boca y nos dejaron en blanco, tanto a Tom, como a mí.

Tommy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora