Capitulo 31

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Abril's pov:

Samanta se fue bastante tarde ayer por la noche, no quería, pero ella insistió en que ir tan rápido no nos ayudaría en nada.

Cellbit y Roier ya saben, ya que ayer le dije a Roier y hoy ha traído a su esposo para que se enteren de todo.

-¿Y se besaron y ya? - Preguntó enarcando la ceja. - ¿Sólo besos?

-Sí, Roier. - Murmuré molestandolo.

-¿Y lograron hablar las cosas?

-Sí, ambas concordamos en ir lento, pero... También somos adultas que... Tienen ciertas necesidades que probablemente cumplamos sin necesidad de comprometernos por ello.

-Básicamente follamigas. - Dijo Roier. - ¿Y estás bien con eso?

-Roier, no hables tan fuerte. Leo está jugando arriba.  - Lo regañó Cellbit

-Yo estoy bien con ese acuerdo, y ella está bien también. Ambas nos sentimos cómodas siendo... eso que dices, y ayer... Pudimos detenernos antes de cualquier cosa.

Cellbit me miró burlón.

-Te conozco, conozco tu calentura. - Murmuró. - ¿Se detuvieron porque no querían o porque no tenían preservativos?

-Ella no traía y no quiso usar los que eran de Juan. - Dije rápidamente. - Y está bien, no hubo mucho.

-No quiero saber, Abril. Esto es asqueroso. - Gruñó Roier. - Me alegro de que te arreglarás con Samanta, pero... ¿Hablaron bien todo?

-Sí, sí. Todo bien... Hablamos de ella, de su hija... De su ex novia, de Juan, de como pasó mi compromiso con él... Y Leo, de lo que ella quería y me pedía, y lo que yo quería y le pedía, todo eso, ya sabes. - Dije rápidamente. - Luego acordamos ir lento, pero con las cosas claras no debería haber Mayor problema.

Cellbit aplaudió.

-Felicitaciones.- Sonrió. - Maduraron, ahora en vez de querer arrancarse los ojos cada cinco segundos como me comentó Nuvis, querrán quitarse la ropa.

-Muy probablemente. Como cuando eramos adolescentes y siempre estaban en el baño. - Se burló Roier.

-Exageran, no era así... - Murmuré sonrojada. - Los últimos meses sí, lo acepto. Pero eso era por Leo que estaba creciendo en mi interior.

-¿Le enseñaste aquél horrible y gastado test de embarazo? -Preguntó Roier. - Todas las madres lo guardan.

-Lo dejé olvidado en aquél hotel, yo tengo sólo la hoja médica que confirmaba el embarazo.

Mis amigos comenzaron a burlarse. Son unos idiotas.

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-Hola, hey. Quiero... Invitarlos a... Ver algo conmigo. - Sonrió Samanta entrando a mi casa.

-¿Qué cosa?

-Uh, bien... Dijiste que un departamento era peligroso para Leo, y bueno... Algo interesante de hacer música con grandes artistas es que me pagan bien por apretar dos cuerdas cada cinco segundos en un estudio o concierto, y... Me compré una casa, es algo rural, pero cómoda... Y amplia. - Sonrió y yo también.

-¿Pensaste en todo, no? - Pregunté acariciando su mejilla.

Leo bajó corriendo con su abrigo en la mano y quité mi mano del rostro de Rivers

-¡¿Nos vamos ya?! - Dijo emocionado.

-Pero aún no he dicho nada, cariño. - Murmuró Samanta y él se encogió de hombros estirando sus brazos para que ella lo tome.

-Anda, vamos - Insistió.

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-Es ésta, su jardín es grande y queda a veinte minutos de la casa de los abuelos. -Murmuró Samanta observando a Leo que iba sobre sus hombros.

-¡Es genial! ¡¿Podemos quedarnos aquí hoy?! ¡Por favor!

Piolín y Skate venían con sus correas, sin embargo el pequeño pato venía sobre el lomo del cachorro.

-Yo no tengo problema en ello. Preguntale a tu madre. - Murmuró Samanta

Asentí lentamente.

-Sino te molesta. - Murmuré. - Todo bien.

Entramos a la casa que por fuera era de madera blanca. Por dentro era hermosa, todo en un color café barnizado y brillante. Las fotografías de Leo estaban por todos lados, al final de la escalera en un grancuadro estaban las manos de Leo recién nacido entre las mías.

-¿Te gustó esa, eh? - Pregunté burlona.

Samanta asintió lentamente.

-Se ve linda. Déjame en paz.

-¡¿Dónde es mi cuarto?! - Gritó Leo subiendo las escaleras.

-¡Dice Leo! - Gritó Samanta. - Y la puerta tiene una N. - Murmuró. - Está emocionado.

-Muy emocionado. - Murmuré. Escuchamos como abrió y cerró una puerta. Probablemente su habitación.

Me acerqué a Samanta pasando mis brazos por sus hombros. Ella levantó la vista mirando a la escalera y luego tomó mi cintura al comprobar que Leo no venía.

Me pegó a la pared más cercana y comenzó a besarme. Su lengua se hundió en mi boca con rudeza mientras la sentía presionarse contra mí. Solté un gemido contra su boca y ella me hizo callar de inmediato.

-Shh... Puede oír. - Gruñó. - Se una buena chica y no hagas ruido.

La empujé levemente y me separé de ella.

-Tú sé una buena chica... - Susurré en su oído. - Sabes quien tiene el control aquí, Rivera

La sentí tensarse y sonreí. Es fácil de manipular.

¿Disculpa? - rivari [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora