Capitulo 30

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Samanta's pov:

-Hola. - Sonreí a Leo. - Ya llegué.

El pequeño estiró sus brazos y yo lo cargué abrazandolo.

-Hola, señora mamá. Me puse guapo para ti, mira. - Me enseñó su camiseta.

-Wow, detente. ¿Acaso quieres que me muera de amor? - Pregunté y negó preocupado.

-No, señora mamá, perdón. - Comenzó aquitarse la camiseta y lo detuve.

-Cariño, estoy bromeando. Cálmate. ¿Dónde está tu madre?

Él me observó y tomó mi mano llevándome hasta la cocina. Abril estaba descalza bailando de un lado a otro mientras cocinaba. Su cabello estaba en un rodete y llevaba sólo una camiseta larga que cubría hasta sus muslos y un poco más.

Mierda...

-¿Por qué no vas a... Mirar caricaturas? - Pregunté en el oído de mi hijo. Él asintió y se fue corriendo. Me apoyé en el marco de la puerta observándola.

Es hermosa, y no está ayudando en lo absoluto. Abril se giró y me observó asustada, su rostro comenzó a sonrojarse y le dediqué una sonrisa mientras cruzaba mis brazos en mi pecho.

-Hola, brujita. - Murmuré. - ¿Cómo estás?

-¿Hace cuánto estás aquí? - Preguntó nerviosa. - ¿Cómo entraste? - Observé sus muslos y luego subí la Mirada lentamente. Ella intentó cubrirse. - Ya... Ya vuelvo.

Pasó por mi lado y sentí su perfume en el aire. Joder.

Que mujer.

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-¿Qué cocinas? - Pregunté sentandome frente a Abril en el mesón de la cocina.

-Langosta, Leo dijo que le gusta como me queda y que quiere que la pruebes.

-Genial. Ya quiero probarla. -Murmuré observándola con una sonrisa.

-No hagas eso. - Gruñó.

-¿Hacer qué? - Pregunté.

-Poner esa sonrisa.

-¿Por? - Fingí no entender.

-Porque me pone bastante nerviosa y no me gusta.

-¿No te gusta estar nerviosa?

-Ajá.

-¿Por qué me invitaste? - Pregunté. -La verdad.

-Terminé con Juan... Ambos dejamos de amarnos y... Patty me contó que... Ya sabes, no están juntas.

-Básicamente... Fue porque tu prometido te dejó, ¿soy tu premio de consuelo? - Pregunté ofendida. - Abril, no puedes...

-¡Ni siquiera me dejaste terminar! -Gruñó. - No es así, yo... Me di cuenta de que me gustas, ¿bien? Y necesitaba una excusa para dejar a Juan, y él me dejó, suena horrible, pero lo importante es que me gustas.

-¿Y debería creerte?

-¡Sí! Porque estoy dejando mi orgullo de lado para decírtelo. Me gustas, Samanta.

-Eres horrible confesandote. - Dije rápidamente. - Antes eras más romántica. - Bromeé para aligerar el ambiente. Ella soltó una risita.

-Antes no te odiaba.

-¿Ahora sí?

-Cuando no eres mía, sí. - Gruñó.

Sonreí levemente.

¿Disculpa? - rivari [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora