~ [CAPITULO 17]~

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Por lo general son los hermanos omegas de Yunmeng los que causan sorpresa, ¿Sacarle canas verdes a la temible araña violeta? Pan comido. ¿Meterse donde no los llaman? Es como un talento innato en ellos. ¿Desafiar a los alfas cada vez que pueden? Si, por favor. ¿Causar desviaciones de qi a los decrépitos- uhm- a los honorables ancianos Lan? Su sola presencia basta.

Por lo que se podría decir que ellos son los que causan problemas y los que dejan sorprendidos o perplejos a las personas, pero en esta ocasión son ellos los que están así.

Por un lado tenemos a Wei Ying, el cual cree seriamente que sigue dormido o que Lan WangJi está bajo alguna maldición, debe ser eso, si no ¡¿por que está declarando frente a todo un público que lo quiere cortejar?! ¡¡¿NO QUE LO ODIA!!?

Luego está Jiang Cheng, no menos histérico que su hermano mayor, que no sabe si lanzarle algo a alfa Lan o lanzarse algo a si mismo para perder el conocimiento y no tener que pasar lo que a su ver es una vergonzosa situación.

Antes que alguno de los hermanos siquiera pudiera reaccionar una voz atronadora retumbó en el espacio.

—Así que los Jade Lan están confiados de poder tener la mano de mis hijos. —Madam Yu había abandonado el público para entrar en la arena del espectáculo. Muchos en el público voltearon a ver a Jiang FengMian que solo sonrió desde su lugar observando a su esposa. — Que osados y descarados han resultado — La mujer alzó una ceja y su mirada de acero petrificó a los dos alfas. — ¿Que les hace siquiera pensar que tienen la oportunidad de estar a la altura de mis hijos? Ellos son el tesoro de Yunmeng, no me importa incluso si el mismo emperador celestial desea su mano, si para mi no son dignos no pasarán ni siquiera el comienzo, mucho menos llegarán a la meta.

Lan Xichen y Lan Wangji intercambian una mirada, el segundo no había pensando en la posibilidad de que la Madam de la secta Jiang interfiera, por otro lado, el mayor de los Jade había contemplado cada posibilidad, por lo que no dudo en dar un paso frente a la omega mayor y demostrar toda su confianza.

—Madam Yu, lamentamos que se entere de nuestras intenciones hacia sus hijos de esta forma, pero puedo prometerle que mi hermano y yo somos honestos. A mí me gusta el joven maestro Jiang y estoy dispuesto a pelear por él y demostrarlo.

Jiang Cheng se sonrojo y tapó su rostro con sus manos, abochornado.

—Bonitas palabras, Zewu-Jun, pero eso no basta. Muchos alfas aquí dirían lo mismo por una oportunidad con mis hijos.

Lan Xichen pasó saliva. Las palabras de Yu ZiYuan son bastante similares a las de Jiang Cheng, es obvio que el Omega heredero de la secta Jiang es más parecido a su madre que su apariencia.

—Por eso estamos aquí. No queremos ser como otros alfas, queremos que el joven maestro Jiang y joven Wei nos consideren dignos.

La Madam lo evaluó con su mirada. Lan Xichen puede decir con seguridad que ningún alfa mayor o algún anciano ha infundido el nivel de intimidación que la Madam muestra en sus ojos y se clava en su cuerpo.

—¿Y tú?— los ojos de la Yu se deslizaron del Jade mayor al menor — ¿Acaso no tienes nada que decir o tu hermano habla por ti? — alzó una ceja de forma crítica

La postura derecha de Lan Wangji se volvió perfecta cuando enderezó más la espalda, como si estuviera delante de un general.

—Deseo conseguir la aprobación de Madam Yu y estar a la altura de Wei Ying.

Yu ZiYuan los escruto con la mirada y el silencio tenso a la espera de su respuesta puso a todos a las expectativa.

Finalmente la Madam giró sobre sus talones.

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