Nos vemos, hijo.

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Entre todo y mis pensamientos, comencé a escuchar un sonido molesto, no paraba de sonar. Era como un chirrido muy alto.

Puse mis manos en mis oídos, apreté y golpee repetidas veces. Mis ojos comenzaban tintinear.
Un olor raro llegó hacía mí. Olía a muerto, muerto en descomposición.

De golpe voltee a ver a lo que parecía ser Taehyung, se veía extraño, no parecía un hombre, parecía...

¿Una mujer...?

Era un rostro familiar, una mujer de pelo largo y lacio, vestido de encajé bastante fino, las facciones de la cara eran llamativas, naríz recta y perfilada, tenía los ojos caídos de color negro.
El olor parecía venir de allí.

-¿No acostumbras a sentir esto verdad? -dijo la misma mujer, su voz sonaba bastante grave, parecía estar endemoniada, sus ojos caídos la hacían ver bastante intimidante.

Mis manos aún tapaban mis oídos con más fuerza, por segunda vez, tenía miedo a que podía pasar.

La mujer tenía una sonrisa espeluznante, sus dientes eran bastantes grandes, parecía que se le fueran a salir.

Algo sonó desde la televisión que llamó mi atención, la noticia de la mujer que robaba en las tiendas de conveniencia, volvía a estar allí.
Esta vez, el rostro de la desconocida aparecía, era el rostro de mi madre.

Volví a ver a la mujer quien se había transformado en mi madre completamente. Las cosas que estaban sobre la mesa comenzaban a temblar y romperse.

-Hijo mío, ¿Disfrutas verme pudrirme en el infierno? -su voz trataba de disfrazarse en una dulce y suave, pero la realidad era que volvía a ser gruesa llena de gargajos.

Intenté moverme, pero mis manos no dejaban de tapar mis oídos.
La imagen de mi "madre" cuando tenía brazos y piernas rotas, además de su cuello, que parecía estar cortado y lo habían tratado de pegar a su cuerpo. Aparecía y aparecía una y otra vez.

Quité la mirada de la mujer y miré hacía mis piernas. Estaba temblando como nunca, mis ojos iban de un lado a otro hasta que escuche como el seguro de un arma era quitado.
De inmediato voltee a ver a donde había salido el sonido.

Era increíble, pero no de lo bueno, literalmente era difícil de creer lo que veía.

Era Kim Taehyung, apuntando con un arma a la mujer que estaba junto a mí. La mirada de Taehyung no era la misma, era una mirada con sed de sangre, sus pupilas cada vez se hacían más pequeñas.
No pasó mucho tiempo para que Taehyung apretará el gatillo y la mujer cayera muerta en mi regazo.
Sentí el olor repugnante más cerca de mí, rápidamente me levanté dejando caer la cabeza de la mujer contra el suelo, la cabeza rodó hasta los pies de Taehyung.

Taehyung observó seriamente como la cabeza de la mujer chocaba en sus pies.

-Fue divertido, ¿No? -dijo burlón para luego mirarme ladino.

Esos ojos se tornaron de un color gris, además su cabello era completamente de color negro.
No dejaba de mirarlo con mucha desesperación e impotencia, quería comprender lo que pasaba.

-¿Vas a quedarte ahí? ¿Por qué no me agradeces, eh? Pensé que era el único que está mal de la cabeza, pero no, tú estás más loco que yo. -dijo para reír a lo último, guardó el arma que tenía debajo de su espalda.

-No me parece raro que todo haya sido una simple farsa. -dije mirándolo con un semblante serio.

-¿Farsa? ¿Qué quieres decir?
-dijo Tae dando unos pasos al frente.

La Felicidad Si DuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora