Los recuerdos de la noche son borrosos, el alcohol hizo su trabajo, tambaleando terminaron encerrados en el baño y si alguna duda o pizca de cordura quedaba en Lando, murió cuando escuchó a Carlos tararear repetidamente su nombre en un tono desesperado.
Y se sintió tan bien, es indescriptible el extasis que recorrió su cuerpo cuando finalmente sus manos tocaron zonas del cuerpo del mayor que siempre fueron prohibidas, que sólo podía imaginar, los labios ajenos en los suyos le hicieron sentir deseado como nunca antes.
El problema es que mientras sentía que tenía todo el control sobre el cuerpo de Carlos, no se dio cuenta que le estaba entregando al mayor el control de su vida.
Y la realidad le golpea con fuerza a la mañana siguiente, cuando despierta en su cama, desnudo, con una resaca infernal, su cuerpo marcado con moretones, su garganta seca, su espalda adolorida y completamente solo.
"¿Qué mierda hice?" Pregunta pero la respuesta está fresca en su mente, el vacío en su pecho le hace sentir que no puede respirar y el nudo en su garganta crece a la par.
Cree nunca haberse sentido tan sucio, tan usado, y como ya no hay vuelta atrás, sólo se acuesta en su costado, aprieta las sábanas contra su pecho y llora, llora hasta que la almohada está empapada y su abdomen duele, hasta que siente las esquinas de sus ojos arder, con tanta intensidad que sus sollozos salen entrecortados pues sus pulmones están luchando por inflarse.
Limpia las lágrimas después de un rato, se sienta debilmente contra el marco de la cama y entonces cuando finalmente siente sus extremidades relajarse, su mente decide jugar sucio porque involuntariamente sus ojos recaen sobre su escritorio en la esquina de la habitación y en la bella fotografía allí enmarcada, Carlos besando la mejilla de un alegre Lando el día de su graduación.
Ese Lando estaría tan malditamente decepcionado, tantos años esperando por una historia de amor perfecta, solo para terminar siendo el remplazo.
'Casual' Fue la palabra que usó Carlos, como si Lando no sintiera un nido de mariposas estallar en su estómago cada que hacen contacto visual, como si no notara que el británico es solo feliz cuando recibe su atención.
Casual, casual, casual...
¿Es "casual" el término que haría de la vida de Lando un infierno?Las horas pasan y sus ojos siguen fijos en la fotografía, aunque su atención no lo está, su subconsciente lo tortura, le repite una y otra vez la gran decepción que es, cada uno de sus errores, de sus ilusiones que se convierten en idioteces infantiles...
¿Realmente pensaste que te amaría? Despierta.
No sabe qué hora es cuando logra poner sus pies en el suelo, ponerse su ropa interior y caminar fuera de la habitación. Al pasar por el pasillo sus ojos se cruzan con su reflejo en un espejo, siente intensas ganas de vomitar.
"Buenas tardes, bello durmiente." Le saluda Carlos cuando entra a la cocina.
Oh, ya son tardes. Tal vez durmió demasiado o tal vez pensó demasiado.
Siente una punzada en su corazón, Carlos se ve tan perfecto como siempre, su cabello bien peinado, su torso desnuso y bronceado, su espalda decorada con rastros de la uñas de Lando, no le hacen sentir el orgullo que imaginaba, se ve más alegre y radiante incluso. Mientras él luce del asco, es cómo si el español hubiera robado toda su energía durante la noche.
"Hola..." Sale como un susurro, se niega a mirar mucho más al mayor y mejor pasa por su lado hacia el refrigerador, sacando lo primero que encuentra de tomar, su garganta lo está matando y aparentemente una bebida energética lo salvará.
"¿Pasa algo?" La pregunta le parece estúpida. Claro que pasa algo, te amo y tú a mí no.
"No, nada."
Entonces la mano en su barbilla le hace levantar su mirada y observar directamente a esos ojos marrones, a ese rostro perfectamente esculpido, tan bonito, Carlos es tan precioso, quiere besarle pero se contiene.
"¿Estás enojado por lo de anoche? Lando, no tiene que repetirse si no lo deseas."
Y entonces todo cambia, porque...¿y si esa es su única oportunidad? Si no se repite entonces todo será incómodo entre ellos, si se niega a tener algo casual con Carlos, lo perderá por completo. ¿Vale la pena perder toda su dignidad a cambio de mantener a su mejor amigo?
"No, claro que no, fue increíble. Solo dormí bastante mal..."
"¿Si? Déjame hacerte algo rico de comer, te hará sentir mejor." Le sonríe, y maldición, Lando haría todo por hacerlo sonreír así más seguido.
No es la primera vez que Lando se sienta en la encimera y ve a Carlos cocinar, solían hacerlo más seguido antes de que Charles llegara a sus vidas. Aunque, sí es la primera vez que Carlos se cuela constantemente entre sus piernas, le mira con cariño y le pide que lo bese, y eso hace que su corazón lata como idiota.
No quiere acostumbrarse a ese ambiente hogareño, a la intimidad que los rodea porque sabe que no va a durar, pero no puede evitarlo y por eso cada vez que se inclina para besar a Carlos, lo hace con añoro, como si en cualquier momento fuera a desaparecer.
"Carlos." Llama.
"¿Si?" El madrileño le responde sin mirarlo, concentrado en la estufa.
"¿Qué somos?"
La pregunta no sorprende a Carlos pero tampoco se ve muy feliz de responder porque le mira y luego vuelve su mirada a la comida, rascando nerviosamente su cuello.
"Amigos." Una palabra se sintió como si el mayor hubiera pateado su corazón sin piedad alguna. "Mejores amigos, como siempre. Si tú quieres, Lando, amigos con derechos."
"Ayer dijiste que te gustaba..." Las palabras escapan de los labios de Lando en un murmullo.
"Estaba borracho. Eres muy atractivo, Lan, pero acabo de salir de una relación y no quiero ilusionarte..."
"¿Ilusionarme? Aún lo amas y aún así lo negaste ayer porque sabías que te facilitaría llevarme a la cama." Dice con ironía y solo ve como Carlos evita su mirada a toda costa, lo cual funciona bastante bien como confirmación a su teoría. "¿Aún te estás acostando con él? Mírame, Carlos."
Su mejor amigo entonces lo mira pero no a los ojos, y asiente apenado, pero no por sus acciones sino porque ha sido atrapado.
Lando ríe cansado, sus lágrimas caen por sus mejillas y ni siquiera le importa, se baja de un salto de la encimera y aunque se marea sigue caminando fuera de allí, lejos de la persona que más desea cerca.
"Lando...La comida."
"No tengo hambre, solo necesito pensar, a solas."
Responde desde el pasillo.Tiene mucha hambre, pero sabe que no será capaz de tragar y se da cuenta de que su mente lo está castigando de nuevo.
Que lo perdone su madre que lloró a su lado durante cada desmayo, porque está a punto de recaer....
Advierto que en este fic van a haber muchas menciones de desórdenes alimenticios, trastornos y en general, mala salud mental.
Si son sensibles o pasan un mal rato leyendo estos temas, les recomiendo que lean otro fic o que me esperen con calma que pronto publicaré más Lestappen soft <3
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¿Mejores Amigos? - Carlando.
Fanfiction¿Cuánto debes amar a alguien para permitirle hacerte daño hasta que no quede nada de ti? Lando no lo sabe, pero Carlos está dispuesto a enseñarle.