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LA CIUDAD DE YORK NEW ESTABA MUY RUIDOSA COMO SIEMPRE. La jóven albina miraba todo con un poco de interes, las tiendas y los gritos de los comarciantes hacían que le molestará un poco el ruido de la ciudad.
Nolluko recién había llegado a esté sector del lugar, saco su celular del bolsillo y leyó los detalles otra vez.
• Matar a un mafioso, nombre: Rod.
Con un suspiro Nolluko empezó a salirse de la multitud y decidió ir en busca del mafioso enseguida, normalmente sería trabajo fácil ya que todos a primera vista subestiman a la pequeña Zoldyck. Si tan solo supiera que ella es una asesina de élite, pobres.
La albina miró hacía arriba, el cielo despejado empezando a atardecer, cada vez más cerca a la hora de empezar la misión. La mafia actuaba más de noche qué de día, específicamente Rod estaría en una base secreta; un restaurante dónde la comida cuesta millones. Si bien habría testigos pero solo tendra que matarlos o pillar a Rod de sorpresa, cualquiera de esas opciones funcionaba.
Nolluko no le importaba mancharse las manos con sangre una vez más. Era algo normal para los Zoldyck y ella no sería diferente a eso.
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Ya era de noche. La niña con hakama rosa estaba dentro del restaurante, analizando a cada y una de las personas del lugar. Nolluko estaba algo pensativa pero alerta a la vez.
Rod, un mafioso en sus 40 años, tiene una lista larga de delitos como asesinato, fraude, entre otros. Nolluko no sabía la apariencia del hombre pero con tan solo leer el comportamiento humano de el, sabría identificarlo. El temblor de manos, miedo y sudor serían las cosas claves para está misión.
La oji rosa vió a un hombre, tenía las características de ser ese tal mafioso que está buscando, se notaba que el hombre estaba alerta y asustado, ¿Acaso el ya sabía que vendría ella a asesinarlo? Puede ser, pero a la vez el no sabe quién sera, podría ser cualquiera ¿No?
Nolluko se puso de pie y dejo su comida sin terminar en la mesa, una simple sopa caliente, pero ya no tenía apetito.
La albina observo que Rod se había parado bruscamente de su mesa, alertando a sus acompañiantes, el salió del restaurante lo antes posible, si algo molestaba a Nolluko: era cuando sus víctimas se movían de lugar a lugar, con un suspiró se dirigió afuera y camino detras del hombre a paso silencioso.
Llegando a un callejón, el mafioso saco su celular para llamar a alguien, probablemente diciendo que necesita ayuda.
— Disculpe señor, estoy pérdida... ¿Podría ayudarme por favor? —Nolluko agarró la manga del mafioso y lo miro con ojos inocentes de una niña pequeña.
Rod casi grito del susto pero se tranquilizó rápidamente a ver que solo se trataba de una niña pequeña.— Piérdete mocosa, estoy en asuntos importantes. —Dijo con desdén.
Nolluko soltó un pequeño zumbido pero paro en seco al ver que el mafioso había caído con un ruido sordo. Tenía enredaderas en su garganta, ¿Desde cuando eso estaba ahí?
La albina miró al frente, vió a un niño qué parecía ser de la edad de Alluka, solo un año mayor que la oji rosa, cabello castaño oscuro con puntas anaranjadas. Nolluko frunció levemente el ceño, ¿Quién era éste? El también tenía ojos rosados, la diferencia era que los ojos de Nolluko eran más bonitos que los rosado chicle del chico.
— Lo siento mucho señorita. Tenía que matar a mi presa, ¡Es el círculo de la vida! —Se notaba que el era algo infantil, que molesto.
— Esa era mi misión. Me robaste el asesinato.—Nolluko respondió de manera seca y cortante, el chico pestañeo una, dos y tres veces para luego soltar una risa de burla.
— Yo no robé nada, solo tú eres muy lenta. —Cruzandose de brazos el niño apoyo su espalda contra la pared.— Oye, ¿No estás muy pequeña para ésto? Yo digo que deberías estar en tu casa haciendo otras cosas-
Los ojos del pelo castaño se abrieron más, sorprendido de sentir un hilo de sangre callendo por su cuello, la albina había sacado sus garras y apunto un dedo, su uña cerca de cortar el cuello en un movimiento.— No me gusta que la gente se burle de mí.
Nolluko seguía calmada, era casi inquietante, el chico le daría eso, pero el estaba muy sorprendido, la albina se movía muy rápido, tanto que ni la logró escuchar o ver.
Ella era un problema serio.
Con una risa, el niño miró a la más baja y puso sus manos en alto, en modo de rendirse.— Está bien, está bien. Tú ganas, ¿Piedad? —El oji chicle dijo con una pequeña gota de sudor.— Creó que empezamos mal. ¿Cuál es tú nombre? Yo me llamó Sooji, un gusto.
Se notaba desde lejos que el niño era un coqueto, pero Nolluko rodó los ojos y se separo de el. Sooji... Ella tendría en mente ese nombre por ahora.
— Nolluko.
— Qué lindo nombre!
La albina pauso, ¿Su nombre era... Lindo? Alzó una ceja y miró a Sooji, que solo sonreía.
— No me interesa. Ahora me debés algo, Sooji. — Nolluko se cruzó de brazos y se paró frente el, el castaño la miro incrédulo.— ¿Quieres algo de mí? Pero no hicimos ningúna apuesta. — Musitó.
Nolluko frunció el ceño.— No es necesario, me robaste mi misión y asesinato, ahora debés pagar el precio de meterte en mi camino. —Sooji por primera vez en su vida se asustó, el era inteligente y sabía que está niña no era normal. ¡Pero ni loco moriría solo por robarse un asesinato!
— Oye, oye, oye. Relájate ¿Quieres? El mundo no se acabará solo por ésto. —Sooji trató de razonar.
— Estás asustado. —Nolluko solto un zumbido de leve sorpresa.— No pienso matarte. Quiero que me compres algo. — La pequeña albina dijo y empezó a caminar afuera del callejón.
Sooji suspiro con molestia, ¿En qué problema se había metido ahora?— ¡Oye Nolluko! ¡Espera un momento! ¡NOLLUKO! —El castaño corrió detrás de ella, para ser pequeña Y baja, de seguro tiene velocidad.
¡¿Qué clase de amistad rara es esta?!
— Tengo que avisar que no tengo dinero
— ¿Me ves cara de qué me interesa? —Nolluko rodó los ojos de nuevo, por segunda vez en el día, pero no podía negar el sentimiento calido que empezó a sentie dentro de su pecho, había actuado como de costumbre no lo haría, algo nuevo para ella.
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DIOS MIO, OTRO CAPÍTULO?! aplaudan por favor👏👏, espero les haya gustado!