Los años para él pasaron volando cuál hojas se lleva el viento y en todo ese tiempo, nunca conoció al prometido de Bachira, se distanció un poco de Aryu e incluso se enteró qué esté estaba en compromiso con Toki, vaya sorpresa qué se llevó en cuánto supo de esa noticia. Ahora es todo un joven apuesto de dieciséis años en busca de una pareja, qué por suerte su padre le permitió escoger a excepción de su hermano qué lo obligaron a comprometerse con alguien a quién no quería.
Ese día qué sus padre decidió hacer un banquete en celebración de las nuevas alianzas de su nuevo imperio ──por qué sí, con los años llegaron a crecer tanto hasta convertirse en un poderoso imperio── lo mandaron al pueblo a buscar algo, fue acompañado de sus guardias cómo siempre lo hacía cada vez qué salía pero esa rutina se veía quebrantada tras la inesperada visita de alguien, un inesperado encuentro.
Cuándo se decidía en comprar un par de materiales para decorar algunas cosas del palacio, en su entorno pudo observar a un pueblerino normal para luego darse cuenta qué en él vio algo especial y nuevo, su físico era tan atractivo qué hinoptiza a cualquiera qué lo vea, con aquellas matices azules combinando a la perfección bajo los suaves rayos del sol, llevando consigo aquellos relucientes pero encantadores y exóticos orbes tan azules y profundos cómo los más valiosos y costosos zafiros qué haya visto en toda su vida.
Precioso, podía pensar con claridad al presenciar delante suyo al mismísimo arte.
¿Quién será esté chico?
¿Qué lo vuelve tan especial?Negó un par de veces antes de volver su mirada hacía las mercancías qué compraría, le parecía algo curioso qué un simple chico lo volviera tan distraído o incluso tan hipnotizado pero debía admitir qué parecía extranjero con aquellos ojos de colores tan azules cómo el mismo océano, no era normal en su gente tener ojos de esos colores mucho más si se trataba de azul y sus variantes.
── Majestad ¿está bien? ── las voces de sus guardias le trajeron de nuevo a la realidad, negó y confesó qué no ocurría nada malo, qué no se preocuparán por él
Compró todo lo qué necesitaban para el evento y después de conseguir todos los materiales fue nuevamente para el palacio rumbo a hablar con su padre e informarle de todos los gastos hechos.
Nuevamente volverá a ver a sus amigos.
(...)
Rin se sentía extraño desde esa mañana en la qué conoció a aquel inusual chico, no podía sacárselo de la cabeza por más qué quería, así qué sin evitarlo mando una carta a uno de sus amigos qué vivía más cerca de él para qué le ayudasen con ese problema, quería dejar de pensar y recordar esos enormes, curiosos y hermosos ojos color zafiro.
La carta qué fue enviada por medio de una paloma fue correspondida tras una larga hora, teniendo cómo respuesta algo absolutamente extraño, no podía creer lo qué aquellas letras decían, se negaba a creerlo. Arrugó con enfado aquel papel y no espero nada, siguiendo un camino, encaminando se hacía su gran biblioteca en dónde encontraría respuestas para negar aquellas palabras.
¿Amor? Pero qué demonios con eso.
Antes de entrar al sitio podía escuchar susurro muy lejanos, tras entrar y averiguar el responsable de aquellos murmullos sonrió con calma y tras acercarse al contrario llamó su atención con sus palabras.
── Son varias veces las qué vas huyendo ya ¿puedes poner un alto a todo esto? ¿O voy a necesitar el cederte la palabra?
── ¿Rin? ¿Qué haces aquí? ── Sae se exaltó al notar aquella presencia detrás suyo, se volvió muy a la defensiva en contra del menor
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ᵖᵘᵉᵇˡᵒ ⸙ 𝑴𝑰𝑶 「𝚁𝙸𝙽𝚂𝙰𝙶𝙸」
Teen FictionRin Itoshi está sumergido en la tristeza y soledad qué su hermano le dejó, sin alguien con quién compartir su dolor se sumerge en la agonía del poder, siendo un príncipe prisionero de su título real. Conocerá el amor qué llegué a salvar a su agotado...