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Los hermanos Itoshi pudieron apreciar una vez en su vida el juicio qué se le daba a un ladrón, un joven chico qué hurto el collar de su alteza ──el primogénito── desatando la furia del rey y del pueblo, así eran tratados los ladrones, eran de lo más mal qué la gente podía mirar. En la plaza del pueblo se llevó a cabo el juicio de muerte, ese chico terminó desmembrado con el castigo de los caballos todo siendo visto en primera persona por los menores, Rin tuvo muchas pesadillas luego de aquel suceso.

Sufriendo un trauma a su corta edad.

Ser un ladrón podía ser de lo peor, esperaba nunca ser amigo de uno.

Rin dormía junto a Sae para aliviar sus temores, cada qué la vela se apagaba pensaba qué algún ser maligno le saldría o incluso el espíritu de aquellos qué en vida ya no estaban. Siempre dormía muy apegado de su hermano, aferrándose a él cómo si su vida dependiera de eso.

A los días y semanas olvido todo aquello y pudo volver a la normalidad siendo todo un chico valiente y fuerte de los males, actualmente se encontraba más qué feliz y nervioso pues un banquete se realizaría en un par de días y conocería allí un sinfín de personas.

Quiere hacer muchos amigos durante ese evento.

── Rin, tienes qué ir al salón del señor Chris en estos momentos.

── Esta bien, ahorita voy hermanito.

Muy obediente iba al sitio qué su hermano le mencionó, con una pequeña sonrisa en su rostro al pensar en su mayor, el señor Chris, era un miembro de la familia para él un tío muy agradable qué se preocupaba por sus sobrinos ──aunque no fueran familia por lazos sanguíneos── era el estilista de la familia real, siempre le gustaba ver y poner encantadores a todos los de sangre azul, sobretodo al par de hermanitos. Cabía destacar qué entre todos sus clientes, de realeza o nobleza ellos eran sus favoritos.

── Pequeño Rin, haz venido.

── Señor Chris, es bueno verlo nuevamente. ── siempre saludaba al rubio con una enorme sonrisa siendo recibido por el contrario con un par de besos en su mejilla y una pequeña caricia sobre sus oscuros cabellos, siempre le hacía reír con eso

── Te haré un traje a tú medida, el día del banquete tienes qué estar más qué hermoso. Tú tienes qué resaltar sobre todos los demás. ── Chris sonreía con cariño al menor mientras veía cómo el obediente chico corría a subirse sobre aquel pequeño mueble

── Vienes con mucha alegría, ¿acaso sucedió algo? ¿De qué me perdí?

── No señor Chris. ── el Itoshi reía con diversión al notar al chismoso señor
── Es qué... vendrán muchos niños.

── ¡Oh! ¿Tú conseguirás amigos? Es magnífico, haz todos los qué puedas Rin.

Las palabras llenas de sinceridad del hombre hacían un eco en el corazón del príncipe, eran un aliento de motivación para deshacerse de todos esos negativos pensamientos, él conseguirá muchos amigos para luego presentarse los a su gran amigo Chris.

Toda la tarde estuvo ocupado con muchas tareas de ética, siguiendo todas aquellas etiquetas reales y alistando se para el próximo baile, tiene qué destacar entre todos los demás y ser el mejor cómo lo dice su papá. Las medidas para su traje fueron tomadas durante un largo tiempo pero degusto aquel momento narrando muchas historias y compartiendo datos junto a aquel Alfa.

Sae y él se reunieron hasta en la noche para comentar las labores qué hicieron en todo ese día, para su sorpresa se entero qué alguien mandaba cartas a su hermano, un tipo qué quería conquistarlo aunque no sabía cuál fuera su casta sólo quería un romance entre familias reales.

ᵖᵘᵉᵇˡᵒ ⸙ 𝑴𝑰𝑶  「𝚁𝙸𝙽𝚂𝙰𝙶𝙸」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora