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–Con que... Bakugo sabe escribir estas ridicules ¿quién lo diría?– comenta para si mismo de forma vurlesca el pelinegro cuando tuvo la carta en sus manos.

Shindo ha sido rival de Katsuki en casi todo desde que entraron a la UA, si bien no son de la misma clase, siempre están a la par en los cuadros de honor, en los deportes o clubes a los que pertenecían, a Bakugo no le agradaba Shindo y a Shindo no le agradaba Bakugo, sobre todo está última vez que le robo la victoria en tiro de bala.

¿Que sentiría si le gana el corazón del pecoso?
Solo necesita decirle a Midoriya que es él quien escribió esas ñoñerias y le creería, después de todo, él rumor de que alguien de la clase A tenía in admirador secreto y recibía cartas era cierto. Rió divertido al recordar que el idiota de Bakugo era ese admirador y se moría por nada más y nada menos que por el Midoriya.

Shindo cerró de nuevo la carta y la dejo pegada en el mismo lugar de donde la tomó, después siguió su camino a su salón de clases.



Shindo cerró de nuevo la carta y la dejo pegada en el mismo lugar de donde la tomó, después siguió su camino a su salón de clases

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Al salir de clases, Izuku miró emocionado su carta, la abrió y sonrió feliz al leer su contenido.

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"Te daré uno y mil amaneceres, mi vida será tuya y la dejaré en tus manos; cruzaré mar, tierra y cielo para poder verte y tenerte conmigo. Vuela a mi lado a un mañana donde podamos escribir un 'felices por siempre'."

       

                                     Atte: Groud Zero
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–¿Te gustaron mis cartas, Izuku?– Shinsou pregunta coqueto, mientras sonríe y se apoya en uno de los casilleros junto al de Izuku, quien guarda con recelo la carta y lo mira extrañado.

–Shindo ¿tu las escribiste?

–Si, claro. Ya me canse de fingir que no.

De todos los estudiantes que había en la UA ¿su admirador secreto era Shindo? No es que le cayera mal, ni siquiera habían hablado mucho, ni convivido lo suficiente como para escribir aquellos sentimientos en las cartas, recuerda pocas interacciones en festivales o cuando las clases se juntaban en deportes. No mucho. Estaba confundido.

–Oh... no pense que sintieras algo así por mi...

–¿Bromeas? Te eché el ojo hace mucho ¿nunca lo notaste?

–Nunca lo note, lo siento– responde con sinceridad y la mirada al suelo, pensativo.

Durante una semana estuvo pensando a cerca del asunto del admirador, emocionado y ansioso. Entonces ¿por qué ahora no siente nada al mirar por fin el rostro del extraño de las cartas?

–Por eso mismo dije que era hora de dejar la ridicules de las cartas y darte la cara de una vez por todas ¿no crees?– pregunta con picardia, al momento que toma el mentón de Izuku, haciendo que el pecoso levante la mirada.

–¿Las cartas te parecían una ridículas?– cuestiona curioso ¿por qué a alguien le parecería ridículo lo que escribió?

–Si ¿no? digo, ya no tenemos doce años para ese tipo ce cosas– responde burlesco, de tan solo recordar las palabras escritas en la carta de Bakugo le dan ganas de soltar una carcajada de nuevo.

–Entonces ¿por que las escribiste?

–Pues...– Shindo no sabía que decir, tenía que pensar algo rápido si quería tener al pecoso en su mano y darle una lección a Bakugo –de alguna manera tenía que captar tu atención ¿no crees?

–Claro.

La respuesta tan seca le molesto a Yō, borrando su sonrisa de su cara, claro que Izuku no se dio cuenta, estaba demaciado perdido en sus pensamientos como para prestarle atención al pelinegro.

–Entonces ¿saldrías conmigo?

La pregunta tomó desprevenido al pecoso, su mirada se dirigió a la del más alto con asombro, realmente no sabía que responder.

–Amm... tendría que pensarlo.

–No lo pienses mucho, lindura. Tienes una oportunidad que muchos quisieran– menciona con arrogancia y sonrisa altanera, se despide dándole una caricia en la mejilla al pecoso y se va, dejando solo y pensativo a Izuku.

Más tarde, Izuku no dejaba de darle vueltas al asunto, se encontraba en el comedor de los dormitorios viendo un punto fijo en la mesa, mientras paseaba la cartita entre sus manos una y otra vez ¿seria correcto aceptar salir con Shindo? Tal vez solo una vez y decirle que no era lo que espera ¿y si si lo era? Uno nunca sabe.

–Uy ¿otra carta? ¿Por qué tan pensativo?– la voz alegre de Kirishima lo saco de sus pensamientos, haciéndolo suspirar con cansancio.

–Conocí a mi admirador– confieza carente de emoción, viendo a Eijirou casi con ganas de llorar.

–¿En serio? ¿Por que no te veo saltando de emoción o con una sonrisa radiante?– pregunta preocupado, sentándose frente a su amigo.

–Es Shindo.

–¿Shindo? ¿Yo Shindo? ¿El de la clase C?– Izuku asiente desganado, abriendo la carta entre sus manos y haciendo una mueca de decepción –y ¿entonces? ¿Saldrás con él?

–No lo se, es que...– se toma un momento para tomar aire y mirar hacia arriba mientras parpadea un par de veces –no fue como imagine que se me presentaría la persona detrás de las cartas.

–¿Ah no?

–No.

–¿Como lo imaginaste?

–No lo se. Diferente.

–¿Imaginaste una situación diferente o a una persona diferente?

Izuku lo mira con una mezcla de confusión y asombro, nunca se planteo esa posibilidad, si esperaba un escenario más romántico, unas palabras más lindas como en las cartas, pero en cuanto a la persona... no sabría que decir, nunca pensó en si podría ser alguien en espesifico. Salvo esa vez... pero no, sabía que las posibilidades eran nulas.

–Las apariencias engañan, quizás Shindo no sea tan malo– dice al final, con las mejillas un poco rojas tras recordar su antiguo crush y el fugas deseo de que fuera él quien mandaba las cartas.

–Como digas, solo no te obligues a estar con alguien si no es lo que buscas. Terminaras perdiendote en el camino.

Kirishima le ofrece una sonrisa amistosa y una palmada en su hombro, después se retira, dejando solo al peliverde, quien no hace más que volver a doblar la cartita y retirarse a su habitación. Mañana será otro día, mañana tendría una respuesta.

Cartas Para Un NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora