Paranoia [The walking dead] (PAUSADA)

2 - Se pierde

Unos meses habrán pasado, no tenía tan entendido cuánto. Sus baños no eran más que agua fría lanzada sobre ella, siempre usaba los dos únicos vestidos dados por ellos. El primer día no imagino que al entrar en ese lugar sería recibida por buenas sonrisas, gestos y palabras. Recuerda cuando le dieron un vestido blanco tan simple y lindo, sencillo para estar cómoda, se baño, comió bien y disfruto de la hospitalidad.

Hasta que la llevaron a esa habitación oscura, con una pequeña ventana a lo alto, siendo sujetada por sogas y sufriendo sus primeros abusos.

Cada día, entraba uno diferente a soltar sus fetiches y deseos más oscuros. No importaba cuánto grite, suplicaba o pedía ayuda, nadie hacia nada. Cada hombre que se unía al grupo, disfrutaba de ella. Era su juguete.

Hasta que dejó de hablar, mientras más hablaba más disfrutaban ellos de oírla. Su mente dejó esos pensamientos positivos que la hacia ver todo lo bueno. Su cabello estaba corto, gracias a uno de esos hombres que tenía ganas de recordar a sus días donde soñó con ser peluquero, mientras abusaba de ella.
Un corte descuidado pero que por un lado la ayudó a no ser jalada de ello en cada visita.

La comida además de sobras, paso a ser cadáveres de animales, conejos, ardillas y pájaros. Dejó de vomitar al ver sus cadáveres, dejó de temer a mancharse las manos. Incluso perdió esperanzas cuando le lanzaron un adorable conejito vivo, con la pierna herida: Raven acaricio ese pelaje y luego rompió aquel delicado cuello, abrió el estómago usando ambas manos, metió en su boca cada entraña del pequeño animal.

Y guardaba sus huesos.

Dejó de sentir el mal gusto, ignoro el frío del agua, lo incómodo del suelo y se acostumbro a la poca iluminación. Sus parpados superiores que hace un mes yacían caídos, ahora estaban arriba, tan alto que no se notaban, los ojos abiertos de par en par, sin brillo y vida.

Raven Storm perdió por completo la pureza que sus antiguos aliados quisieron proteger, esa que los mantenía firmes y esperanzados.

"Sobrevive, Raven"

Las palabras retumbaban en su mente una y otra vez. Ya no quería hablar, ya no... solo la trajo hasta ahí, su amabilidad. Cada parte del cuerpo le dolía, no había día en el que las visitas paren. A veces escuchaba los gritos de otras víctimas, aquellos bueno y débiles eran asesinados.

<Malditos...>

Puso su mano libre sobre la cabeza y comenzó a golpear la parte trasera contra aquella pared levemente, su locura estaba consumiendola. Apretó los dientes, cerrando las piernas, reprimiendo lágrimas, deseando morir de una vez.

Pero miro hacia arriba, esa luz entrante de la única y pequeña ventana de ahí, era imposible llegar hasta esa parte he incluso abrirla. Pero mientras observaba, lamio sus labios, teniendo su boca manchada de sangre.

El rojo no era un mal color...

Quería ver más.

¿Qué sentido tenía seguir gritando?, nadie aparecería, cada pizca de su humanidad fue quebrantandose poco a poco.

Bajo la mirada al oír esa puerta, miró directamente cada parte de ambas personas; sonrientes, quitándose el cinturón mientras cierran detrás.

—Vaya, luego la Cachorra necesitara un baño, veo que el conejo te gustó —Carcajeo junto al compañero.

No grito ni pataleo, aún así, los golpes siempre llegan, pero si podía sentir cada pensamiento y deseo invadirla.

¿Qué se sentiría abrirlos?

Escuchar sus gritos, súplicas, ver su sangre, cortarlos con un cuchillo.

No podía pensar más que en eso, sus uñas se desprendían de los dedos al rasguñar el suelo, con cada cruel empujón, las manos sosteniendola; dejando heridas y futuros moretones.

"Si alguien necesita ayuda, hay que mostrar bondad"

¿Las personas se merecen algo de bondad?

"Ayudaré a las personas y mostraré humanidad, nada está perdido con aliados"

Raven entendió que estuvo equivocada.

Todo está perdido, no existe la bondad en el nuevo mundo. Debía sobrevivir, salir de ahí, nadie vendría a salvarla, fue casi un año.

"Eres demasiado pura para este mundo"

Entendía las palabras de Liam. El golpe de realidad fue demasiado duro, tanto que solo quiere correr, gritar, esconderse y matar a quien intente interponerse.

<Ábrelos o ellos te abrirán a ti>

Algo se rompió hace tiempo y un nuevo deseo nació, ellos despertaron a alguien y sufrirán las consecuencias de aquel pecado.