Bajo la Luna de Ryan

capítulo dos

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Inspeccionando el hilo

Luna se encontraba en el Mundo de los Tejidos, contemplando los dos hilos que se conectaban con el de Ryan. Mientras observaba, notó algo inusual en uno de los hilos, una vibración sutil que captó su atención. Sin embargo, su momento de asombro se vio interrumpido cuando Ryan comenzó a despertar. Luna salió rápidamente de la mente de Ryan, casi escapando por la ventana, cuando de repente, Ryan abrió los ojos y se encontró con una figura extraordinaria en su habitación.

Luna, Consciente de que los Cupidos estaban obligados a preservar en secreto su verdadera naturaleza y la existencia de su corporación, le dedicó una última mirada a Ryan antes de girarse y salir por la ventana en un silencioso movimiento. Ryan se quedó inmóvil, aún procesando lo que acababa de ver, la figura de Luna desapareciendo en la noche. La curiosidad y el desconcierto se mezclaban en su mente mientras intentaba comprender quién era esa mujer y qué significaba su aparición.

Con paso decidido, Luna regresó a la corporación de los cupidos, su mente aún llena de las revelaciones inquietantes que había presenciado en el Mundo de los Tejidos. Al llegar a la puerta de la imponente oficina de Benedict, el jefe de los cupidos, Luna respiro profundamente, preparándose para enfrentar la difícil tarea de transmitir sus descubrimientos. Al entrar en la sala, su mirada se encontró con la del jefe, cuyos ojos profundos parecían leer los pensamientos antes de que fueran expresados en palabras. Con una reverencia respetuosa, Luna comenzó a explicar lo que había presenciado en el Mundo de los Tejidos, destacando el perturbante temblor de uno de los hilos, como si se desvaneciera ante sus propios ojos.

Luna continuó explicando los detalles de lo que había presenciado en el Mundo de los Tejidos, su voz firme y decidida mientras describía la vibración del hilo. Benedict escuchaba atentamente, su rostro imperturbable ocultando cualquier indicio de preocupación que pudiera estar sintiendo. Sin embargo, cuando Luna mencionó que el chico comenzaba a despertar, la expresión de Benedict se volvió más seria y penetrante.

-¿Ryan te vio? -preguntó Benedict con una seriedad que reflejaba la gravedad de la situación.

Sus ojos, profundos y penetrantes, buscaban la verdad en los de Luna mientras esperaba su respuesta.

Luna respiró profundamente, encontrando la fuerza interior para mantener la calma frente a la intensidad de la mirada de Benedict.

-No, señor, Ryan no me vio. Puede estar tranquilo.

Su voz era firme y segura, transmitiendo una confianza que esperaba calmar las preocupaciones de su superior.

Luna comprendió que el incidente tenía el potencial de desencadenar consecuencias graves, pero estaba decidida a asumir la responsabilidad y enfrentar las repercusiones de sus acciones. Con determinación en su mirada, se dirigió al jefe, su tono de voz reflejando una confianza tranquila a pesar de la gravedad de la situación.

-Para entender mejor la situación y observarla de cerca, creo que sería buena idea infiltrarme en la universidad en la que se encuentran -propuso Luna, con la mente centrada en encontrar una solución al enigma de los hilos y evitar que Ryan revelará lo que avía visto.

Luna se encaminó hacia la universidad al día siguiente, con determinación en cada paso que daba. Aunque no logró obtener un horario que le permitiera vigilar a los tres directamente, descubrió que compartían algunas materias en común, y una en particular en la que coincidían los tres. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras analizaba esta oportunidad, viendo en ella una posibilidad de observar de cerca las interacciones entre ellos y comprender mejor los hilos que los unían. Con renovada determinación, Luna se preparó para sumergirse en su papel de estudiante, lista para desentrañar los misterios que rodeaban a aquellos destinados por el hilo rojo del destino.