capítulo seis

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El hilo de Lili

Ryan se encontraba en la clase de álgebra, una suerte que coincidía con Lili en esa materia, lo que le proporcionaba una ventaja. Sin embargo, en lugar de prestar atención a las ecuaciones en la pizarra, su mente estaba ocupada por el nerviosismo de pensar cómo hablaría con Lili. Cada intento de concentrarse en los números era interrumpido por el temor de que sus palabras no fueran suficientes, de que no pudiera encontrar las correctas para expresar lo que sentía. En el aire denso de la sala solo se percibía el sonido constante de los lápices sobre el papel, el zumbido de las conversaciones en voz baja y el murmullo de las ecuaciones matemáticas, que parecían burlarse de las dudas y temores de Ryan.

Ryan no era el único confundido; dos filas delante de él, se encontraba Lili, quien también parecía tener dificultades para seguir el ritmo de la clase. Aunque normalmente captaba los conceptos con rapidez, esa mañana su mente estaba dispersa, distraída por pensamientos ajenos a las ecuaciones que llenaban la pizarra. Sus cejas se fruncían ligeramente mientras intentaba comprender el problema que el profesor explicaba, y de vez en cuando, lanzaba miradas fugaces a su alrededor, buscando quizás una chispa de inspiración o ayuda en los rostros de sus compañeros.

De repente, sintió un golpecito suave en el hombro, lo que la hizo girarse con curiosidad. Frente a ella, se encontraba Ryan, un compañero de clase cuya presencia siempre había notado aunque nunca habían hablado mucho. La sonrisa amable que le dedicó la hizo sentirse un poco más relajada en medio de su confusión académica.

-Perdona. -comenzó él con tono educado, sosteniendo un bolígrafo roto como explicación.

-¿Tienes un lápiz de más? Parece que el mío decidió rendirse hoy. -Su gesto era tanto una solicitud práctica como una excusa para iniciar una conversación, y sus ojos curiosos reflejaban una genuina curiosidad por ella.

Entonces Ryan recuerdo las palabras de Luna: "Sé tú mismo". Sin embargo, su consejo no terminó ahí. Con una sonrisa enigmática, Luna agregó algunas sugerencias para ayudar a Ryan en su misión. "Intenta encontrar algo en común con ella, algo que puedan compartir. Y no tengas miedo de ser un poco divertido, a las chicas les gusta alguien con sentido del humor".

Lili buscó en su estuche entre los bolígrafos y le tendió un lápiz a Ryan.

-Aquí tienes. -dijo con una sonrisa cálida y sus ojos reflejando su amabilidad.

Ryan tomó el lápiz con gratitud, -Gracias. -respondió Ryan con sinceridad, mientras su mirada se encontraba con la de Lili.

-Oye, he notado que siempre tomas notas muy detalladas. Estoy un poco perdido con esta materia y quería saber si podías ayudarme. -admitió con una leve sonrisa nerviosa, esperando que ella aceptara su solicitud de ayuda.

Lili se sorprendió por la petición, pero asintió con amabilidad.

-Claro, no hay problema. Podemos repasar juntos después de clase si quieres. -respondió, ajustando su mochila mientras pensaba en cómo podría ayudar a Ryan con la materia.

-¿Qué te parece si estudiamos en la biblioteca?-sugirió Ryan con entusiasmo, plasmando su idea con determinación.

-Perfecto. -contestó ella con una sonrisa. -Entonces nos vemos allí después de clase.

Ryan asintió con gratitud y se volvió hacia su escritorio, sintiéndose aliviado por haber dado ese paso. Lili observó cómo regresaba a su lugar, sintiéndose intrigada por el encuentro inesperado y las posibilidades que podrían surgir de esa colaboración académica.

Bajo la Luna de Ryan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora