Advertencias: stony como pareja principal, cositas lindas y fluff.
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Steve le dio las gracias a la camarera cuando le sirvió el café que pidió, antes de voltearse hacia Sharon, que le contemplaba en silencio.
—Te lo contó —habló ella, con su voz hosca—, te dijo lo que conversamos.
—Por supuesto —respondió Steve, revolviendo el café con la cuchara—, entre Tony y yo no hay secretos.
Sharon soltó un resoplido, como si lo que acabara de decir no tuviera sentido alguno. Steve no cambió la expresión de su rostro, pues jamás dijo algo tan en serio. Tony y Steve tenían una relación seria y no se ocultaban las cosas.
—Steve, ¿cómo no te das cuenta? —preguntó Sharon, con evidente disgusto en toda su expresión—. Esa relación no tiene ningún futuro, Tony es un joven tonto que, con toda probabilidad, sólo te está utilizando para...
—No quiero seguir escuchando tu mierda —replicó Steve, molesto con lo que estaba oyendo—, sólo te cité para aclararte, Sharon, que estás perdiendo tu tiempo. No pretendo terminar con Tony ante tu amenaza, e incluso si vas a acusarme con mis superiores y me despiden, tampoco lo haré —el alfa alzó su barbilla—. Bajo ningún término pretendo volver contigo, porque amo a Tony y no tengo intención de cambiarlo por nada del mundo.
Sharon iba palideciendo con cada nueva palabra, demasiado sorprendida por lo que estaba escuchando, como si no pudiera creerlo. Steve no bajó la vista, sin sentir un poco de vergüenza por sus palabras, pues sólo dijo la verdad. No iba a permitir que lo separaran de Tony, y menos alguien que ya no era importante en su vida.
—Steve —habló Sharon, tratando de suavizar su voz. El alfa bebió de su café—, sólo... sólo escúchame, ¿está bien? Sé que tú y yo podemos arreglar la relación que tuvimos y volver a intentarlo, he madurado mucho estos años y podría...
—Sharon, detente —interrumpió Steve, sacudiendo su cabeza—. Lo que tuvimos ya se acabó y debes entenderlo. No me interesa volver contigo, en absoluto, porque ya no siento nada por ti —se forzó a relajar la expresión de su rostro—. Aun podemos ser amigos, ¿está bien? Pero no te quiero como novia ni como futura esposa.
La mujer puso una expresión de lástima, y Steve sintió algo de compasión por ella, pues conocía a sus padres y sabía toda la presión que cargaba encima. Sin embargo, él no tenía tiempo para esos compromisos, además de que su corazón le pertenecía a Tony desde hacía mucho.
—¿No tengo ni siquiera una oportunidad? —preguntó Sharon, triste.
—No —contestó el alfa, serio—, no importa lo que hagas. Puedes ir y acusarnos en la universidad, pero tampoco volveré contigo. Además —hizo un mohín—, es una vil estrategia, Sharon. No tiene ningún sentido —volvió su atención al café, tragándoselo de golpe pues ya se encontraba tibio—. No sigas insistiendo, ¿está bien? No quiero hacerte daño alguno, pero como sigas metiéndote en mi relación, no tendré más que intervenir. Adiós, Sharon.
