Todo inició en 1940...Una época prohibida y cerrada; Una era donde el amor estaba prohibido y los sueños eran simples ilusiones.
Yoongi era un hombre de 20 años, un simple hombre con una condición, viajando al lugar más tranquilo a su parecer... so...
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Somos una casualidad... una casualidad llena de intención
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Bélgica- Damme 27 de agosto de 1940
—Solo ríndete Parker— intentó persuadir el chico de naranjas mechones— No puedes
—Si Jimin—Estuvo de acuerdo, tirando completamente su cuerpo al suelo, dignándose a observar las esponjosas nubes— Estoy cansado de espera
Cerro por un segundo sus ojos, escuchando la manera en la que su amigo rechinaba sus dientes
—Claro que puedo— Bufó— me están subestimando— Volvió a cerrar uno de sus ojos, apuntando la resortera en dirección de las botellas
—Eres demasiado obstinado—lamento el chico entre las nubes, dirigiendo su oscura mirada hacía el castaño que no paraba de mirar las botellas de cerveza en la cerca
—Eso es porque tiene pulso de judío— Se burlo el chico corpulento, retrocediendo hasta caerse al ver la resortera apuntar en su dirección, con más precisión sus ojos
—¿Tienes algún problema con que sea judío, Nick? — enarco una de sus cejas, estirando la liga
—Solo era humor— alzó sus manos, girando su cabeza a un lado al escuchar una ligera risa escapar de su amigo albino— ¿Que? ¿Por qué ríes?
—¿Te asustaste? — insinuó, viendo la negativa en los verdosos ojos
—Claro que no— negó
—Claro que si— contradijo el castaño de los tres amigos, sonriendo con arrogancia— Le temes a un judío que pena das— Dijo antes de girar y volver a fijar su atención en las botellas vacías
—No me asuste porqué seas judío— intentó remediar las burlas de sus amigos, removiéndose en el césped— Me asuste porqué tienes una resortera en tus manos
—Si, si, lo que digas Nick— Cerró uno de sus ojos, apuntando, sacando la punta de su lengua, intentando tener una mejor puntería
—¿Dónde quedó tu orgullo amigo? —Preguntó, elevando la parte superior de su cuerpo, carcajeándose al ver como Nick buscaba alcanzarlo — Puede que Jimin tenga una resortera, pero nunca me acobardaría por él
—Stan, nuestro querido amigo es un cobarde— Río por lo bajo el castaño, soltando la liga, frunciendo su ceño con disgusto al no ver la botella romperse
—No soy un cobarde— se quejó, mirando la espalda de Jimin encorvarse— ¿Nada?
—Nada— Respondió en un tono resignado, inclinándose, tomando una pequeña roca entre sus largos dedos
