—No lo soporto más. —se quejó por lo bajo mientras dejaba a su patineta bien acomodada en el patio trasero del Choi.
La casa era más que grande, Yeonjun tenía padres adinerados y pudientes. Beomgyu realmente empezaba a envidiar la suerte que tenía ese engreído que desperdiciaba su tiempo en carreras estúpidas e ilegales.
O solo era su instinto criticón por ser levantado temprano y para colmo haber esperado una eternidad en una cola, solo para conseguir el capricho de Yeonjun, que era un americano en una cafetería que estaba a una hora de donde vivía.
Eso era muy aparte del acuerdo, solo lo hacía para fastidiarlo.
Antes de que termine rompiendo el celular que Yeonjun le dió, abre la puerta con el código y sube como puede.
— Tardaste mucho. — fue lo primero que dijo tomando el café — Esta frío, traeme otro.
— Ve, tú.
Harto se volteó listo para irse, solo quiere su cama ahora mismo. No está para aguantar esto más, ya han pasado un mes desde que ha estado haciendo estos favores. Según el rubio, le faltaban unos meses más para que reponga el daño, pero a este punto ya tiene demasiado.
—¿A dónde vas?
—A casa, estoy harto. — antes que termine de bajar, Yeonjun fue rápido a tomarlo del brazo.
—Quedamos en algo, no te puedes ir así. Te falta limpiar mi cuarto. — parecía que Beomgyu en cualquier momento iba a golpearlo.
— Yeonjun, estoy en mi límite.
Entonces el rubio se soltó a reír, parecía que algo había cambiado en su mirada, y eso lo notó en el mechas que incómodo se zafó del agarre que el mayor ejercía en su brazo.
— Aún falta que enmendes el dinero. Así que sigue aguantando, mechas. — desordena el cabello rebelde de Beomgyu, que rápidamente quita su mano de un rápido movimiento, odia que lo toquen.
— Eres un odioso, yo puedo pagarte.
— Sabes que no puedes, agradece que te doy la oportunidad de pagarme sin dinero porque no soy tan caritativo. — y el tono que usa es el que más molesta al menor, siento más impotencia y aprieta el puño clavando sus uñas en sus palmas, se muerde la lengua para no soltar más comentarios al respecto.
Odia eso, odia que Yeonjun pueda humillar. Lo envidia, lo odia, realmente tiene su vida sueño, una casa bonita, personas que hacen las cosas por él y el no siquiera lo valora.
Por lo que ve sus padres no son tan presentes por el trabajo, pero terminan viniendo en la noche, momento justo cuando está yéndose y solo ve el auto que se estaciona en la entrada.
Beomgyu anhelaba tener una vida así, nunca la ha tenido fácil. Aprendió muchas cosas para sobrevivir y su sueño era comprar una casa bonita para que el pueda vivir junto a su madre. Pero las cosas no siempre salen como uno quiere, y para Beomgyu fue un duro golpe cuando la vida le arrebató a las personas que más quería en el mundo, sus padres.
Hanni fue lo único que lo alentó a seguir, luego del accidente y que se vayan a vivir con su tía Joy, pasó por un cuadro desastroso. No está orgulloso de como se comportó en el transcurso de la secundaria, siendo rebelde y más de una vez malgastando el dinero.
Por eso ver cómo Yeonjun manchaba la imágen de su familia con las carreras le acusaba rechazo, quizá siendo algo hipócrita, odia lo engreído que es.
De cierta manera aveces se ve reflejado en Yeonjun y eso lo pone de los nervios.
— Jovencito, deje eso, mi trabajo es limpiar, no el de usted. — la dulce señora Han hace presencia en la entrada de la habitación del Choi.
—Tranquila señora, yo le puedo ayudar con esto. Usted aproveche en descansar, luego le ayudo con la cena. — la mujer sonrió.
— Ay jóven, es tan educado. Su madre debe ser tan afortunada de tener un hijo cómo tú.
Beomgyu le devuelve la sonrisa, siempre su madre le había dicho que debía ser educado con las mujeres, ser un caballero.
— Muchas gracias.
Luego de que terminó de acomodar y barrer fue a lavar sus manos, pasó por la sala donde Yeonjun miraba la televisión y tenía los pies apoyados en la mesa central de la sala. Por lo que, para evitar morir de un ataque de estrés se hizo de la vista gorda para pasar a la cocina.
Una de los puntos positivos de la casa era la cocina, tan espaciosa y de un buen diseño. La señora Han ya preparaba los rollos de canela que el rubio le había mandado a preparar.
—¿Rollos de canela? — preguntó mientras veía la masa.
— Si, el jóven las ha estado pidiendo mucho últimamente. Parece que le tomó un gran gusto por el postre, no lo culpo, sin deliciosas.
— Déjame ayudarle. Encarguese del té. — la mujer hizo caso y fue a poner el agua a hervir. Mientras el de mechas se ponía manos a la obra con la preparación.
Uno de los puntos que sacó de su padre fue el gusto por la cocina, su madre aunque era buena en el arte, no lo era en la cocina. En cambio, el que tomó el rol de cocinero fue su padre, que con cada platillo tanto Beomgyu como su madre gustosos probaban experimentando el placer con el paladar.
Luego de tener listo todo los metió a hornear. Se fijó en el celular la hora, ya estaba siendo hora de que se vaya así que buscó su mochila y su patineta para tener todo más cerca para irse, no podía quedarse luego de las 8pm porque Yeonjun se molestaba. Tampoco le tomó la demasiada importancia para preguntarse el porque del compartimiento.
Pero entonces la puerta fue abierta mientras una voces hacían acto de presencia, Yeonjun pareció tensarse y se acercó rápidamente a Beomgyu para tomarlo del brazo y sacarlo de allí sin darle el tiempo de tomar sus cosas al menos.
— Mierda, llegaron antes. —soltó en un murmullo molesto — vete por la puerta trasera.
Beomgyu sin reprochar algo solo asintió para hacer caso a lo que mayor le decía, pero también debía sacar sus cosas. No puede irse sabiendo que no tiene su patineta consigo.
— Bien, pero debo sacar mis cosas, se quedaron en la sala.
— Luego te las doy, ya vete. — insistió señalando a que ya se marchara.
—Yeonjun, ¿es tu amigo? — una mujer de cabello casi cenizo apareció luciendo un lindo vestido verde jade apegado perfectamente a sus curvas.
—Que te importa. — respondió despectivamente, Beomgyu lo miró indignado y en desacuerdo con la manera de responder del rubio.
— No es manera de hablarle a mi prometida, mocoso. — un hombre de camisa azul y un pantalón de vestir negro hizo acto de presencia y rodeando con el brazo la cintura de la mujer.
— Podría ser tu hija, viejo mañoso.
Beomgyu siente el ambiente tenso, ahora si ya tiene hasta ganas de volver mañana por su patineta, tanta prisa por sacarla ya no tenía.
— Ten más cuidado con lo que dices, tu padre no te educó bien al parecer. Eres un malcriado, realmente eres una decepción, al menos tu hermano era la salvación para esta familia. Una lástima lo que le pasó, ¿no crees?
No sabe en que momento pero la linda ceniza hasta gritando y Yeonjun tiene a su tío contra el suelo luego de darle una patada en la boca del estómago. Parecía que era una reunión porque más gente se acerca a presenciar, mientras unos hombres que parecen trabajar para el tío de Yeonjun lo quitan de encima a empujones y luego golpes.
Esta estático ahí viendo como golpean a Yeonjun, y ahora su tío esta riendo, alza el puño y lo impacta en el rostro del menor que es sujetado por los hombres de traje.
— Eres solo un engreído, hay que enseñarte acerca de la disciplina que tu padre no te ha enseñado. — otro golpe— eres solo un niñito de mamá, por eso esta ahora en un loquero.
Entonces Beomgyu no puede soportar eso, golpea al señor y por la impresión de los otros aprovecha para ayudar a Yeonjun. Lo toma del brazo para salir de ayuda mientras escucha los gritos y maldiciones por detrás.
Realmente ha sido tan impulsivo que no sabe porque ha empezado a correr sin pensar en un plan antes.

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Ride or Die | Yeongyu
ActionBeomgyu nunca imaginó terminar en una situación como esa. Mucho menos andando en motocicleta en vez de su skate y sin ningún tipo de experiencia, compitiendo contra Yeonjun el mejor en la pista.