Yeonjun antes seguir corriendo jala a Beomgyu hasta un costado de la entrada principal de la casa. Nota al instante la moto de Yeonjun, la tiene bien escondida, pero tampoco hay tiempo para hacer comentarios de eso cuando escucha los gritos provenientes de la casa.
—Agarralo. —le lanzó el casco golpeando un poco el abdomen de Beomgyu.
—Me caes mal. — evocó una muñeca de dolor por el golpe abrupto.
—Lo sé, ahora sube. — le dijo abrochando las tiras del casco expectante de la duda en el rostro del menor. —sabes qué, quédate mejor y que te maten.
Giró la manilla para hacer rugir el motor haciendo gruñir a Beomgyu que se apuró y se sentó detrás del rubio, colocándose el casco como pudo. Yeonjun sonrió victorioso y arrancó la moto.
Iban a velocidad rápida, pues Yeonjun quería estar lo más lejos posible de allí. Lo que menos quería era que el de mechas viera todo eso pero para su mala suerte hoy decidieron hacer una reunión en su casa.
Tenían la ventaja pero no significaba que estaban a salvo, Beomgyu giró un poco la cabeza notando dos autos negros detrás suyo y se acercaban a una gran velocidad rebazando los demás conductores.
—Mierda, nos están siguiendo.—avisó, por lo que Yeonjun aumentó la velocidad cambiando la ruta para perderlos. Pero incluso dando algunas vueltas los seguían a la par con mucha insistencia.
—Agárrate fuerte. — advirtió.
Dudó por un segundo pero se aferró abrazando por la espalda al rubio, no confiaba para nada en él pero que más le quedaba. Él se metió en este lío con Yeonjun, saldría de este de igual manera.
Salieron de la pista para entrar por unos callejones cuando tomaron una curva. Unas cuantas desviaciones más y lograron perderlos. Después de tanta persecución Beomgyu tenía ganas de vomitar hasta su almuerzo de ayer.
Ambos bajaron en silencio y se sentaron en el frío suelo luego de quitarse los cascos. Se miraron unos minuciosos segundos y estallando en risa después de tanta adrenalina que habían pasado. Parecían dos locos riéndose pero estaban lo suficientemente ocupados como para prestar atención a la extraña mirada que le había dado unos señores que pasaban por allí junto a su perrito.
—Eres un lunático.
—Mira quién habla, ¿Él qué golpeó a mi tío? — rió apuntándole con el dedo.
—Oh, cállate. —desvío la mirada, avergonzado por la escenita que había hecho por no controlar sus impulsos.
—Igual estoy agradecido. —habló después de una pequeña pausa ahora sin su tono burlón característico, o solo era cuando estaba con Beomgyu queriendo molestarlo para obtener su atención—hubiera recibido una paliza igual, al menos lo hiciste más divertido.
—¿Divertido? Seguro tu tío me manda dos matones a mi casa.
Lo dijo en broma pero pensándolo detenidamente era una posibilidad, si mandó esos autos para atraparlo que más haría. Pensar en que exponía a las mujeres que más amaba en su vida en riesgo, le revolvió el estómago.
—No pasará.
—Como digas. — viró los ojos y se abrazó a si mismo algo inquieto. —Se hace tarde, debo irme.
Le entregó el casco y poniéndose de pie para irse rápido y llegar a tiempo a casa, no queria otro regaño por estar llegando tarde últimamente por los eventos inesperados por parte de Yeonjun.
—Beomgyu.
Volteó mirando a Yeonjun que se acercó a paso lento hasta quedar frente a frente.
—¿Crees qué podrías...?
—No.
—Ni siquiera terminé. — reclamó fastidiado y arrugó el entrecejo.
—Por eso, no me importa. —al notar el cambio de expresión de Yeonjun le resultó gracioso, parecía un niño berrinchudo cuando arrugaba la nariz.
—Te odio.
—Lo sé.
Se dió media vuelta alejándose, dejando a Yeonjun con las palabras en la boca y sentado en la fría vereda a punto de anochecer. Sintió un raro sentimiento en el pecho, o solo estaba sintiendo enojo de ser duramente rechazado.
—Se te va a congelar el culo allí, mi tía acepta a vagabundos, yo no. —y ese grito fue suficiente para que Yeonjun se parara de fuera corriendo detrás de Beomgyu que no había avanzado tanto.
...
Con cuidado abrió la puerta, recién era temprano pero parecía que no había nadie en casa por ahora, quizá salieron o algo por el estilo.
Dejó su abrigo en el perchero y Yeonjun miraba al rededor curioso de todo, nunca antes estuvo en la casa de Beomgyu.
Se sentó en el pequeño sillón individual de la sala y se recostó allí un rato para descansar su vista, o solo reposar luego de la adrenalina, también le estaba comenzando a dolor la cara por los golpes que recibió.
Entonces siente algo frío en su rostro, abre los ojos y esta Beomgyu pasando un algodón por su rostro exactamente en la parte afectada donde el impacto fue mayor.
Luego de limpiar el área saca una pomada para el golpe, con cuidado de no hacerle doler al contrario, que esta cerrando un poco los ojos cada vez que sentía el dolor.
—Listo. Un gracias no estaría de más. —habla el menor para romper el hielo, y se levanta para guardar las cosas que utilizó en su lugar y va a la cocina a buscar algo que preparar. —¿Tienes hambre?
Yeonjun asintie y Beomgyu voltea buscando algo sencillo de hacer como una sopa, no tiene demasiado ánimo para hacer algo más elaborado. Así que pone el agua y abre el envoltorio de los fideos instantáneos que se ven apetitosos para su estómago vacío sin lugar a dudas.
Después de unos minutos de hervir el agua vierte en unos platos los fideos y el caldo, agarra unos huevos ya precocidos y los pela, para luego cortarlo a la mitad y poner uno en cada plato.
Los lleva con algo de esfuerzo sintiendo chocar en su rostro el vapor calientito de la sopa y lo deja ambos en la pequeña mesa central de la sala.
—Ten. — le da un cubierto y da el primer bocado que lo disfruta mucho, sintiendo placer ya que al fin pudo comer algo.
Yeonjun admira cada movimiento del pelinegro, entonces se anima a comer también. En eso salen algunas pequeñas pláticas, aunque fue un día horrible siente que la compañía de Beomgyu no es tan estresante como pensó al inicio.
Solo entonces se siente relajado, ayudando con los platos se dispuso a lavar los mientras el menor tomaba una ducha antes de ir a dormir.
—Puedes dormir en el suelo. —dijo sin más, quitando la toalla de su cuello y acomodandose en su cama.
—Es malo para mí espalda.
—¿Y?
Yeonjun bufa y esta en duda de sus pensamientos anteriores, entonces solo se resigna y se tapa con la cobija que le dió el de mechas.
Pero el suelo es demasiado duro, y cada cierto tiempo vuelve a moverse de su posición original, empezando a estresar a Beomgyu.
—Realmente eres un mimado. — dejó la comodidad de su cama y le indicó que se podía dormir allí.
Yeonjun subió a la cama y se apoyó de su mano en su mejilla viendo de espaldas a Beomgyu que solo se acostó a dormir como pudo.
—Buenas noches. —dijo por último el rubio antes de volver a tratar de dormir. Aunque quizá sería una larga noche y no sólo para él.

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Ride or Die | Yeongyu
ActionBeomgyu nunca imaginó terminar en una situación como esa. Mucho menos andando en motocicleta en vez de su skate y sin ningún tipo de experiencia, compitiendo contra Yeonjun el mejor en la pista.