Habían pasado 3 semanas desde aquel beso y todo se había vuelto tan diferente.
Obvio que en el muy buen sentido.
Hao había ido a trabajar temprano desde las 7 de la mañana, y Hanbin seguía recostado en el sofá ya que tenía día libre.
Al parecer Sheila se había enfermado y no podía hacerse cargo, así que simplemente decidió cerrar ese domingo.
Ya eran las 6 de la tarde y Hao no le había mandado ningún mensaje aún, ni siquiera le contesto a su último mensaje.
Haohao❤️🩹
Ult. vez hoy a las 06:37Llegaste bien?
Enviado 08:24
—Que raro... —Pensó en voz alta.Su no-novio siempre le avisaba cuando había llegado y en dónde se encontraba.
Hanbin no era controlador, y no pedía nada, sólo deseaba ver si estaba a salvo, pero tal vez el castaño no había dejado sus costumbres pasadas...
Sung se la había pasado esa tarde ordenando su habitación compartida con Zhang. Pues después de ese beso, ¿cómo podrían ser sólo amigos? Y más si ya lo habían repetido varias veces devuelta.
Ahora se encontraba viendo una película mientras estaba muy atento al teléfono. No quería molestarlo en su trabajo, así que esperaría que él lo llamase.
Luego de terminar un drama llamado "está bien no estar bien" él seguía sollozando en el sofá, pues no era un secreto que era un hombre sumamente sensible.
—¿P-por qué terminó? Pobrecita, todo lo que tuvo que pasar...
Hipaba y las lágrimas caían en el almohadón del sofá que abrazaba entre sus brazos.
Luego de tranquilizarse se dio cuenta de lo ridículo que sería que lo vieran por el ventanal del edificio, creerían que era un idiota, así que decidió ir al baño a lavarse la cara.
Al salir miro por el balcón que el cielo estaba oscuro, nublado y no había estrellas, una noche sin nada de magia, a decir verdad.
Se sentó en el sofa de nuevo y agarro su teléfono viendo la hora que era.
20:34 P.M
Él debía haber llegado hace cómo una hora. Pensó.
Lo llamó pero no contesto.
Otra vez más, pero sólo lo mandaba al buzón de voz.
Escucho unas llaves en la puerta y su alivio volvió, pues solo él tenía la llave de su departamento.
Se escucho unos zapatos y que habían dejado la campera en la entrada, luego un pelo castaño acercándose.
—¡Amor! —Pronunció con felicidad el pelinegro.
Pero lo que le pareció raro es que Hao había llegado con la cabeza mirando el suelo, no podía ver su rostro a causa de esto.
—¿Pasó algo, lindo? —Preguntó Hanbin cuándo el castaño se poso delante de él. Todavía sin levantar la cabeza.
De repente Hao abrió sus brazos y se acercó más.
Sólo para subirse y sentarse arriba de su regazo, con sus rodillas a cada lado y su rostro enterrado en el cueco que quedaba en el cuello de Hanbin.
El pelinegro se quedó estático allí, sus manos quedaron tiradas al lado de las piernas del mayor, rozando sus muslos.
Ellos se habían besado varias veces, y abrazado cómo una pareja real, pero nunca habían llegado a ese punto.
Aún que no le disgutaba para nada a decir verdad.
El pelinegro reacciono y sonrió con ternura para después pasar sus brazos por la cintura del contrario, acariciando su espalda suavemente dándole apoyo al mayor mientras escuchaba sus suspiros en su oído.
Decidió quedarse callado, tal vez había tenido un mal día y sólo necesitaba un abrazo.
Y claro que se lo iba a dar, todo lo que quisiese.Quedo flechado por Hao desde la primera vez que lo vio, había quedado enamorado de su hermoso físico y su carácter aquella vez.
Ahora que lo conocía mejor, se enamoraba cada vez más del castaño.
De sus chistes malos, de lo extrovertido que era y de la hermosa y genuina sonrisa que tenía Hao cada vez que lo veía.
A veces se acercaba hasta la mesada de la cocina donde estaba sentado Hanbin y lo abrazaba por detrás o le hablaba de lo que había hecho ese día mientras él estaba en el bar.
Si, la mayoría de veces no se callaba ni aún que le pusieras cinta en la boca, pero sabía que él día que él se callara, sería el día más triste para él.
Lo extrañaría y le haría tanta falta que alguien lo esperará en su departamento, esa linda y miniatura cintura que abrazaba cada noche y que lo volvía loco
La sonrisa de Hanbin desapareció cuándo escucho un leve ruidito parecido a un sollozo en la parte de su cuello donde estaba ubicado Hao.
El menor lo apretó y lo acerco más a su pecho, si eso era posible, para que se sintiese acompañado.
Su mano que estaba ocupada acariciando su espalda, se deslizó hasta su cabellera para acariciarla.
Ahí es dónde el mayor verdaderamente quebró y empezó a sollozar cómo un bebé.
El pelinegro dejó sus caricias y se preocupó.
Hao al darse cuenta de esto, puso una mano en el pecho de Hanbin y se reincorporó para verlo.
—¿Qué pasa bebé? —Hanbin lo miró con preocupación y acuno las mejillas de Hao en sus manos.
Tenía los ojos rojos, hinchados y las lágrimas se escurrian en sus mejillas.
Este al escuchar la pregunta hizo un puchero tratando de estabilizarse y respirar mejor para hablar—Jay...
Hao al tener una mano en el pecho de Hanbin, sintió como este se puso duro y rígido al escuchar el nombre de su ex novio.
—Dime, ¿te hizo algo?
El pelinegro ya no tenía dulzura en sus ojos, sus pupilas se habían dilatado totalmente.
—Él... —Pronunció Hao cómo pudo mientras hipaba. —O-otra vez trato de tocarme... e-en la entrada.
—Amor... —La dulzura en los ojos de Hanbin volvió cuando finalmente Hao lo miró. —Quiero que te quedes aquí, ya vengo.
—¿Qué vas a hacer?
El pelinegro alejo al castaño de su regazo y se levantó para caminar a la puerta y meter la llave en la cerradura.
Ni siquiera se molesto en ponerse una campera o el grito de Hao atrás suyo.
—¡Hanbin!
Él sólo quería que se sintiese a salvo, quería que el idiota de Jay no lo molestará.
Quería que la persona de la cuál estaba enamorada olvidará y sanará.No quería que se sintiese sucio devuelta, le dolía verlo llorar y odiaba ese sentimiento de no poder hacer nada por él.
Cuidaría y amaría a Hao, aún que no se lo confesará.
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(En Pausa) BH┆One Night
RomanceEn una noche lluviosa y llena de angustia para Zhang Hao. Una noche tranquila y normal para el pelinegro. Ninguno de los dos tenía idea de que esa noche conocerían el verdadero amor.