Estar completamente sola en el jodido fin del mundo, sí que era un asco.
Nyx Dixon deambula por Atlanta en busca de sus hermanos y cuando los encuentra, lo que le esperaba vivir junto a ellos no era para nada lo que imaginaba, pues un sin fin de em...
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TRES MESES DESPUÉS DE LA CAÍDA DE LA GRANJA
El grupo avanzaba con cautela por los pasillos del centro comercial, con el sonido sordo de sus pasos resonando en el aire tenso. A su alrededor, las sombras se alargaban entre los estantes vacíos y los escaparates destrozados, un silencioso recordatorio del mundo que una vez fue. El brillo pálido de la luz filtrada se deslizaba por las ventanas cubiertas de polvo, iluminando los escombros dispersos y las figuras sombrías que se movían en la oscuridad. Los miembros del grupo mantenían las armas en alto, sus sentidos alerta mientras buscaban cualquier signo de peligro inminente.
De repente, un gemido gutural rompió el silencio, seguido por el sonido de pasos arrastrándose por el suelo. Los corazones de todos se aceleraron mientras se preparaban para enfrentar la amenaza que se aproximaba. Nyx miró a sus alrededores con cautela, esperando la llegada de los caminantes.
Con rapidez y precisión, Rick lideró al grupo hacia la fuente del ruido, con las armas listas y las miradas fijas en el horizonte incierto. A medida que avanzaban, el sonido de los gemidos se intensificaba, anunciando la proximidad de los caminantes que acechaban en las sombras.
De repente, los caminantes emergieron de la oscuridad, sus cuerpos marchitos y retorcidos en un baile macabro de hambre y desesperación. Nyx y Alek intercambiaron una mirada rápida, con comunicación silenciosa evidente luego de meses conviviendo en las mismas circunstancias. Sin decir una palabra, se abrieron paso entre el grupo, sus armas en alto mientras se preparaban para enfrentar la amenaza que se les presentaba.
Justo detrás de ellos, Daryl caminaba a paso firme con su ballesta lista para cualquier amenaza que se cruzara en su camino. Siguiendo sus pasos, Glenn y Maggie mantenían la guardia, sus ojos atentos a cualquier movimiento sospechoso. Y cerca de ellos, Carl caminaba con decisión con su arma en alto sin perder su expresión seria y responsable a pesar de su corta edad. T-Dog y Carol se encargaron de proteger el flanco del grupo, siendo Carol una digna practicante de tiro.
El grupo actuó con determinación, sus movimientos coordinados y precisos mientras luchaban por mantener a raya a los muertos que se abalanzaban hacia ellos.
Los sonidos de disparos resonaban en el aire, mezclados con el choque de metal y el gemido de los caminantes que caían bajo el fuego certero del grupo. A pesar del caos y la confusión, el grupo se mantenía unido, su determinación inquebrantable mientras luchaban por asegurar las provisiones que tanto necesitaban para sobrevivir. Con cada caminante abatido, el grupo se acercaba un paso más a su objetivo, su espíritu indomable reflejado en sus acciones mientras enfrentaban los peligros que acechaban en la oscuridad.
