Estar completamente sola en el jodido fin del mundo, sí que era un asco.
Nyx Dixon deambula por Atlanta en busca de sus hermanos y cuando los encuentra, lo que le esperaba vivir junto a ellos no era para nada lo que imaginaba, pues un sin fin de em...
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El día lluvioso no detuvo a Nyx de bajar al pueblo en busca de medicamentos, su hermano Merle se encontraba sumamente enfermo y la temperatura no quería bajarle con nada, aquellos paños con agua fría parecían burlarse de ella cada vez que los colocaba sobre su frente pues al instante se tornaban calientes. Y aunque su hermano testarudo decía no tener nada, Nyx se preocupada por él y no dejó que este saliera de casa.
Merle llegó a hacerle compañía aprovechando que su asqueroso padre se había ido con una prostituta hace unos cuantos días, por lo tanto era un buena oportunidad para Merle de descansar en "casa" bajo el cuidado de su hermana menor. Daryl había ido de cacería, prometiendo regresar con un buen venado para cenar los tres juntos.
“Regresa pronto o moriré y vivirás con el remordimiento, pequeña mierda” fue lo que Merle le dijo antes de que Nyx saliese por la puerta, ella rió internamente pues él mismo minutos atrás le había dicho que no era nada de qué preocuparse. Ella sabía que a Merle no le gustaba que Nyx siguiera los pasos de la distanía Dixon, lo cual no conllevaba a nada bueno. A pesar de que él jamás siguió sus propias palabras, siendo Nyx su hermana menor detestaba que robase por ellos, por eso mismo jamás dejó que curase las heridas que él mismo provocaba al meterse en peleas, prometiendose a sí mismo a sacarla de aquella jodida vida. Aunque a veces se olvidaba de su promesa cuando recaía en el alcohol y las drogas.
Nyx sabía que sus hermanos la querían tanto como ella a ellos y debido a eso no se había ido de casa, los tres prometían una y otra vez huir a Atlanta y dejar a William Dixon morir solo como el perro asqueroso que era, sin embargo, eso jamas sucedió. Los dos hermanos mayores lograron salir de casa apenas subsistiendo, pero Nyx no, ellos confiaban en que William no le hiciese nada al ser mujer y su hija menor, pero Daryl y Merle desconocían lo que su padre le hacía a su hermana cuando ellos no estaban.
Ninguno era capaz de superarse y salir adelante por sí mismo, los dos mayores vivían con demasiados vicios y ella no tenía mucho que ofrecer al mundo. Sí, los tres hermanos tenían el autoestima por los suelos y todo era culpa de su padre.
Mirando a su alrededor, Nyx corrió por las calles casi oscuras con el gorro de su sudadera puesta, evitando así que las gotas mojasen su cabello y ella también termine enferma. Entró al establecimiento haciendo sonar la campana de la puerta y dejando un rastro de agua con cada paso que daba, caminó hacia los pasillos de la farmacia. Su mente estaba concentrada en busca de algún fármaco antitérmico y cuando encontró la sección, empezó a guardar algunos en los bolsillos de su sudadera.
Jamás escuchó la campana sonar nuevamente avisando la llegada de un sheriff sin uniforme y un tanto pálido pues se encontraba enfermo, necesitando comprar medicinas para tratarse. El caminar del sheriff se detuvo cuando divisó a cierta castaña haciendo lo que siempre la atrapaba haciendo y, por alguna razón, simplemente se quedó observando a su alrededor vigilando que nadie más lo haga.
