Neuvillete y Furina eran dos viejos amigos, desde niños para ser precisos, ambos estaban en el último semestre de la carrera de leyes, furina para ser abogada y Neuvillete para ser juez. Habían estado tres días encerrados, furina tomando muchos supresores para evitar cualquier incidente, tenían que terminar su tesis lo antes posible. Cuando finalmente terminaron la mayoría de la tesis furina decidió volver a su hogar. Neuvillete no quería dejarla, pero Furina fue muy insistente, tanto como para salir dejando sus cosas en la casa de su amigo.
Furina estaba cansada, no tanto por desvelarse junto a Neuvillete, estaba cansada de seguir fingiendo. Desde hacía cinco años fingía ser su hermana, Focalors, su familia la obligaba a hacerlo, por eso los odiaba. Preferiría mil veces morir a seguir con ese vida tan miserable. Ella era una Omega!! No un alfa como su hermana gemela, tomar supresores todos los días la estaba volviendo loca. Quería tener su celo, quería que un Alfa perfecto la marcará como su propiedad y que tuvieran cachorros juntos. ¡¡Quería que toda la miseria que su familia le hizo pasar se les devolviera mil veces!! Incluso preferiría morir a tener que vivir con ellos más tiempo!
Mientras paseaba por aquellas calles vacías, Neuvillete vivía en un barrio rico, era muy poco probable que hubiera alguien acechando por ahí. Mientras caminaba se dio cuenta de que estaba perdida, no le importó mucho. Siguió caminando tranquilamente hasta que llegó a un pequeño parque con una fuente hermosa, sin pensarlo dos veces se acercó a la fuente y la observó un rato. Era realmente hermosa, el brillo de la luna llena le daba un toque mágico, sería la escena perfecta para su Alfa le pidiera enlazarse.
Pronto el cansancio por desvelarse cobro factura, la emoción se salir a un paseo nocturno se le había acabado. Vió un pequeño banco frente a la fuente y decidió sentarse un rato. Al poco tiempo un alfa se acercó y se sentó junto a ella, estaba tan casada que ni siquiera le importó.
Furina: buenas noche... Alfa... Que haces aquí?
???: eres Focalors?
Furina: quien pregunta?- dice para mirar a su lado y saltar del susto- A-a- Arlecchino?!!!?! Por favor no me mates!!! Porfavor!!
Furina cayó al suelo dándole la cara a Arlecchino. Esta última tenía una capucha negra, un antifaz que cubría la parte superior de su cara. Si hubiera sido otra persona quién se hubiera encontrado con la mejor asesina de Sneznaya jamás la hubieran reconocido, pero Furina ya la había visto antes. Cuando asesinaron a los padres de Neuvillete hace tres años. La sota llevaba la misma ropa que en ese entonces, lo que lo hizo aún más evidente para Furina.
Arlecchino: tu olor... Eres un cabo suelto- dijo mientras se ponía de pie y usaba sus feromonas para evitar que furina hiciera una estupidez- debería matarte ahora mismo?- dijo mientras mostraba sus uñas cual garras.
Furina no aguantó la presión ejercida por el alfa y finalmente cayó inconsciente en el frío suelo de la plaza. Por suerte ya estaba en el suelo, así que el golpe de su cabeza no hizo daño alguno a su cuerpo. Arlecchino solo sintió al ver como su víctima seguía llorando aún después de desmayarse.
Arlecchino: que haré contigo...-dijo mientras tomaba el cuerpo de la menor y olía las pocas feromonas Omega que poseía- Ya sé, espero que soportes bien el frío... Lady Furina.
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Estocolmo (Arlefuri Omegaverse)
Fanfictiontodo empezó esa noche, esa maldita noche donde se encontró con el mismo demonio. Había salido de la casa de Neuvillete cerca de media noche. Se había detenido a ver un gato, hasta que una siniestra voz se acercó a ella, era el demonio.
