Capítulo uno.

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-N-no...por favor...te lo ruego, haré lo que me pidas. -Rogaba una chica de rodillas con el vestido desarreglado mientras que era atada a la reja de un balcón de un sexto piso. - ¡Auxilio!

-Mira preciosa, si no te callas, esto será peor para ti. -Habló un chico de piel morena mientras se colocaba unos guantes de látex negros. El muchacho de cabellos blancos tomó una navaja pequeña y se hincó frente a la chica que yacía a orillas del balcón. - Dime lo que quiero escuchar.

-K-Kai, amor...eres lo más importante en mi vida y...-La chica detuvo sus palabras entre sollozos para soltar un alarido de dolor al tener el filo de la navaja pasándose lentamente por uno de sus muslos, dejando un camino de sangre al pasar.

-No te escucho, preciosa...-La muchacha gemía de dolor y miraba suplicante al chico que seguía jugueteando con la navaja, esta vez en el escote de la chica.

-E-eres el mejor de todos...nunca había c-conocido a alguien como tú, eres único...eres especial...-La pobre mujer lloraba por los diversos cortes que le hizo el chico en tanto ella iba hablando, de pronto, Kai le terminó de romper el vestido, dejándola sólo con la hermosa ropa interior de encaje.

- Te faltó la última parte...y quiero que lo grites.

-¡T-te amo, Kai! ¡AH! -El último grito fue cuando el nombrado enterró la navaja en el plano abdomen de la muchacha.

Kai sonrió complacido al ver como la pálida piel de la chica se teñía de rojo con velocidad, se levantó y fue a su maletín para sacar otro juguete. Esta vez escogió una vara de acero, afilada en la punta.

-Que buena chica has sido, prometo que tendrás una muerte sin mucho dolor...-La nombrada se quejó pero apenas podía articular palabras, la pérdida de sangre se estaba llevando su vida.

El peliblanco se acercó nuevamente a la moribunda chica y le besó fogosamente, y mientras le besaba enterró con todas sus fuerzas la vara en el cuello de la chica.

-.-

-Oh mi Dios, ¡Esto es increíble! -Exclamó un chico de grandes ojos y cabellos rojizos a sus amigos, su nombre era Do KyungSoo y los amigos con los que se encontraba eran Kris, LuHan y SuHo.

-Yo ya lo terminé, esta historia ha superado a cualquier otra. -Esta vez habló Kris con su tono de voz monótona, pero en el fondo, estaba igual de emocionado que su pequeño amigo.

-Le enterró una vara de acero en el cuello mientras la besaba, joder. -Murmuró el más bajito del grupo con una pequeña mueca en sus labios. - Por un momento desee ser esa chica.

-WuFan, Soo...nosotros les tenemos una sorpresa. -Dijo un chico con un rostro tan delicado y fino que parecería una verdadera chica. Una hermosa chica.

-¿Qué es? -Preguntaron ambos chicos a la vez.

-Tenemos entradas para la firma de autógrafos de Kim JongIn. -Los antes nombrados, abrieron muy grande sus ojos y luego abrazaron a sus dos amigos, dejándoles casi sin respiración.

-¡Al fin podré conocer a Kim JongIn!

-Eso es de mi estilo. -El más alto del grupo abrazó a LuHan y a SuHo al mismo tiempo, casi ahogándoles.

-Oye...Kris, no respiro. -Habló por primera vez SuHo a lo que Kris le soltó de inmediato.

KyungSoo miró a sus amigos muy emocionado y abrazó el libro que acababa de terminar de leer. El chico de grandes ojos siempre fue un fanático de la literatura, sobre todo de las novelas de misterio. Un día su buen amigo Kris le presentó la primera novela de un autor de nombre Kim JongIn.

A murder novelist [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora