Capítulo tres.

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-¡KyungSoo, abre la puerta! -Gritó YiFan desde fuera de la habitación, asustando al menor. - ¿Te encuentras bien?

-Kris...e-estoy bien, ¿Por qué lo preguntas? -Respondió KyungSoo mientras abría la llave de la ducha y así quitarse aquellas manchas de su cuerpo.

-Encontré sangre en tu almohada cuando te fui a ver y no era poca, ¿Te sangró la nariz? ¿Estás mareado?

-S-sí, me sangró la nariz. Me daré una ducha y no, no estoy mareado, no te preocupes. -Habló un nervioso KyungSoo una vez si quitó la camiseta para lavarla y quitarle las manchas aunque estas no se notasen. - Ve a ver a LuHan...yo estoy bien.

El menor escuchó pasos alejarse y luego se volvió a mirar en el espejo, notando que la herida que tenía no era de tanta gravedad, era sólo un rasguño que había sangrado mucho.

¿Y si sólo se había herido con algo mientras dormía? Quizás.

-No es posible que un personaje de ciencia ficción estuviera en mi habitación anoche...que locura. -Se dijo a sí mismo en un susurro mientras se terminaba de quitar las prendas de ropa para darse una larga ducha y tratar de quitar el recuerdo de tal pesadilla.

Luego de haberse ido a su propio departamento y ocultar la herida de su pecho con un pequeño parche, se vistió con su ropa de siempre. Pensó en JongIn y quizá él si estaría esperándolo. Después de todo, el escritor no sabía que una de sus amigas había muerto.

Unos pantalones entallados oscuros, una camisa un tanto grande para su cuerpo y sus infaltables gafas de marco grueso fue lo que se puso para ir a su cita. KyungSoo no sabía mucho de moda, pero a su opinión, se veía bien.

Como no sabía a qué hora se iban a juntar, decidió irse en la tarde.

Se sentó en una de las bancas de la entrada de la enorme biblioteca a esperar al chico castaño. Aún tenía en el pensamiento la muerte de SungJi y además de la pesadilla donde Kai le atacó.

-¿Te sucede algo? -KyungSoo alzó su mirada al escuchar la voz del escritor y le dedicó la mejor sonrisa que tenía en esos momentos. - No te ves muy bien...¿Estás enfermo? Quizá no debí pedir que vinieras...

-Nada de eso, JongIn-ssi...lo que pasa es que una de mis amigas murió ayer y...todavía no lo creo. -Explicó el pelirrojo mientras se levantaba lentamente.

-Oh, lo siento mucho. ¿Deseas irte a casa? Podríamos vernos cuando ya te sientas mejor...

-No te preocupes, estaré bien. Además, yo no soy quien tiene unas enormes ojeras. -Comentó a modo de broma el más bajo mientras comenzaba a caminar por la misma calle de la biblioteca.

-Me dormí temprano, pero siento que estuve toda la noche despierto; incluso mis piernas duelen como si hubiese corrido mucho y tuve una pesadilla horrible. -Explicó el moreno con un imperceptible sonrojo adorando sus mejillas. Adorable, pensó KyungSoo.

-Qué extraño, pero puede que sea tu nuevo gran éxito. -Le animó el chico y JongIn abrió la puerta de un restaurante japonés a lo que KyungSoo sonrió. Realmente le gustaba la comida japonesa.

Una mesera vestida con un kimono* de fondo rosa y flores rojas les guió a una de las salas para que pudiesen almorzar con total privacidad. Se acomodaron uno frente a otro mientras la misma chica les tendía el menú.

-¿Qué deseas pedir? -Preguntó JongIn, tratando de evitar a toda costa observar directamente el rostro del más bajo.

-Pide algo para mí, me gusta toda la comida japonesa. -Respondió KyungSoo con una sonrisa. Si sigue así, podría comérmelo a besos, pensó el más bajito. JongIn pidió un poco de todo y luego posó ambas manos sobre su regazo. - Cuéntame de ti...

A murder novelist [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora