Capítulo siete.

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KyungSoo no supo en qué momento había sido inmovilizado en la cama, Kai se había encargado de amarrarle a los barrotes de la cama matrimonial del departamento, cuidando especialmente de la mano fracturada del chico.

-Déjame ir...te lo ruego, JongIn.

-¡Ya te dije que no soy JongIn, por un carajo! ¡Mi nombre es Kai y si no te mato en este mismo instante es porque el estúpido de JongIn te quiere! Eso te hace inmune a mis juegos más emocionantes...-La sonrisa ladina que Kai le mostró al mayor, hizo que este último liberase un jadeo. El chico frente a sus ojos era todo lo contrario a JongIn, este chico...era el erotismo y sensualidad hecho hombre.

-Te creo, juro que te creo...pero haz que vuelva JongIn, por favor...-Volvió a sollozar KyungSoo, temblando cuando Kai le abrió bruscamente las piernas y se situó entre ellas, bajando para aspirar el aroma del pelirrojo.

-Hueles a miedo...-Le susurró de manera ronca en su oído y KyungSoo tembló, recriminándose por estarse excitando por un desquiciado como lo era Kai. - Joder, quiero poseerte ahora mismo...-Volvió a susurrar antes de atrapar gentilmente con sus perfectos dientes la sensible piel del cuello de KyungSoo. - ¿Qué me has hecho?

-Ah...déjame...-Musitó con la voz débil el mayor quien se removía en su lugar y trataba de juntar sus piernas, cosa imposible con el pornográfico cuerpo de Kai sin camiseta entre ellas.

-Imposible...-Kai observó fijamente a KyungSoo y este notó como una leve luz roja pasaba por los increíbles ojos de Kai. Todo parecía demasiado irreal.

La traviesa mano del peliblanco bajó sin pudor alguno a la entrepierna del más bajito, sacándole un largo suspiro. Con los ojos entrecerrados por gracias a los litros y litros de adrenalina corriendo por sus venas, KyungSoo echó su cabeza hacia atrás, notándose mucho más sumiso ante las incontrolables caricias del chico de tez oscura.

El moreno bajó aún más sus labios hasta las hermosas y blancas clavículas del mayor para así besarlas y morderlas a gusto, dejando marcas rojizas que más tarde se tornarían moradas debido a la fuerza que se usó para hacerlas. KyungSoo sólo se dedicó a morderse los labios ante el indescriptible placer que estaba sintiendo, incluso se sentía avergonzado de sí mismo al notar cuanto le excitaba que el moreno jugase con su cuerpo como quisiese.

El miedo, el dolor y el placer eran una combinación que tenía a KyungSoo nadando en nubes de lujuria y deseo...deseo de más, mucho más.

-A-ah, Kai...-Gimió el bajito y eso sólo hizo que el nombrado abriera la camisa de JongIn que usaba el mayor y la rompiera para poder dejar al descubierto el torso perfectamente blanco que poseía KyungSoo. - N-no más...

-Te marcaré como mío...serás mío y de JongIn, ¿Lo comprendes? Nadie, además de nosotros, pondrá un solo dedo sobre tu precioso cuerpo...de otro modo, si alguien se atreve a tocarte un cabello...personalmente me encargaré de él o ella, ¿Lo comprendes? -La fría mirada que le dedicó Kai al mayor le hizo temblar por completo al tiempo que una parte en su zona baja despertara.

KyungSoo sólo pudo asentir mientras observaba fijamente los profundos ojos que poseía el chico que se encontraba sobre su cuerpo. Lo siguiente que supo el mayor fue que unos ardientes labios le estaban besando y sin darse cuenta, ya estaba correspondiendo.

Una furiosa lengua invadió su cavidad al tiempo que unas manos se encargaban de quitarle los pantalones deportivos que KyungSoo llevaba puestos, dejándole completamente desnudo al no llevar ropa interior.

Kai se alejó de los labios de KyungSoo, quien quedó respirando erráticamente por aquel beso, nunca nadie le había besado de esa manera, se sentía dominado y eso, a pesar de que le asustó, terminó encantándole.

A murder novelist [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora