Burlesque KIVI (+18)

velitas (+18)

Violeta y Chiara entraron en el piso de la pelirroja a trompicones, tropezando con cada mueble que se encontraban. Sus bocas se juntaban con deseo desenfrenado, creando una danza que acabó con las dos desnudas y abrazadas en la misma cama, descansando del inmenso placer que se acababan de dar.

Pov Chiara

Aún sentía mis piernas temblar por el orgasmo que ambas nos habíamos regalado. Y ahí estábamos, nuestras blancas pieles brillando bajo las tenues luces de las velas, mientras entrelazábamos nuestras piernas, sumidas en un abrazo.

Mientras nos recuperábamos, noté como ella se incorporaba sobre mí y me daba pequeños besos, acariciándome con sus suaves manos. Empezó por mi cara hasta bajar a mi cuello, de manera que no pude evitar que mi cuerpo volviera a entrar en calor. Me sentía en el mismísimo cielo, con esa mujer que parecía adorar cada parte mi.

- Mhm... Violeta, espera. - Le dije entre suspiros notando su sonrisa ahora en mi cuello.

- ¿Que pare, dices? - Ella no parecía dispuesta, pero yo tenía otros planes, así que la empuje para que volviera a mi altura. No iba a permitir que la tercera ronda fuera para mí.

- Tengo otra cosa pensada para ti. - Le dije sonriéndole, haciendo que levantara las cejas y me dirigiera una mirada coqueta. La empujé suavemente sobre el colchón, apartándola de mí, y me incorpore para coger una vela que habíamos encendido antes de follar.

Ella me miraba expectante, con un brillo especial en los ojos que de primeras no supe interpretar.

-No sé si te irá el rollo... - Le pregunté ya calentándome con el solo pensamiento de verla estremecerse por el calor de la vela.

- Chiara? - Preguntó mordiéndose el labio y clavándome una vez más su mirada. Verla observándome de esta manera hizo que de repente toda mi seguridad se desvaneciera. Se rio al percibir mi timidez y acabó la frase por mí - ¿Quieres jugar con la cera, preciosa?

Yo asentí mientras trepaba encima de su cintura. Ella accedió incorporándose y quedando las dos a la misma altura.

- ¿Estás segura de que quieres? No quiero forzarte a nada... - Ella me calló con un beso húmedo mientras notaba como su mano trepaba por mi brazo, el cual mantenía alejado, hasta juntar su mano con la mía, que sostenía la vela.

-Pero con una condición. Voy a quemarte yo a ti. - Me la arrebató y me empujó sobre la cama mientras sentía como ese gesto me acababa de poner todo lo cachonda que necesitaba estar.

-Vivi, sabes que a mí me gusta mandar. - Dije para no acceder directamente al control que deseaba con todas mis fuerzas.

- ¿Y quien te ha dicho que a mí no? - Preguntó de forma picaresca, acercando la vela hacia mí, de manera que sentí todo el calor que irradiaba.

La tenía sobre mí, yo tumbada y ella observándome con su pubis pegado al mío, sintiendo como ambos latían. Su rostro irradiaba deseo y sus ojos expresaban la posesión que estaba por ejercer en mí. Observé como se agachaba para saborearme entera, empezando por mis pechos hasta acabar por mi vientre, con la intención de dejarlos húmedos.

- Así no te dolerá tanto, mi amor. - Dijo con su boca pegada a mi oído en un susurro y con la vela aún en su mano, alejada en alto todo los posible de nosotras.

- No sabes cuanto te deseo... Cuanto lo deseo - Le susurré agarrándola del pelo para alejarla y dejándola a milímetros de mi cara. Ella sonrió y acercó la vela a su cara, de manera que pude observar como el sudor de su frente caía directamente a mi rostro, la cual estaba tan caliente que prácticamente lo evaporaba.