・.⭒.・
Matthew.
—Ya no hablamos —respondí—. No hay contacto, como si fuéramos dos fantasmas esperando a ser contactados. Él no permite que pueda acercarme, no me da paso. Y me aniquila no poder estar estar cerca suyo, siento un vacío inllenable.
—¿Te refieres de ese modo a alguien que conociste el mes pasado? —cuestionó el rubio sin poder creérselo. Asentí—. Debe gustarte mucho.
—¡No! Claro que no —negué rotundamente—. Es solo que... De pronto mi mundo cambió.
—¿Me recuerdas cómo sucedió tu repentino enamoramiento?
—Tras ser besado por él. Y no estoy enamorado.
—¡Vaya! La otra persona te besa y tú te enamoras. Demasiado lógico. ¿Seguro de que no te dio alguna pócima de amor como las de Harry Potter?
Lo vi amenazante.
—Es un chiste —añadió—. Aunque no está demás ser precavidos.
Solté un enorme suspiro. Estaba cansado física y mentalmente, un descanso no me hubiera venido nada mal. Para mi mala suerte, sería imposible pues los papeles para la obra en el English Ballet pronto se darían y tendría que comenzar con los vestuarios.
James, el amigo que todos necesitan cuando se encuentran en su peor momento para hacerlos reír, se terminó su dona (y a la vez que limpiaba su boca de azúcar glas), me dio un consejo de vida que jamás he oído:
—Presta atención, Ross-
—Étienne —lo corté—. Sabes que no me agrada ese apellido.
—Pero siempre lo utilizas en tus curriculums.
—A veces ese apellido ayuda, pero detesto oírlo cuando no. Prosigue.
—Muy bien, señor Étienne. Escucha con atención: La vida es una completa mierda cuando hay romance entre medio, es como una droga. Te toma, te cega y no te suelta hasta que hayas quedado despedazado. Roto. Pero verás que puedes estar enamorado y tener el control a la vez, para no caer en el pozo de la locura —se acomodó en el sofá—. Eres poeta, lo lees y lo escribes, así que entenderás lo siguiente: "No hay nada más satisfactorio que ser la satisfacción".
Pensé y repensé tal frase que, simplemente tenía tanto sentido. ¿Para qué esforzarme si al final no iba a ser por quien lloran? Debía tomar el control, hacer de la mía. No dejarme ganar por la cobardía y miedo al fracaso, de lo contrario perdería en un juego de dos.
—Si lo comprendí, ¿quieres decir que sea yo quien dé el siguiente paso?
James chasqueó los dedos.
—Justamente. Tómalo o déjalo. Simple, pero no te conformes con nada inferior ni superior a ti. Cuidate la espalda, a menos que esa persona te la cuide a ti. Solo entonces sabrás qué es lo indicado para tu vida.
Salí de su casa en el momento justo, con la autoestima suficiente y el paso firme. Iría a un lugar. Tomé el primer taxi que vi pasar y a los veinte minutos me encontraría allí, parado frente a su edificio sin nada que perder. El clima no era de gran ayuda, pues una gran tormenta se avecinaba.
diecinueve trece de la noche, el día veintiocho del mes y con un propósito que cumplir. Llamé a su departamento, otra voz diferente a la suya habló:
—¿Se encuentra Laurie Larousse? —dije.
—¿Quién lo busca?
—La policía.
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La Tortura del Poeta
RomansLaurie Larousse, un amante del ballet y la música clásica conoce al más excepcional corrector de los HORRORES ortográficos, mano derecha de la moda y la poesía. Ambos se verán sometidos a enfrentar su destino en los vestuarios, más no será tan fácil...