Estaba solo en las calles de la ciudad, sin dinero, y sin estar comunicado. Me senté a la orilla de la calle viendo a los autos pasar. Miré a mi alrededor de nuevo y me decidí a entrar a la tienda de regalos pues era la única que aún estaba en servicio.
Empuje el cristal de la puerta dirigiéndome hacia los estantes de antigüedades y porcelana, mire algunas cosas de las cuales me llamo la atención un colgante que parecía de cristal colgando de hilos con pequeños detalles en el haciendo reflejar la luz en un hermoso juego de colores. Lo tome la estantería dirigiéndome hacia el mostrador al mismo tiempo que tocaba la campana para que alguien ser acercara atenderme.
Me asome detrás del mismo y no había nadie la tienda estaba vacía y que curioso pues las luces aún estaban prendidas. Pasaron unos minutos esperando cuando escuché gritos detrás de la tienda, pensé en ir a observar saliendo del local y a la luz de una lámpara publica una pareja discutiendo.
Sentí vivir ese momento y no era por ellos, era por Lia, nuestra pelea de hace apenas unas horas, no intervine con ellos, al menos para darme cuenta de quién era el malo en este caso y creí ver algo más en esta pelea, era el, la sostenía con fuerza de los hombros agitándola con fuerza cada vez que trataba de tomar la palabra.
─ es que de verdad eres una estúpida, no puedo creer que en tu propio trabajo hagas lo mismo una vez más ─ grito el tipo con una voz muy molesta y agitándola de los hombros
─ ya os dije que mi trabajo es muy independiente, no he hecho nada malo, solo fui amable ─ grito ella con una voz quebradiza y llanto
─ ahora así le dices, tratar amable ─ de nuevo grito dándose media vuelta mientras se colocaba la mano en la frente como signo de frustración al mismo tiempo que pateaba con fuerza el contenedor de basura que estaba junto a la chica.
A lo lejos observe como se quitaba la chaqueta dejándola tirada en la esquina del local, mientras ella corría detrás recogiéndola y dándose la vuelta camino hacia adentro del local mirándome con una cara de decepción y tristeza
─ lamento que halláis visto eso ─ susurro apenada sin levantarla mirada.
─ ¿Quién es él? ─ y que derecho tenia de tratarla así ─ ¿y por qué tan molesto? ─
─ Josma, mi novio ─ dijo levantando la mirada dejando ver sus ojos color miel.
─ tremendo patán ─ le dije haciendo un gesto negativo con mi cabeza dejando ver mi disgusto.
─ no siempre es así, solo cuando está molesto ─ interrumpiendo la charla volteando a ver hacia afuera, era el tipo con un cigarrillo en la boca mirando fijamente hacia adentro con una mirada de odio hacia la joven y hacia mí.
No le tome importancia, pero parecía que a ella si su cara cabio a una de preocupación poniéndose pálida y una mirada seria que incluso dejo caer el colgante resbalando por sus manos haciendo pedazos los cristales.
Salió de la tienda dirigiéndose hacia la puerta haciendo una seña para que saliera.
─de verdad mil disculpas, si gustas mañana abrimos desde las ocho en punto─ comento abriendo la puerta para darme paso
─un gusto ...─
─ Félix me llamo Félix y...─ tampoco sabía su nombre ─ Danna, me tengo que ir nos vemos mañana─
Salí de la tienda y como mi suerte estaba de mi lado vi el auto de Angie estacionado me acerqué al mismo tiempo que ella se bajaba azotando la puerta detrás con una actitud moles y aun no sabía por que
─ De verdad te parece gracioso lo que has hecho─ ¿de qué me hablaba? ─ no sé en qué cabeza cabe el golpear a Lia y después salir corriendo sin saber o conocer aún la ciudad ─
No dije nada y solo pensé en por que Lia había dicho tales cosas sobre mi haciéndome ver como el malo de mi propia historia, además ella había sido quien me golpeo el pecho al empujarme.
Subí al auto y aún tenía la duda de cómo habían logrado, localizarme aun sin el móvil o al menos que también Lia hubiese hablado acerca de eso que era lo más seguro ante esta situación.
Creí que para su edad sería un poco más madura en sentido de decir la verdad, pero imagino que en ella es muy normal mentir y tuve ver, pero de cualquier modo yo si diría la verdad, vale más una verdad que mil mentiras.
Solo agaché la cara mirando el piso y cerré la puerta mirando a mi lado asustado por la presencia de Sam quien hasta ese momento no había visto haciéndome un gesto.
No lo sé, pero ese movimiento en la cara era como si me dijera "sé que las cosas no fueron así yo no le creo"
O algo así no lo sabía pues solo había sido una pequeña sonrisa acompañada de un movimiento negativo de cabeza dándome el móvil al mismo tiempo que hacia eso lo cual me hacía preguntarme como me habían hallado.
Seguimos el camino y por un momento me tranquilice cuando Angie abrió los labios diciendo ─ en tres días te llevare de vuelta a Capula con tus padres ─
No dije nada, pero después de un reato me di cuenta que las clases iniciarían dos días después de llegar así que debía de aprovechar mis últimos días en la ciudad de loen y tenía que hacer todo para disfrutarlo de verdad.
Y tenía la idea perfecta para divertirme. Abrí la puerta de mi habitación y me eche a dormir pues mañana sería un día bastante atareado.
Amanecí con buena actitud, era muy raro en mi pues siempre era malhumorado como cualquier adolescente. Le pregunte a Sam si podría llevarme de nuevo al local donde me habían encontrado la noche anterior. Accedió fácilmente levantándose de la cama de un salto tomando las llaves del auto al mismo tiempo que se arreglaba en el espejo.
─ vamos Sam─ grite desde la puerta haciendo una seña con las manos para que se apresurará a salir.
─ ya voy, ya voy─
─ ¡Tengo una gran idea!!─ le dije mientras me abrocha el cinturón de seguridad dentro del auto.
¿Que harían ustedes?
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corazones de papel
Teen FictionSiempre creí en el amor, un amor de películas de cuentos de hadas y fantasías, pero jamás imaginé que para llegar a eso tenías que sufrir, ahora entiendo la razón de los villanos. Pero en mi caso el único villano que existió siempre fue mi insegurid...