Cuento final: Mi nombre es Craig Tucker.

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Existió un chico que vivió en esta ciudad hace muchos años, sus amigos ahora son los ancianos y la mayoría están muertos ya...Su nombre era Craig Tucker y no era un tipo muy sociable.

- ¿Ahora por qué estas lleno de golpes? -Kenny solo soltó un suspiro al ver a su mano derecha tirado en el suelo agarrándose una costilla. Clyde, el mejor amigo de Craig, había salido a buscarlo porque vio como unos chicos golpeaban al pelinegro.

Pero por lo visto ya había llegado tarde esa información.

-Suéltame o se te pegara lo "marica" -Refunfuño enojado Craig mientras con un azote quitaba la mano que el de parka amarilla le ofrecía.

-Por dios Craig, ni que fuera tan estúpido, además, sabes perfectamente que dicen lo mismo de mí, pero por pobre. -Kenny le intentó sonreír, pero la cara de Craig era un poema. -Tú... él tuvo la culpa.

Antes su vida era sencilla, odiando a todo el mundo, pero siendo indiferente para el mismo hasta que llegó él.

Thomas, un chico con problemas mentales que venía de sanatorio en sanatorio. Desde el primer día fue victima de bullying desde el primer día por el cuarteto de imbéciles; Kyle, Stan, Leopold, y, sobre todo Cartman.

"Está lastimado, déjenlo en paz" jamás pensó que Kenny tenía algo de moral y prefería ignorar al chico, pues era una bomba de problemas que no merecía la pena evitar su triste final.

Incluso Token, su amigo negro que siempre había sido víctima de bullying prefirió no meterse y lastimarlo ¿por qué? Solo era un chico común y corriente; ojos color miel, cabello rubio y esas hermosas pecas que se le hacían tiernas al chico.

- Lo ves como si te gustará. -Clyde bromeo, Craig trago duro y decidió hacer una cara de asco mientras se rascaba la barbilla asustando a su mejor amigo.

La homofobia era una enfermedad, un problema de la sociedad que estaba mal.

Clyde no dijo nada, agradeció siempre la lealtad de su mejor amigo, sin embargo, con el tiempo y como si de una droga se tratase empezó a querer mas de ese chico, a anhelar más de algo prohibido, que no era permitido.

No debió acercarse, no debió decirle ni siquiera "hola" no debió invitarlo a salir, NO debió.

Pasarón los meses, el extraño se volvió amigo, y el amigo poco a poco se volvió en un amante prohibido, uno que no debía existir afuera de aquel cuarto, dentro de aquel armario donde ambos se devoraban con fervor, con esa pasión que era un pecado ante los ojos de dios, que era un acto venenoso para la humanidad.

¿Por qué se enamoró del enfermo? Por que lo enfermó de esa forma y porque ahora no podía tenerlo a su lado.

Fue un error, un accidente de no calcular bien donde su madre los pilló y todo se vino abajo en cuestión de segundos. El terror los inundo, lo quiso defender, pero fue en vano, lo culparon a él, su enfermedad y su pasado marcó su final.

Su padre lo golpeo hasta dejarlo inconsciente, lo último que pudo oír fue un grito de su nombre, uno que lo persigue cada que cierra los ojos, el llanto de su amante, el llanto de Thomas suplicando ayuda, suplicando que lo salve.

Pero no pudo, lo mataron, preferían un hijo muerto a un hijo enfermo.

Su padre, del puro asco le quito su apellido, del puro asco incluso se cambió el nombre para no tener que ver con aquel humano que ni siquiera alguien con lepra lo trataban así. Su madre igualmente prefería ignorarlo y su cuarto no entraba nadie, siendo su ropa lavada por el mismo pues nadie quería tocarlo o le prohíban hacerlo.

Los cuentos de CraigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora