Capítulo 3.

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Capítulo 3.
Regreso a la facultad.

Cuando termino de preparar mis cosas bajo los escalones sin mucha precaución y me encuentro de frente con mi madre viéndome fijamente, a lado la pelirroja se mantiene con una cara de cachorro asustado.

Ay no... ¿mi madre le habrá dicho una de mis anécdotas de cuando?... ay no..., no, no...

Juro que si le contó la ocasión en la que en preparatoria un idiota me bajó los pantalones porque le gustaba a su novia y yo ni siquiera sabía quién era voy a...

Interrumpo mis pensamientos cuando mi madre me llama.

—Jaden, cariño. ¿No te importa acompañar a Ashley a la facultad?, no queremos que pasen imprevistos, y mucho menos su primer día de clases. Necesitará apoyo para conocer mejor la facultad, y quién mejor que tú.

Asiento con la cabeza terminando de bajar los escalones y agarro la mochila de Ashley suavemente.

—Déjame ayudarte.

Salimos de la casa después de despedirnos y empezamos a caminar en una atmósfera bastante tranquila. Agradezco mucho el clima de aquí, es fresco y suele llover bastante.

Después de echarle varias miradas de reojo a la pelirroja y verla tan nerviosa,  casi al punto de arrancarse las uñas, decido intervenir.

—¿Nerviosa?

No, imbécil. Está feliz, pero es su forma de demostrarlo.

Ella deja de morderse las uñas por unos segundos en los que me ve sin siquiera parpadear. Después habla tan rápido que apenas logro entenderle.

—¿Yo?, no. Jamás. ¿Por qué lo estaría?, yo nunca me pongo nerviosa, ¿por qué dices?

Enarco una ceja a su dirección, divertido. Parece que en cualquier momento se va a aventar por la carretera.

—Porque parece que en cualquier momento te vas a aventar por la carretera —vocalizo.

Ella suelta un suspiro largo. Se ve tan ansiosa que por un momento me planteo si esto ha sido buena idea.

—Pues sí, joder. Estoy nerviosa. Muy nerviosa. ¿Y si el primer día me corren?¿y si no les agrado? ¿y si soy muy pesada?, ¿y si...? —la interrumpo agarrandola por ambas manos para evitar que siga mordiéndose las uñas y la miro fijamente

—Ashley, vamos a calmarnos, ¿sí?. ¡Todo va salir bien!, ya verás.

Nunca había dicho algo tan positivo. Hasta se siente raro y todo.

Ella me mira con una pizca de inseguridad que me causa desesperación por un instante. ¿Por qué siempre la mejor gente suele ser la más insegura de sí misma?

—¿Y si no le agrado a nadie? —me pregunta en un tono bastante inseguro. Trato de pensar bien lo que quiero decirle para que se dé cuenta que el problema no es ella.

Porque la entiendo, he estado en su lugar varias veces, y es difícil.  A pesar de saber que la conozco hace unos cuántos días, solo quiero que se sienta mejor.

—Ashley, si yo fuera tú mi mayor preocupación sería que no se acercaran por lo genial que eres y no estén a tu altura. Claro que les agradaras. Mírame a mí, el día que llegaste a la casa no necesite que hablaras para saber que eras genial y me caerías bien.

—Dicho así suena fácil —reprocha mirando mis manos que están sobre las suyas.

—No lo es. Pero si eres fuerte, lo superaras.

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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El día que el sol comenzó a brillar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora