INNERISLAND /3/ LA DIMENSIÓN INNERISLAND

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La biblioteca se había quedado vacía y en el silencio de la noche vibraba un sonido metálico, agudo.

Odren no podía distinguir ninguna diferencia entre su gemelo y él, absolutamente nada. Sin apartar los ojos de su alter ego, sentía la conexión como vasos comunicantes que trasladaban las emociones y los pensamientos del uno al otro en tiempo real.

-No- dijo Didier acercándose al hombro de Odren-tienes que controlarlo, no es real-

Las puertas se abrieron de par en par y un ejército de libertarios irrumpió en la sala como una oleada de luz. Un vendaval de dardos venosos les salió al encuentro, y una tormenta de hachas Axels. Los libertarios llevaban escudos luminosos y de la palma de sus manos surgía una fluorescencia capaz de curar o de destruir a su tacto. Alanna y Didier se unieron a su gente. A lo lejos resonó un extraño eco de cuerdas. Su sonido se alzó sobre el rugido de los guerreros.

-¡Vienen más!- Didier gritó mirando a Odren que enfrentado a su gemelo cósmico libraba su propia batalla.

Otro grupo de libertarios entró a la biblioteca a través de una de las ventanas. Sorprendidos los Axels dudaron, se desbandaron y emprendieron la fuga hacia el bosque.

Con un estruendo brutal corrieron entre los árboles arrasando con sus hachas todo lo que encontraban a su paso hasta que desembocaron en el acantilado de las luciérnagas, uno de los lugares más hermosos y también más peligrosos de Innerisland. Mientras corrían, los libertarios se hicieron con sus barras de mercurio, las armas con las que podrían estar en igualdad de condiciones frente a los Axels. En un rincón de la isla estaba la pequeña playa de las luciérnagas que se abría al sur, en un enclave en que el acantilado avanzaba hacia la burbuja. Un camino polvoriento y ondulante subía desde la playa hasta el acantilado. Armados con las barras de mercurio, Didier, Alanna y los suyos subieron el sendero. El fragor de la lucha se escuchó desde la playa. Una reverberación violeta tiñó el cielo.

Presas del pánico los Axels que veían caer a sus compañeros bajo el mercurio libertario dejaban sus hachas y trataban de combatir con las barras, pero las armas de los libertarios se deshacían en sus manos como hechas de polvo, y los atacantes eran pulverizados, mutilados o arrastrados al fondo del acantilado

Los Axels terminaron con sus dardos y tras admitir su derrota, huyeron.

Alanna y Didier se acercaron a la biblioteca con pasos cautos. El silencio había vuelto a la isla. De pronto Didier giró sobre sus talones. Allí estaba Agnes, con los ojos fijos en él. Se alejó un poco y esperó a que ellos tomaran la iniciativa.

-¿Y ésta de dónde sale ahora?-

Agnes indicó con un gesto a un curioso árbol cuya copa parecía abrazar el cielo en formas caprichosas. El tronco albergaba un espacio como para esconder a dos o tres personas en su interior. Alrededor, muchos otros árboles habían sido cercenados por los Axels. Alanna asintió con la cabeza.

-Se ha librado por poco- Alanna miró alrededor con una sombra en el rostro.

-Debes tener hambre y sed- Didier tenía una voz cálida y familiar. Agnes le dio las gracias.

Odren estaba solo, mirando hacia lo lejos. Al acercarse a él Didier notó que le temblaban las manos.

-No quiero hablar de esto ahora-Odren fue tajante.

-Bien-

-Veo que os acompaña nuestra "invitada". ¿Ya te encuentras mejor?-

-Un poco...-

-Veo que no eres de la Confederación-

-Y yo veo que no soy bienvenida-

-En absoluto...-Odren inclinó la cabeza en un gesto interrogativo.

-Agnes, me llamo Agnes. Recuerdo algo, es raro-

-Debes de ser alguien "especial", Agnes, para haber accedido a la isla. Me refiero a que ya que estás entre nosotros, no vamos a guardar secretos sobre cómo hemos llegado-

-Tengo algunas imágenes borrosas, podría decirse que no lo sé-

-Por supuesto, al llegar nadie lo recuerda con claridad. Uno de los elementos que utilizamos para atravesar el túnel es mercurio. No mucho, pero la concentración de mercurio produce durante un tiempo insomnio y pérdida de memoria-

-No recuerdo haber consumido nada-

Didier dejó frente a Agnes una sopa que desprendía un delicioso olor a verduras frescas y un vaso de zumo. Sentado frente a ella comenzó a hablar pausadamente mientras ella comía.

Todos nosotros, Odren, Alanna, tú, seguimos allí, en el lugar del que vinimos. Desde aquí ayudamos a nuestro ego real. Nos introducimos en sus sueños pero no estamos a salvo. Lo acabas de ver. Hay muchas amenazas que se ciernen sobre nosotros. Ellos, los Axels son otros egos que han llegado con nosotros. Lograron entrar en la isla y nos retan.

-¿Me estás diciendo que yo no soy de verdad?- Agnes estaba al borde del llanto

-Si estás en la isla sí-

-¿Cómo puedo saberlo?-

Innerisland es el único destino después de lo que llamamos El Túnel. El Túnel es oscuro y atravesarlo significa estar dispuesto a morir para renacer al otro lado. Todos los acontecimientos de tu vida, miedos, frustraciones, pasiones, culpa, se concentran en espiral hasta llegar a un punto en que la fortaleza mental y espiritual ha de ser suprema. Es el punto de reflexión infinita. Todos tus egos están allí.

Si fallas, no despiertas nunca, de hecho vives para siempre el sueño tu otro yo en un universo paralelo. Jamás llegas a la isla.

-Pero yo no quise, o no tengo conciencia de haber querido hacer este viaje...-

-No lo recuerdas- Alanna respira a fondo sin ocultar su poca afinidad con Agnes.

Los elegidos para el viaje suelen presentir las dimensiones paralelas y su gravedad, aunque nunca las han visto. Sueñan con intensidad todos los símbolos que aquí nos guían, pero no los comprenden.

-Aún-

Los sueños se hacen más intensos cada vez hasta que escuchamos su llamada y vamos a su encuentro.

-¿Todo esto sucede en sueños?-

En el territorio del sueño. Allí comienza el viaje, si el libertario está preparado.

El poder solo es dado a quienes lo ganan, aquellos que son purificados, en los que se puede confiar. El poder de llegar aquí es otorgado a los que actuarán en beneficio de los demás, no para sí mismos. Al menos así fue concebido en un principio.

-Pero ¿y los Axels?-

No estaba previsto que ellos llegaran. Pero en realidad somos una conexión de alter egos incalculables y en guerra. Ellos son la oscuridad.

-Agnes, has debido pasar tres pruebas complicadas para llegar aquí. Son pruebas alquímicas para despertar a esta dimensión. Agua, fuego y mercurio. Si las has superado, viniendo de Kha, quizá seas la pieza que nos faltaba. Cuando recuerdes, podrías ser una pieza clave en la liberación de la humanidad-





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