Secretos de Sócrates

En pocas palabras...

Rimbombantes mis palabras,
malabares en todas ellas,
estridentes cuando saltan
y deslumbran cual estrellas.

Ni cortantes suenan altas,
son almohadas, y tan tiernas
que a la gente les encanta,
las aplauden por ser bellas.

Mis finales son inciertos
pues muy pocos me entienden,
de eso trata mi concierto
de desconcertar la gente.

Jamás voy al descubierto,
no saben que tengo en mente.
Si es mentira o si es cierto,
si es verdad o si te miente.

Comensales, vierten sales,
les verborreo verbos reales.
Sorprendiendo a los que entran
y los otros comen, salen.

Si me aprecian o desprecian
son conceptos que no valen.
Si tuviesen telekinesia
detendrían mis vocales.

"¡Viene el lobo, viene el lobo!"
-Aullan voces desde el bosque.
"El licántropo devoró todo."
-Comento yo frente a un bloque.

El pastor viéndose solo,
preguntándose el por qué.
Mientras yo obtengo oro
por los términos que usé.

Elocuencia, mi creencia,
capacidad que yo domino.
Tan aguda es mi técnica
que hasta roza lo divino.

Hago ángeles ver demonios
donde demonios verían ángeles.
Hago árboles ver folios
donde folios verían árboles.

Soy el Rey de mil odios.
Soy el Dios mil amores.
Y si no te pareció obvio
no me vengas, ni me llores.

Un discurso conflictivo
que hago que suene dulce.
Si lo sirvo con pan y vino
hasta una hez te reluce.

Me conocen demasiados
por mi sonrisa se pierden.
Yo los tengo clasificados
sé el veneno del que dependen.

A mí me tienen ubicado
como aquel cristal tan transparente,
eso es claro, mas no saben
que los cambio para el de enfrente.

Si pudiesen entender
el poder del que yo gozo
me deberían de temer,
pues en mi gozo está mi pozo.

La política lo sabe,
el mendigo lo practica,
el mentiroso lo adora,
el sincero no lo aplica.

Enseñanza nº8

"Para decir la verdad, poca elocuencia basta." Dijo un sabio alguna vez... ¿Qué oficios conocemos que dependan de la elocuencia? Fijaros que creo que un profesor de lengua emplea menos palabras que un trabajador que tenga que tratar de cara al público sea de lo que sea. Un político, un vendedor, comercial, empresarios, etc... una sarta de lucros que te confunden tanto con sus terminologías infinitas que al final accedes al plan que te ofrecen. Una persona que quiera ofrecerte algo desinteresado, sin segundas ni terceras irá de frente y hablará un lenguaje que todos sean capaces de entender. Evidentemente hay personas que emplean una cantidad de palabras diferente a los demás, mas considero que tenemos un don innato para detectar cuando alguien está buscando colarte un gato por liebre.