capítulo 4

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¡Idiota! ¿¡No te dije que no perdieras el control!? Te dije que
el plan era observar cada uno de sus movimientos, para
predecir sus movimientos. ¡Un pequeño error le puede
costar la vida a alguien y tu ya arruinaste el plan!
-¿Acaso eres ciego? Esa cosa se estaba comiendo a una
mujer…
-Primera cosa, a mi no me hablas con ese tono tan frío y, la
segunda, es que tienes que soportarlo. Que si, es muy duro y
a mi también me revuelve el estómago, pero si quieres
vengarte de ese cabrón, necesitas concentrar todo el poder.
Otra de tus debilidades es la ignorancia, si no sabes nada de
su poder, no te arriesgues a atacar. Nunca te confíes de tu
enemigo ni nunca menos lo subestimes.
-Te lo vuelvo a repetir, ¿Acaso no te importan las personas
que ese monstruo ha matado? ¿O solo me ayudas para
cumplir tus metas…?
-¡No, tu eres el que no se preocupa! ¿¡Quieres que muera
solo 1 persona u otras 300!?
-¡Callate y no opines! ¿¡Quién me arruinó la vida viviendo en
mi cuerpo!? ¡Tu eres el verdadero enemigo! ¡¿No sabes quién
era esa mujer!? ¡Era mi madre!
-¿Mamá…?
-Ni le dirijas la palabra como si hubiera sido tu madre, ¡Tu
nunca serás nadie, y mucho menos mi hermano!
No tengo palabras para describir esto, es una mezcla de
emociones, no sé que sentir. Hace daño que la persona con
quien estuviste desde que nació, cada vez perdiera su
jovialidad… Un niño puro, con ganas de crecer y tener cierta
ambición por ser el mejor dibujante y tener ganas por
aprender, esos dibujos hasta un demonio como yo, me
transmitían la calma. Todo lo perdió de la noche a la mañana
por mi culpa. Ojala poder cambiar ese destino, era inevitable.

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